La historia de Temple Grandins: Una notable mujer con autismo

En una nueva biografía cinematográfica, la renombrada animalista Temple Grandin -quizá la persona con autismo más famosa de Estados Unidos- es interpretada por Claire Danes.

Temple Grandin, una nueva biografía cinematográfica sobre la autora de best-sellers, renombrada científica de animales y quizás la persona con autismo más famosa de Estados Unidos, se estrena en febrero en HBO con un sólido reparto y una sensible narración protagonizada por Claire Danes. Describe a una mujer con un talento único (imagina el mundo a través de los ojos de los animales que estudia), pero también con unas limitaciones desgarradoras (los ruidos cotidianos pueden ser ensordecedores y los cambios de rutina, debilitantes).

La película -con Catherine O'Hara, Julia Ormond y David Strathairn- recorre la vida de Grandin desde que es una niña no verbal hasta que es una adolescente a menudo abrumada y una adulta capaz. Su capacidad para identificarse con los animales, especialmente con el ganado, y para imaginar cómo las vacas perciben y reaccionan ante su entorno la llevó a diseñar instalaciones de engorde y mataderos más humanos.

Grandin, de 62 años, es ahora una galardonada profesora de ciencia animal en la Universidad Estatal de Colorado, y también da conferencias sobre el comportamiento animal y el autismo. Es autora de varios libros, entre ellos Los animales nos hacen humanos y The Way I See It: Una mirada personal al autismo y al Asperger.

Poco después de que le diagnosticaran autismo a su propio hijo, la productora neoyorquina Emily Gerson Saines se comprometió a hacer una película sobre Grandin tras leer su libro Thinking in Pictures. "El truco de esta película en particular", señala, "es que no podía tener un gran final feliz y que Temple estuviera curada... porque no lo está".

La naturaleza del autismo

Grandin tiene autismo, uno de los grupos de trastornos del espectro autista (TEA). Los TEA son discapacidades del desarrollo que provocan una serie de problemas sociales, de comunicación y de comportamiento; la gravedad varía mucho de una persona a otra. El autismo suele diagnosticarse en la infancia, como en el caso de Grandin. Según los CDC, uno de cada 150 niños estadounidenses padece algún tipo de TEA.

Pero para Grandin, es importante mirar más allá de la etiqueta. No hay una línea divisoria en blanco y negro entre el autismo y lo "friki" o "empollón"", dice. "¿Cuándo es obsesión y cuándo es perseverancia? Se puede diseñar una mente para que sea más social [o] más interesada en las cosas. Y si no tuviéramos gente más interesada en las cosas, ni siquiera tendríamos un teléfono para hablar".

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