Plan de acción contra el asma para niños

Verde, amarillo, rojo... los códigos de colores del plan de acción contra el asma de su hijo le ayudarán a estar alerta ante las crisis asmáticas y a tomar las medidas adecuadas para tratarlas.

Paso 1: Identificar y controlar los desencadenantes del asma

Los niños con asma tienen diferentes conjuntos de desencadenantes. Los desencadenantes son los factores que irritan las vías respiratorias y provocan los síntomas del asma. Los desencadenantes pueden cambiar por temporadas y a medida que el niño crece. Algunos desencadenantes habituales son el humo del tabaco, los alérgenos como el polvo, los ácaros del polvo y la caspa de los animales domésticos, las infecciones víricas, los irritantes como los perfumes fuertes, el ejercicio -que suele ser el desencadenante más habitual del asma-, respirar aire frío y los cambios de tiempo.

Identificar los desencadenantes y los síntomas puede llevar tiempo. Lleve un registro de cuándo se producen los síntomas y cuánto duran.

Una vez que haya detectado los patrones, podrá evitar algunos de los desencadenantes. Hable con su médico para iniciar medidas de control ambiental que limiten esos alérgenos e irritantes. Recuerde que las alergias se desarrollan con el tiempo con la exposición continuada a los alérgenos, por lo que los desencadenantes del asma de un niño pueden cambiar.

Otras personas que cuidan de su hijo, como las niñeras, los cuidadores de la guardería o los profesores, deben estar informados del plan de tratamiento del asma de su hijo. Muchas escuelas tienen programas para que su personal aprenda sobre el asma y reconozca los síntomas graves.

A continuación se sugieren algunas medidas de control ambiental para diferentes alérgenos e irritantes:

Controles en interiores

Para controlar los ácaros del polvo:

  • Utilice sólo almohadas y edredones con relleno de poliéster (nunca de plumas o plumón). Utilice fundas a prueba de ácaros (disponibles en tiendas de suministros para alérgicos) sobre las almohadas y los colchones. Mantenga las fundas limpias aspirándolas o limpiándolas una vez a la semana.

  • Lava las sábanas y las mantas de tu hijo una vez a la semana con agua muy caliente (130 grados o más) para eliminar los ácaros del polvo.

  • Mantenga los muebles tapizados, las minipersianas de las ventanas y las alfombras fuera del dormitorio y la sala de juegos de los niños porque pueden acumular polvo y ácaros (especialmente las alfombras). Utilice alfombras y cortinas lavables y lávelas semanalmente con agua caliente. También se pueden utilizar persianas de vinilo que se puedan limpiar.

  • Quite el polvo y aspire semanalmente. Si es posible, utilice una aspiradora especialmente diseñada para recoger y atrapar los ácaros del polvo (con un filtro HEPA).

  • Reduzca el número de plantas domésticas, libros, chucherías y animales de peluche no lavables que recogen polvo en su casa.

  • Evite los humidificadores cuando sea posible. El aire húmedo favorece la infestación de ácaros del polvo y la aparición de moho.

Para controlar los pólenes y los mohos:

  • Ventilar los baños, sótanos y otros lugares húmedos donde puede crecer el moho.

  • Considere la posibilidad de mantener una luz encendida en los armarios y utilizar un deshumidificador en los sótanos para eliminar la humedad del aire.

  • Utilice el aire acondicionado porque elimina el exceso de humedad del aire, filtra el polen del exterior y proporciona circulación de aire en toda la casa. Los filtros deben cambiarse según las recomendaciones del fabricante.

  • Evite el papel pintado y las alfombras en los baños porque el moho puede crecer debajo de ellos.

  • Utilice lejía para eliminar el moho en los baños.

  • Mantenga las ventanas y puertas cerradas durante la temporada de polen.

Para controlar los irritantes:

  • No fume (ni permita que otros fumen) en casa, aunque no haya un niño presente.

  • No queme en chimeneas o estufas de leña.

  • Evite los olores fuertes de pinturas, perfumes, lacas para el pelo, desinfectantes, limpiadores químicos, ambientadores y pegamentos.

