Todo lo que piensas, sientes y haces está controlado por tu sistema nervioso. Aprende cómo funciona y qué tipo de cosas pueden ir mal.
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Tu cerebro y tu médula espinal constituyen tu sistema nervioso central.
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Los nervios del resto del cuerpo constituyen tu sistema nervioso periférico.
Todo lo que hace tu cuerpo está conectado de alguna manera con tu sistema nervioso. Le dice a tu corazón que lata. Le dice a tus pulmones que respiren. Controla la forma en que te mueves, las palabras que dices y cómo piensas y aprendes. También controla tus sentidos y tus recuerdos.
¿Cómo funciona?
Los mensajes que viajan por tus nervios se envían a través de miles de millones de células nerviosas llamadas neuronas. Los espacios entre estas células se llaman sinapsis. Las células están vinculadas entre sí a través de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores que se desplazan por las sinapsis hasta la siguiente neurona. La dopamina y la serotonina son tipos de neurotransmisores.
Este proceso continúa hasta que el mensaje llega al lugar adecuado. Algunos mensajes se mueven a más de 200 millas por hora.
Así es también como los mensajes llegan desde el cuerpo hasta el cerebro y la médula espinal. Por ejemplo, si pisas algo afilado, los nervios de tu pie envían un mensaje de neurona a neurona a tu sistema nervioso central que dice: "Oye, esto duele". El cerebro y la médula espinal responden con un mensaje al pie: Aléjate ya.
Qué condiciones pueden afectar a tu sistema nervioso?
Tu sistema nervioso tiene mucha protección. El cerebro está protegido por el cráneo, y la médula espinal está protegida por los pequeños huesos de la columna vertebral (vértebras) y por finas cubiertas (membranas). Ambos están protegidos por un líquido transparente llamado líquido cefalorraquídeo.
Sin embargo, el sistema nervioso puede fallar como cualquier otra parte del cuerpo. Cuando un trastorno lo daña, afecta a la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y el cuerpo. Algunos ejemplos de estos trastornos son:
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Infecciones como la meningitis, la encefalitis o la poliomielitis
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Problemas físicos como una lesión, parálisis de Bells o síndrome del túnel carpiano
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Afecciones como la enfermedad de Parkinsons, la esclerosis múltiple o la enfermedad de Alzheimer
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Problemas con los vasos sanguíneos, como derrames cerebrales, ataques isquémicos transitorios (AIT) o hematoma subdural (cuando la sangre se acumula fuera del cerebro, normalmente tras una lesión grave en la cabeza)
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Cómo puedo mantener sano mi sistema nervioso?
Al igual que otras partes de tu cuerpo, tu cerebro necesita dormir para descansar y repararse, por lo que un buen horario de sueño regular es clave. También es importante una dieta sana y equilibrada que incluya alimentos ricos en ácidos grasos omega-3. Entre ellos están los pescados grasos como el salmón, el atún blanco, la caballa, el arenque y la trucha de piscifactoría.
El estrés también puede afectar a tu sistema nervioso, pero puedes hacer algunas cosas para controlarlo:
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Haz ejercicio con regularidad
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Date permiso para tomarte un descanso
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Pasa tiempo de calidad con la familia y los amigos
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Meditar o practicar la atención plena con yoga u otras actividades
