16 formas en las que puedes estar dañando tus articulaciones

Las articulaciones unen los huesos para que usted pueda doblar las rodillas, mover las caderas y desplazar el cuerpo. Esta presentación de médicos te muestra cómo podrías estar impidiendo que tus articulaciones funcionen de forma óptima.

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Tus articulaciones, que unen tus huesos, son sensibles a las cargas pesadas. Cada libra en tu estructura pone 4 libras de tensión en tus rodillas. También sobrecarga la espalda, las caderas y los pies. Esto provoca un desgaste que puede provocar daños, dolores y molestias. El sobrepeso también desencadena la inflamación. Eso puede hacer que todas las articulaciones, incluidas las de las manos, se vuelvan rígidas, dolorosas y se hinchen.

Enviar demasiados mensajes de texto

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El pulgar de los mensajes de texto es algo real. Los tendones pueden irritarse y bloquear el pulgar en una posición curvada. Mirar hacia abajo el teléfono también es perjudicial para el cuello y los hombros. Cada centímetro que la cabeza cae hacia delante aumenta la carga de los músculos. Si doblas tanto el cuello que la barbilla toca el pecho, es como si tu cuello tuviera que soportar el peso de 5 cabezas en lugar de una sola.

Precio elevado de los tacones altos

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Puede que parezcan fabulosos, pero cuanto más altos son, más se inclina tu peso hacia delante. Los músculos del muslo tienen que trabajar más para mantener la rodilla recta, lo que puede causar dolor. Cuando los tacones suben, también lo hace la fuerza de torsión de tus rodillas. Si los llevas todos los días, aumentas las probabilidades de padecer artrosis. Es cuando los huesos y la amortiguación entre ellos se rompen.

Usar el calzado incorrecto

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Unos zapatos desgastados no sujetan lo suficiente tus pies y tobillos. Eso hará que tus rodillas, caderas y espalda se desajusten. Además, asegúrate de que las zapatillas son adecuadas para tu deporte. Las zapatillas altas para el baloncesto, por ejemplo, pueden proteger tus tobillos de las torceduras. Pero no te pases. Demasiada amortiguación o soporte para el arco significa que tu pie no puede moverse de forma natural, lo que podría mantenerte en un ciclo de dolor.

Crujir los nudillos

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Ese satisfactorio chasquido proviene de pequeñas burbujas que estallan en el líquido que rodea tus articulaciones. O del chasquido de los ligamentos contra el hueso. A pesar de lo que los adultos molestos le hayan advertido, no causa artritis. Aun así, sería inteligente dejar de hacerlo. Un estudio demostró que este hábito puede hacer que tus manos se hinchen y debilitar tu agarre.

Llevar una bolsa grande

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Ya sea un bolso, una mochila o una bolsa de mensajero, cargar con demasiadas cosas puede causar dolor de cuello y de hombros. Llevar mucho peso en un hombro te hace perder el equilibrio y la forma de caminar. Si tiendes a llevar las cosas sólo en un lado, el tirón constante sobrecarga tus músculos y cansa tus articulaciones. Si haces eso todos los días, tu cuerpo te lo hará saber alto y claro.

Usar los músculos equivocados para el trabajo

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Cuando pones demasiada carga en músculos pequeños, tus articulaciones pagan el precio. Si necesitas abrir una puerta pesada, empuja con el hombro en lugar de con los dedos. Cuando levantes algo del suelo, dobla las rodillas y empuja hacia arriba con los músculos fuertes de las piernas. Cuando lleves algo, sujétalo con las palmas de las manos en lugar de forzar los dedos.

Dormir boca abajo

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Puede que te ayude con los ronquidos, pero no tanto con el resto de tu cuerpo. Acostarse boca abajo empuja la cabeza hacia atrás, lo que comprime la columna vertebral. Además, la cabeza estará orientada en una dirección durante más tiempo que si duermes boca arriba. Todo ello ejerce presión sobre otras articulaciones y músculos.

Omitir los estiramientos

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No hace falta ser un yogui, pero estirar con regularidad puede ayudar a fortalecer tus músculos y tendones. También puede hacerlos más flexibles. Esto permite que las articulaciones se muevan con más facilidad y ayuda a que los músculos que las rodean funcionen mejor. Esa es la clave para unas articulaciones sanas y estables.

Escatimar en el entrenamiento de fuerza

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Una vez cumplidos los 40 años, los huesos empiezan a ser un poco más finos y más propensos a romperse. Si construyes músculo con el entrenamiento de fuerza, se ralentiza la pérdida de hueso y se desencadena un nuevo crecimiento. De este modo, no sólo consigues unos músculos más fuertes, sino también unos huesos más densos. Juntos, estabilizan las articulaciones para que sea menos probable que te lesiones.

Fumar y masticar tabaco

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Aquí tienes otra razón para dejar de fumar: Tus articulaciones te lo agradecerán. La nicotina de los cigarrillos y del tabaco de mascar reduce el flujo sanguíneo a los huesos y a los discos amortiguadores de la espalda. Limita la cantidad de calcio que el cuerpo puede ingerir para fortalecer los huesos. También descompone el estrógeno, una hormona necesaria para la salud de los huesos. Y ralentiza el nuevo crecimiento que engrosa los huesos. Todo esto hace que tus articulaciones sean más débiles y que tus caderas sean más propensas a romperse.

No te desveles por la calidad de tu sueño

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Tal vez te preguntes cómo puede afectar a tus articulaciones el hecho de dormir poco. Un estudio descubrió que las personas con artritis sentían más dolor después de noches inquietas. Eso hizo que se analizara más detenidamente. Una teoría es que cuando no se duerme bien, se desencadena la inflamación en el cuerpo. Eso podría provocar problemas articulares con el tiempo. Hay que seguir investigando, pero mientras tanto, no está de más dormir bien.

Estar encorvado y desanimado

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Tu cuerpo está mejor cuando trabajas con él, no contra él. Por eso la postura es importante. Cuando te desplomas en la silla, los músculos y las articulaciones se ven sometidos a una mayor tensión y se cansan. Es como pisar siempre los frenos del coche cuando podrías pisar el pedal con más facilidad. Así que mantén la espalda recta y los hombros hacia atrás y hacia abajo.

Ignora el dolor

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Cuando haces ejercicio, puede que pienses que sólo tienes que hacer fuerza. Después de todo, si no hay dolor, no hay ganancia, ¿verdad? Es cierto que un poco de dolor muscular está bien. Pero no lo es si dura varios días o si los músculos están hinchados o duelen demasiado como para moverlos o tocarlos. El dolor de las articulaciones no es normal, así que préstale atención. Si crees que te has excedido, reduce tus ejercicios. Si el dolor no desaparece, consulta a tu médico.

Demasiado tiempo en el ordenador

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Puede ser, literalmente, un dolor de cuello... y de codos, muñecas, espalda y hombros. El problema no es sólo una mala postura, sino que la mantienes durante demasiado tiempo. Eso sobrecarga los músculos. También ejerce presión sobre los discos de la espalda. Si estás en una silla blanda, apoya los brazos con cojines para descargar los hombros y el cuello. Asegúrate de levantarte y moverte cada hora.

Repetir la mala forma

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Cuando corres, montas en bicicleta o juegas al tenis, utilizas los mismos movimientos una y otra vez. Pero si tu forma es mala, estresarás tu cuerpo en todos los lugares equivocados. Si sobrecargas los músculos, ejerces más presión sobre las articulaciones y puedes acabar sufriendo una lesión como el codo de tenista.

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