Para controlar la caspa de los animales:

  • Si su hijo es alérgico a una mascota, es posible que tenga que considerar la posibilidad de buscar un nuevo hogar para el animal o mantenerlo siempre fuera. Aunque su hijo no sea alérgico al animal ahora, puede volverse alérgico con una exposición continuada.

  • Puede ayudar (aunque no siempre) lavar al animal al menos una vez a la semana para eliminar el exceso de caspa y el polen recogido.

  • Nunca permita que la mascota entre en el dormitorio del niño alérgico.

  • Si aún no tiene una mascota y su hijo tiene asma, consulte al médico de su hijo si está pensando en adquirir una.

Controles exteriores

  • Cuando los recuentos de moho o polen sean elevados, dé a su hijo los medicamentos recomendados por su médico (normalmente un antihistamínico como Zyrtec o Claritin) antes de salir al exterior.

  • Después de jugar al aire libre, el niño debe bañarse y cambiarse de ropa.

  • Conduzca con las ventanillas del coche cerradas y el aire acondicionado encendido durante las temporadas de moho y polen.

  • No dejes que un niño corte el césped o rastrille las hojas.

En algunos casos, el médico puede recomendar la inmunoterapia, una forma de mejorar lentamente la tolerancia del niño a los alérgenos que le molestan cuando las medidas de control y los medicamentos no funcionan. Hable con el médico de su hijo sobre estas opciones.

Paso 2: Anticipar y prevenir las crisis asmáticas

Los pacientes con asma tienen una inflamación prolongada o crónica de las vías respiratorias. Las vías respiratorias inflamadas tienden a contraerse (o estrecharse) cada vez que se exponen a un desencadenante (como una infección o un alérgeno). Algunos niños con asma pueden tener una mayor inflamación en los pulmones y las vías respiratorias todos los días sin saberlo. Su respiración puede parecer normal y sin sibilancias cuando en realidad sus vías respiratorias se están estrechando e inflamando, lo que les hace propensos a sufrir una crisis. Para evaluar mejor la respiración de un niño y determinar el riesgo de que sufra un ataque de asma (o una crisis), pueden ser útiles las pruebas respiratorias, pero en su casa es más probable que los profesionales sanitarios utilicen ahora un sencillo sistema de códigos de colores (véase más abajo) para ayudarle a evaluar qué tipo de tratamiento necesita su hijo.

Paso 3: Tomar los medicamentos según lo prescrito

Desarrollar un plan de medicación eficaz para controlar el asma de un niño puede llevar tiempo y ensayo y error. Diferentes medicamentos son más o menos eficaces para diferentes tipos de asma, y algunas combinaciones de medicamentos funcionan bien para algunos niños pero no para otros.

Hay dos categorías principales de medicamentos para el asma: medicamentos de alivio rápido (medicamentos de rescate) y medicamentos preventivos a largo plazo (medicamentos de control). Los medicamentos para el asma tratan tanto los síntomas como las causas, por lo que controlan eficazmente el asma de casi todos los niños. Los medicamentos de venta libre, los remedios caseros y las combinaciones de hierbas no son sustitutos de los medicamentos recetados para el asma porque no pueden revertir la obstrucción de las vías respiratorias y no abordan la causa de muchas crisis asmáticas. En consecuencia, el asma no se controla con estos medicamentos sin receta, e incluso puede empeorar con su uso.

Paso 4: Controlar las crisis siguiendo su plan de acción contra el asma

Cuando siga los tres primeros pasos del control del asma, su hijo tendrá menos síntomas y brotes de asma. Recuerde que cualquier niño con asma puede seguir teniendo una crisis de asma ocasional, sobre todo durante el periodo de aprendizaje entre el diagnóstico y el control o tras la exposición a un desencadenante muy fuerte o nuevo. Con una educación adecuada del paciente, teniendo a mano los medicamentos adecuados y una buena observación, las familias pueden aprender a controlar la mayoría de las crisis asmáticas leves iniciando un tratamiento temprano, lo que supondrá menos visitas a urgencias y menos ingresos, si es que los hay, en el hospital.

