Conozca qué tratamientos ayudan con este preocupante síntoma de la demencia.
La psicosis relacionada con la demencia puede ser aterradora y perturbadora si le ocurre a usted o a un ser querido.
Encontrar el tratamiento adecuado no siempre es fácil. Los médicos suelen recetar fuertes fármacos antipsicóticos, que pueden provocar graves efectos secundarios. Además, estos medicamentos no siempre ayudan.
Hay cosas que puedes hacer para ayudarte a manejar la psicosis relacionada con la demencia de forma más segura para ti o para alguien a quien quieres.
Busque una causa
Una de las primeras cosas que hay que hacer es una revisión de los medicamentos. Unos pocos medicamentos causan efectos secundarios que se parecen a la psicosis, incluyendo los medicamentos que tratan:
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Ansiedad
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Depresión
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Dolor
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Enfermedades del corazón
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Presión arterial alta
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Enfermedad de Parkinson
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Cáncer
Cambiar de medicamento puede cambiar las cosas. Hable con su médico al respecto. No deje de tomar ningún medicamento hasta que su médico le diga que está bien.
Algunas condiciones de salud también causan psicosis, incluyendo:
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Ciertas infecciones
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Estreñimiento
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Problemas de visión o de audición
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Problemas de sueño
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Dolor
Un médico puede averiguar si uno de estos problemas es el culpable, y si es así, cómo tratarlo.
Eliminar los desencadenantes
Muchas cosas en su entorno pueden desencadenar los síntomas de la psicosis. Esas cosas incluyen:
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Sombras en la pared que parecen monstruos
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Cambios en la rutina
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Demasiada o muy poca actividad
Para ayudar a gestionar esos desencadenantes, puedes:
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Quitar o cubrir los espejos.
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Despejar los suelos.
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Instale luces brillantes para evitar las sombras.
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Intenta cumplir con el mismo horario todos los días.
Planifique actividades a lo largo del día que usted o su ser querido disfruten.
Pregunte al médico sobre la medicina
La FDA no ha aprobado ningún medicamento para la psicosis relacionada con la demencia. Los médicos suelen recetar antipsicóticos atípicos, o de segunda generación, destinados a ayudar con la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Algunos ejemplos de estos fármacos son:
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Aripiprazol (Abilify)
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Olanzapina (Zyprexa)
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Quetiapina (Seroquel)
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Risperidona (Risperdal)
Los medicamentos antipsicóticos pueden ayudar un poco con los síntomas. Pero pueden ser riesgosos en personas con demencia porque causan efectos secundarios como:
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Presión arterial baja
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Somnolencia y confusión, que pueden hacer más probables las caídas.
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Sacudidas o temblores.
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Neumonía
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Accidente cerebrovascular
Los médicos son muy cautelosos a la hora de recetar estos medicamentos porque también aumentan la posibilidad de muerte súbita.
Es más seguro probar primero los tratamientos sin medicamentos. También puedes probar un antidepresivo o un medicamento para tratar la pérdida de memoria. Esos tratamientos tienen menos probabilidades de causar efectos secundarios graves.
Intenta evitar los fármacos antipsicóticos a menos que tu ser querido corra un grave riesgo de hacerse daño a sí mismo o a los demás. Incluso en ese caso, empiece con la dosis más baja posible y utilice el medicamento sólo durante el tiempo necesario para aliviar los síntomas.
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Consigue ayuda
También puede ser útil acudir a un terapeuta o a otro profesional de la salud mental. Ciertos tipos de terapia, como la música o la terapia con mascotas, parecen beneficiar a las personas con psicosis. El terapeuta puede sugerir formas de prevenir la psicosis sin necesidad de medicamentos.
No utilice sujeciones
Las sujeciones impiden que las personas con demencia se muevan para que no se hagan daño a sí mismas ni a nadie. Ejemplos de ello son atar a alguien a una silla, atarlo a la cama o encerrarlo en una habitación.
Aunque evitan que alguien se mueva o haga daño a alguien, las sujeciones pueden ser perjudiciales. En primer lugar, angustian a la persona sujeta. Además, pueden provocar caídas, pérdidas de orina y úlceras por presión.
Hay formas más seguras de proteger a una persona con demencia. Por ejemplo, puedes cerrar la puerta con llave para que no entre en una habitación peligrosa como la cocina.
La Asociación de Alzheimer no recomienda sujetar a nadie a menos que esté en verdadero peligro.