Si eres propenso a los desmayos, sigue algunas de estas medidas preventivas de los expertos del médico.
Si tiene tendencia a desmayarse y es capaz de identificar cualquier situación que le provoque un desmayo, intente evitarla. Por ejemplo, puede que tenga que asegurarse de comer con regularidad para evitar el hambre. Otras intervenciones que pueden ayudar son evitar el exceso de fatiga, los ambientes cálidos y el alcohol, que pueden provocar desmayos. Es posible que tenga que aprender a controlar su respiración para no respirar demasiado rápido e hiperventilar cuando se sienta ansioso. Es posible que tenga que levantarse muy gradualmente desde una posición tumbada. Muchos episodios de desmayos se producen al levantarse de la cama, por lo que es conveniente alfombrar la zona que la rodea y mantenerla libre de objetos que puedan golpearse durante una caída.
Para ayudar a prevenir los desmayos, las personas que han documentado ataques relacionados con el corazón, conocidos como síncopes neurocardiogénicos -en su mayoría niños y adultos jóvenes- deben seguir una dieta rica en sal y beber mucho líquido para evitar la deshidratación y mantener el volumen sanguíneo. Deben estar atentos a los signos de advertencia de los desmayos -mareos, náuseas y sudoración de las palmas de las manos- y sentarse o tumbarse si los sienten.
Los ancianos que sufren desmayos deben ser revisados por su médico y evaluados para detectar cualquier problema cardiaco o neurológico grave. También deben tener cuidado cuando cambien de posición y pasen de estar tumbados a estar de pie. Elevar lentamente el cuerpo permite que se adapte a la nueva posición, minimizando las posibilidades de desmayo. También debe evitarse la deshidratación en los pacientes de edad avanzada.