En el pasado, los médicos hacían que los niños respiraran en un tubo llamado medidor de flujo máximo para medir la cantidad de aire que expulsaban. Hoy en día, muchos médicos le piden que observe el comportamiento de su hijo y que busque signos específicos para ver en qué zona se encuentra.

Las zonas del plan de acción

El médico de tu hijo te ayudará a crear un plan adecuado para él. La mayoría utiliza un sistema sencillo que se configura como un semáforo: verde para "adelante", amarillo para "precaución" y rojo para "alto... ¡peligro!" Vea cómo encaja su hijo en cada zona de color, y sabrá cómo responder.

La zona verde

Aquí es donde quieres que esté tu hijo. Sabrás que está en la zona verde cuando:

  • Respiran con tranquilidad

  • No están tosiendo ni tienen sibilancias

  • Pueden realizar sus actividades habituales

  • Duerme toda la noche sin toser

Si puedes decir "sí" a esos cuatro puntos, lo están haciendo bien. No es necesario retenerlos de su rutina habitual. Deja que disfruten también de las actividades escolares y del tiempo de juego.

Incluso cuando lo estén haciendo bien, mantén su medicación habitual. Tu médico puede llamarla "medicina de control" porque mantiene el asma bajo control a largo plazo. Asegúrate de seguir las instrucciones sobre la dosis y el momento de tomarla.

La zona amarilla

Piensa en esta categoría como una gran señal amarilla de "precaución". Sabrás que tu hijo pertenece a esta categoría cuando

  • Toses

  • Parece que les falta el aire

  • Sibilancias

  • Tiene algunos problemas para realizar sus actividades habituales

  • Tiene una sensación de opresión en el pecho

  • Se despierta por la noche con problemas respiratorios

Si tienen algunos o todos esos, asegúrate de que están tomando su tratamiento habitual más los medicamentos adicionales que recomiende su médico. Es posible que le prescriban algunos que dan un alivio rápido cuando su hijo tiene síntomas, llamados medicamentos de rescate.

¿Qué hay que hacer si los medicamentos no ayudan? Depende de su plan. El médico puede decirte que repitas las dosis o que llames a su consulta. En cualquier caso, ten en cuenta que tu objetivo es que tu hijo vuelva a estar en la zona verde.

La zona roja

Esta zona significa PELIGRO. Llame a su médico de inmediato si su hijo está en esta zona. Su plan puede pedirle que tome sus medicamentos de rescate. Si cree que los síntomas son graves, no dude en llamar al 911.

Esto es lo que hay que vigilar:

  • Respiran fuerte y rápido.

  • Sus fosas nasales están muy abiertas.

  • Tienen problemas para caminar.

  • No hablan bien.

  • Se les ven las costillas.

Su médico debe proporcionarle un plan escrito paso a paso en el que se describa exactamente lo que debe hacer a diario para prevenir un brote, lo que debe hacer si su hijo tiene un brote y las medidas que debe tomar antes del ejercicio para prevenir un brote. El plan es diferente para cada niño. Con el tiempo, las familias aprenden a reconocer cuándo hay que empezar el tratamiento pronto y cuándo hay que pedir ayuda al médico.

Tenga el plan a mano

Guárdalo donde todos en la casa puedan verlo. Entregue también una copia a todas las personas que cuidan de su hijo, incluyendo:

  • Los profesores o los trabajadores de la guardería

  • Enfermeras escolares

  • Niñeras

  • Entrenadores

  • Consejeros de campamento

  • Otros miembros de la familia

Asegúrese de que está al día

Revise el plan con el médico de su hijo al menos una vez cada 6 meses. Si suelen estar en la zona amarilla, comprueba que toman la medicación de la forma adecuada y que utilizan el inhalador correctamente. Es posible que necesite una dosis más alta para controlar su asma.

Si el médico cambia a tu hijo a un nuevo medicamento o aumenta la dosis, anótalo en el plan. Luego, reparte una nueva copia a todos los que la necesiten.

Tu plan de acción no "curará" el asma de tu hijo, pero puede suponer una gran diferencia a la hora de mantenerlo bajo control. Estas sencillas reglas pueden darte tranquilidad cuando los problemas respiratorios se agudicen.

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