Una visión general del síndrome de pinzamiento, una forma de inflamación en el hombro.
Con el síndrome de pinzamiento, el dolor es persistente y afecta a las actividades cotidianas. Movimientos como estirar la mano por detrás de la espalda o estirar la cabeza para ponerse un abrigo o una blusa, por ejemplo, pueden causar dolor.
Con el tiempo, el síndrome de pinzamiento puede provocar la inflamación de los tendones del manguito de los rotadores (tendinitis) y de la bursa (bursitis). Si no se trata adecuadamente, los tendones del manguito de los rotadores pueden empezar a adelgazar y desgarrarse.
Cuáles son los síntomas del síndrome de pinzamiento del hombro?
Los síntomas típicos del síndrome de pinzamiento son la dificultad para alcanzar la espalda, el dolor al utilizar el brazo por encima de la cabeza y la debilidad de los músculos del hombro.
Si los tendones se lesionan durante un largo periodo de tiempo, el tendón puede llegar a romperse en dos, dando lugar a un desgarro del manguito rotador. Esto provoca una debilidad importante y puede dificultar que la persona eleve el brazo. Algunas personas pueden tener una ruptura del músculo bíceps como parte de este proceso de pinzamiento continuo.
Cómo se diagnostica el síndrome de pinzamiento?
El diagnóstico del síndrome de pinzamiento comienza con una historia clínica y un examen físico por parte de su médico. Se tomarán radiografías para descartar la artritis y pueden mostrar cambios en el hueso que indiquen una lesión del músculo. Puede haber espolones óseos o cambios en el contorno normal del hueso.
Cómo se trata el síndrome de pinzamiento del hombro?
Los medicamentos antiinflamatorios orales, como la aspirina, el naproxeno o el ibuprofeno, siguen siendo el tratamiento más común para el síndrome de pinzamiento.
Los medicamentos suelen administrarse durante seis u ocho semanas, ya que a menudo se necesita ese tiempo para tratar completamente el problema. Debe hacerlo bajo el cuidado de un médico porque estos medicamentos pueden causar irritación y sangrado estomacal.
No hay un medicamento preferido para esta enfermedad, ya que la respuesta a cualquier medicamento difiere de una persona a otra. Si un medicamento antiinflamatorio no ayuda en un plazo de 10 a 14 días, se administrará otro hasta que se encuentre uno que proporcione alivio.
Además de tomar los medicamentos, los estiramientos diarios en una ducha caliente ayudarán. Debe trabajar para alcanzar el pulgar hacia arriba y detrás de la espalda. Evite las actividades repetitivas con el brazo lesionado, sobre todo aquellas en las que el codo se desplace por encima del nivel del hombro. Su médico puede remitirle a un fisioterapeuta que pueda mostrarle los ejercicios más eficaces para fortalecer y estirar los músculos del hombro.
Si los síntomas persisten, a pesar del uso de antiinflamatorios orales, el médico puede considerar la posibilidad de aplicar una inyección de cortisona. La cortisona es un potente medicamento antiinflamatorio que debe utilizarse sólo cuando sea necesario, ya que puede provocar el debilitamiento de los músculos y los tendones si se utiliza repetidamente.
Si los síntomas persisten o si existe una debilidad importante, el médico puede realizar una ecografía, una resonancia magnética o una artrografía para descartar una rotura del manguito de los rotadores. Si el manguito está desgarrado, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para repararlo.
La gran mayoría de las personas que padecen el síndrome de pinzamiento se tratan con éxito con medicación, ejercicios de estiramiento y evitando temporalmente la actividad repetitiva por encima de la cabeza hasta que la afección se estabilice.
Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento del síndrome de pinzamiento?
El malestar estomacal, la indigestión y los dolores de cabeza son los efectos secundarios más comunes de los antiinflamatorios orales. Sin embargo, tomar estos medicamentos después de las comidas o con alimentos puede ayudar a reducir el malestar estomacal. Los antiinflamatorios también pueden provocar vómitos, estreñimiento y sangrado en el estómago (úlceras), aunque estos efectos secundarios no son frecuentes.
Los efectos secundarios de las inyecciones de cortisona dependen de la dosis y la frecuencia de las inyecciones. A diferencia de las píldoras de cortisona, las inyecciones ocasionales de cortisona rara vez causan efectos secundarios graves. Los efectos secundarios que son mucho más comunes con las píldoras de cortisona incluyen elevación del azúcar en la sangre, disminución de la resistencia del cuerpo a las infecciones, aumento de peso, osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), adelgazamiento de la piel, cataratas y aumento de la presión arterial.