Cómo controlar el asma: 5 consejos para controlar mejor el asma

El médico ofrece consejos para reconocer los desencadenantes del asma y mantener los síntomas bajo control.

Si su asma no está tan controlada como podría estarlo en el día a día, aquí hay algunas cosas que puede hacer para ayudar.

Aprende y evita tus desencadenantes

Presta atención a cuándo y dónde tienes síntomas como las sibilancias y la tos. Si puedes identificar los factores que provocan tus crisis asmáticas, podrás evitarlos.

Los desencadenantes habituales son el aire frío, el ejercicio, los alérgenos que respiras, como el polen y la caspa de las mascotas, y los resfriados o la bronquitis. .

Los olores fuertes también pueden provocar ataques de asma, por lo que puede ser útil evitar cosas como el perfume, la laca para el pelo, el talco y el humo del cigarrillo. Si es fumador, deje el hábito: pregunte a su médico cómo puede ayudarle a dejarlo. Si alguien más en tu casa fuma, pídele que lo deje también. Aunque sólo fume en el exterior, llevará el olor y las sustancias químicas al interior en su ropa y su pelo.

Aunque los alimentos y las bebidas no son desencadenantes habituales del asma, algunos pueden contener compuestos llamados sulfitos -como la cerveza, el vino, las patatas, los frutos secos y las gambas- que pueden empeorar el asma en algunas personas. Lo mismo puede ocurrir con algunos medicamentos, como la aspirina y otros analgésicos, o con fármacos recetados, como algunos medicamentos habituales para la hipertensión (betabloqueantes o inhibidores de la ECA). Si tomas estos medicamentos y crees que están afectando a tu asma, pregunta a tu médico si hay otras opciones que puedas probar.

Sigue moviéndote

Algunos tipos de ejercicio pueden ser más difíciles con el asma, pero eso no significa que los entrenamientos no sean buenos para ti. La actividad física regular es crucial para tu salud general, incluidos tus pulmones. Un estudio reciente descubrió que las personas con asma que hacían ejercicio durante 30 minutos al día tenían dos veces y media más probabilidades de controlar sus síntomas, en comparación con las que no hacían ningún tipo de ejercicio.

Si correr o entrenar intensamente es demasiado duro para ti, prueba actividades como el senderismo, el ciclismo y el yoga. La natación puede ser un gran deporte para las personas con asma, ya que el aire cálido y húmedo de la mayoría de las piscinas no suele desencadenar los síntomas.

Los niños con asma también necesitan hacer ejercicio y practicar deportes. Sólo tienes que asegurarte de que tu hijo se toma la medicación que le han recetado y de que tiene cerca un inhalador de alivio rápido en todo momento.

Tratar otras afecciones

El asma puede sentirse peor, y ser más peligrosa, cuando estás lidiando con otro problema de salud. Enfermedades como los resfriados y la gripe, las infecciones sinusales, la enfermedad de reflujo ácido y la apnea del sueño hacen que el asma sea más difícil de controlar. Habla con tu médico sobre el tratamiento de todos tus síntomas, estén o no relacionados directamente con el asma.

También puede tener alergias que desencadenen sus síntomas, como la caspa de las mascotas o el polen. Si no puedes evitarlos, puedes recibir un tratamiento antialérgico llamado inmunoterapia -mediante inyecciones o pastillas debajo de la lengua- para que no te molesten tanto.

Incluso el estrés y la ansiedad pueden empeorar el asma. Si estás pasando por un momento difícil, pregunta a tu médico sobre formas saludables de manejar tus emociones. Para empezar, intenta evitar las situaciones estresantes, busca el apoyo de tus amigos y familiares y haz ejercicios de relajación como la meditación. Si eso no ayuda, piensa en hablar con un profesional de la salud mental.

Mantén tu casa limpia

En todas las casas hay ácaros del polvo, o pequeños bichos que viven en los muebles, la ropa de cama y las alfombras. Pero si tú o tu hijo tenéis asma, respirar estos bichos puede empeorar los síntomas. No puedes deshacerte de ellos por completo, pero puedes reducir en gran medida su número si haces algunos cambios en tu casa.

Lave su almohada todas las semanas con agua caliente -al menos a 130 grados F- para matar los ácaros. (También puede utilizar agua fría o templada con lejía). Lave también las sábanas y las mantas cada semana, así como los juguetes de peluche con los que duerme su hijo. Utiliza un deshumidificador o un acondicionador de aire para mantener la humedad de tu casa entre el 30% y el 50%, y retira la alfombra del dormitorio.

Pasar la aspiradora con regularidad puede ayudar a mantener a raya a los ácaros del polvo, pero si tiene asma, puede pedir a otra persona que lo haga por usted. Una aspiradora levanta pequeñas partículas que pueden irritar tus pulmones, así que, si es posible, mantente alejado mientras se hace y durante un breve periodo de tiempo después. Si tienes que hacer tu propia limpieza, usa una máscara antipolvo y asegúrate de que tu aspiradora tiene un filtro HEPA o una bolsa de microfiltro.

Preste atención al aire

El aire frío y seco puede irritar los pulmones. Cuando salgas al exterior en los días de invierno, cúbrete la nariz y la boca con una bufanda. Si tose o tiene sibilancias cuando hace ejercicio en el frío, vaya al gimnasio o pruebe una clase de entrenamiento en interiores, en lugar de eso...

Durante la temporada de alergias, controle los niveles de polen y quédese en casa cuando sean más altos. Puedes controlar la calidad del aire local durante todo el año en sitios web como AirNow.gov. En los días en que los niveles de ozono o de contaminación son insalubres para las personas con enfermedades pulmonares, es conveniente pasar el menor tiempo posible al aire libre.

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