La realidad de las alergias alimentarias

Cuando era joven, a veces alegaba una "alergia" a los alimentos que no me gustaban para no parecer descortés si me servían uno de mis alimentos menos favoritos. Hoy en día, algunas personas utilizan la palabra "alergia" para describir cualquier molestia asociada a los alimentos.

Cuando era joven, a veces decía que era "alérgico" a los alimentos que no me gustaban para no parecer descortés si me servían uno de mis alimentos menos favoritos. Hoy en día, algunas personas utilizan la palabra "alergia" para describir cualquier molestia asociada a los alimentos.

Las verdaderas alergias alimentarias no son una broma. Muchos estadounidenses las padecen y ni siquiera lo saben. Las reacciones pueden ir desde irritaciones leves, como urticaria, hinchazón y molestias gastrointestinales, hasta situaciones que ponen en peligro la vida.

Los niños son los más propensos a sufrir alergias, pero los adultos también las padecen. Los principales responsables de las alergias alimentarias son la leche, los huevos, los cacahuetes, los frutos secos, el trigo, la soja, el pescado y el marisco. Sin embargo, cualquier alimento puede provocar una reacción si contiene ingredientes que no se toleran.

Cómo funcionan las alergias

Una alergia alimentaria desencadena una respuesta inmunitaria, que ataca el revestimiento de los intestinos y provoca molestias. Las personas alérgicas al gluten (una proteína que se encuentra en el trigo y otros cereales) suelen confundir sus síntomas de alergia, como gases, diarrea, calambres y pérdida de peso, con cualquier número de afecciones gastrointestinales.

No es raro que las alergias alimentarias se diagnostiquen erróneamente. Si sospecha que tiene alergias, consulte a su médico. La mayoría de las alergias se pueden diagnosticar con pruebas cutáneas, pero se puede tener una prueba cutánea negativa y seguir siendo alérgico a un determinado alimento. Determinar con precisión las alergias alimentarias suele requerir una evaluación médica y dietas de eliminación de prueba.

No todos los problemas con los alimentos son consecuencia de una alergia. Los sulfitos, la lactosa y el glutamato monosódico (GMS) son ejemplos de sustancias alimentarias a las que muchas personas son intolerantes o hipersensibles. Esto no es lo mismo que una alergia, pero puede causar síntomas similares. Las alergias desencadenan respuestas inmunitarias, pero el sistema inmunitario del organismo no es responsable de los síntomas de la intolerancia alimentaria.

Los alimentos que contienen sulfitos lo indican en sus etiquetas, pero es necesario un examen minucioso para asegurarse de que no hay lactosa o glutamato en un alimento. Los sulfitos no están permitidos en los alimentos frescos, pero pueden estar presentes en las patatas procesadas, el vino, los aguacates congelados, los frutos secos y el zumo de limón embotellado.

Lea las etiquetas

La "cura" para las alergias alimentarias -eliminar los alimentos ofensivos- no es tan fácil como parece. Algunos alimentos son obvios, pero otros requieren una lectura cuidadosa de la lista de ingredientes. En el caso de algunos, es posible que tenga que ponerse en contacto con el fabricante.

Entender la terminología de las etiquetas es clave para evitar los alérgenos alimentarios. La leche puede denominarse por sus componentes "suero" o "caseína", y los huevos pueden aparecer en la etiqueta como "albúmina". Evitar los panes y cereales es relativamente fácil para los alérgicos al gluten. Pero se pueden encontrar trazas de trigo en algunos embutidos, salsa de soja, sopas, vinagre de malta e incluso gominolas. Estas cantidades mínimas no siempre figuran en el panel de ingredientes.

El 1 de enero de 2006 entró en vigor la Ley de Etiquetado de Alérgenos Alimentarios y Protección del Consumidor. Esta ley obliga a los fabricantes a identificar en las etiquetas de los productos el trigo y otros cereales a los que las personas pueden ser sensibles. Las sustancias potencialmente alergénicas deben identificarse con nombres comúnmente conocidos, por lo que ya no será necesario saber que la lactoalbúmina contiene leche.

Sin embargo, incluso con la nueva ley, declarar cada ingrediente puede ser una tarea desalentadora. Se pueden utilizar cantidades mínimas de sustancias alergénicas para hacer especias, y algunos fabricantes que las utilizan pueden no darse cuenta de que contienen un ingrediente ofensivo. Además, a veces la lista completa de ingredientes no cabe en la etiqueta de un alimento concreto.

Cuando las empresas alimentarias no están seguras de los posibles ingredientes, sus etiquetas suelen indicar que el producto "puede contener" un determinado ingrediente.

Las empresas cambian las fórmulas, y es un reto constante asegurarse de que sus alimentos no contienen alérgenos. Por ejemplo, el simple hecho de cambiar la lecitina por lecitina de soja hace que el producto sea inaceptable para cualquier persona alérgica a la soja.

Los consumidores que son extremadamente sensibles a un artículo en particular deberían ponerse en contacto con los fabricantes para asegurarse de que el ingrediente ofensivo no está contenido en los productos que compran.

La mayoría de las personas con alergias alimentarias pueden hablar de sus marcas favoritas que no contienen los alérgenos ofensivos. Los fabricantes de alimentos especializados entienden lo que necesitan sus clientes.

Más vale prevenir que lamentar

Las comidas que se preparan fuera de casa no se etiquetan rutinariamente con los ingredientes. Las reacciones más frecuentes a los alimentos se producen en un restaurante, o como resultado de la comida llevada a cabo desde un restaurante.

Cuando comas fuera de casa, no te compliques y evita todo lo que sea desconocido. Pregunte y considere la posibilidad de imprimir una tarjeta con una lista de sus alergias para que el camarero la comparta con el chef.

Si no está seguro de un alimento, es mejor pecar de precavido y evitarlo. Ten en cuenta también que las personas muy sensibles pueden tener reacciones debido a la contaminación cruzada de un equipo. Por ejemplo, utilizar la misma freidora para las patatas fritas y el marisco podría provocar una reacción en alguien muy alérgico al marisco.

Estos son algunos consejos para evitar las reacciones alérgicas:

  • Evite las barras de ensalada o los buffets de autoservicio.

  • Limítate a los alimentos preenvasados que estén claramente etiquetados.

  • Busca grupos de apoyo e intercambia recetas y nombres de marcas favoritas sin alérgenos.

  • Haz saber a todos tus amigos y familiares qué alimentos deben evitar en tu presencia.

  • Si no estás seguro de si tienes una alergia o hipersensibilidad, retira el alimento durante dos semanas, y luego reintrodúcelo para ver si tienes una reacción.

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