Hay quien dice que una cucharada de miel hace desaparecer los síntomas de estornudos y mocos de las alergias. El doctor preguntó a los expertos.
Estás enterrado bajo una montaña de pañuelos y apenas puedes mantener los párpados abiertos después de una dosis de medicamentos para la alergia. Recuerdas haber oído que pequeñas cantidades de miel local pueden ayudar a mantener a raya los mocos. ¿Funciona?
Teoría contra práctica
La idea de que la miel puede prevenir las alergias se basa en un concepto llamado inmunoterapia. La teoría tiene sentido, pero hay problemas.
Se reduce a esto, dice la doctora Neeta Ogden, alergóloga: recibes una pequeña cantidad de la cosa a la que eres alérgico, lo que puede hacerte menos sensible a ella.
Con el tiempo y con dosis mayores, el cuerpo se hace inmune al alérgeno. Es la misma idea que subyace a las vacunas contra la alergia.
Algunas personas creen que comer miel local funciona de la misma manera porque contiene polen. Hay un problema con esta teoría: No hay manera de saber exactamente lo que contiene la miel. Con la inmunoterapia, aislamos el alérgeno exacto al que son alérgicos los pacientes, dice Ogden.
Y hay un problema mayor: es probable que usted no sea alérgico al polen de la miel. Es un gran error pensar que el polen de las flores, transmitido por los insectos, tiene algo que ver con las alergias, dice Ogden. No es así.
No es el alérgeno que busca
El polen de la maleza, los árboles y las hierbas es la principal causa de las alergias estacionales. El viento suele lanzar al aire el polvo amarillento de estas plantas.
Las abejas, que fabrican miel, suelen recoger el polen de las flores de colores vivos. El polen de estas flores rara vez causa alergias.
Por tanto, aunque la miel local contenga polen, es poco probable que sea la causa de los síntomas de la alergia, dice Ogden.
Los médicos han investigado el tema. Sus conclusiones: La miel no funciona. Un estudio hizo que personas con alergias comieran una cucharada de miel local al día. Sus síntomas no mejoraron, ni siquiera en comparación con los que no tomaron nada de esta sustancia pegajosa.
La miel tiene riesgos para la salud
Cuando la gente habla de consumir miel para prevenir las alergias, no se refiere a la que viene en el supermercado en un envase de plástico. Suele ser miel local, no procesada. Y puede contener cosas muy desagradables, desde partes de abeja hasta esporas de moho y bacterias. Estas cosas suelen eliminarse durante el procesamiento comercial.
Es raro, pero comer miel sin procesar puede causar una reacción alérgica grave. Puedes tener picores, urticaria o inflamación de la boca, la garganta o la piel. El culpable: el polen o las partes de las abejas presentes en la miel sin procesar.
Una de las razones por las que nunca recomiendo la miel sin procesar para las alergias es porque alguien puede ser alérgico a ella y ni siquiera saberlo, dice Ogden. Me preocupa la miel local que no ha sido procesada ni probada.
Y si se es alérgico a las abejas, es posible que la miel sin procesar contenga veneno de abeja y provoque una reacción grave, dice Ogden.
La miel puede ayudar
Aunque la miel local no es una cura para las alergias, las investigaciones muestran que la miel procesada puede ayudar con otros síntomas. Probablemente hayas oído hablar de ella como remedio para la tos. Una teoría es que tiene antioxidantes que ayudan a combatir los virus.
La miel también ayuda a calmar la irritación de la garganta que provoca la tos, dice Ogden.
Tanto si la añades a tu té como si compartes un poco con tu hijo, ten en cuenta que no es seguro dársela a niños menores de 12 meses. Contiene una toxina que puede provocar una enfermedad peligrosa llamada botulismo. Es especialmente grave en los bebés.