Lo que debes saber sobre la placenta retenida

La retención de placenta se produce cuando la placenta se queda en el útero. Infórmate sobre sus causas, los síntomas de la placenta retenida y mucho más.

A veces, toda o parte de la placenta se queda en el útero. Esto se llama placenta retenida y puede tener efectos secundarios graves.

Causas de la retención de placenta

Tras el nacimiento de tu bebé, lo normal es que la placenta salga en un plazo de 18 a 60 minutos. Tu útero se contrae, lo que aleja la placenta de la pared del útero y la empuja hacia fuera. A veces esto no sucede y puede ser causado por diferentes cosas, incluyendo:

  • No hay suficientes contracciones

  • La placenta crece en la pared del útero

  • El cuello del útero se cierra

  • Parto prematuro

  • Dar a luz muchas veces

  • Cirugía previa en el útero

  • Concebir por fecundación in vitro

  • Tener una placenta retenida en otro embarazo

  • Haber nacido con deformidades en el útero

  • Recibir medicación con oxitocina durante demasiado tiempo

La razón más común para la retención de la placenta es que no hay suficientes contracciones en el útero. Las contracciones pueden ser más lentas o el útero puede tener problemas para contraerse por diferentes razones. Estas incluyen:

  • Tener bebés grandes

  • Dar a luz muchas veces

  • Demasiada medicación con oxitocina

  • Un parto largo

  • Un parto rápido

  • Los fibromas

  • Tener gemelos o múltiplos

  • Infusiones de sulfato de magnesio

Síntomas de una retención de placenta

El signo más obvio de una placenta retenida es que no la expulsas. El síntoma más común de una placenta retenida después del parto es la pérdida repentina de sangre y una hemorragia que pone en peligro la vida.

A veces puedes expulsar la mayor parte, pero algunos trozos de la placenta pueden quedar atascados en el interior. Esto puede causar síntomas que tardan en aparecer como:

  • Hemorragia retardada y abundante

  • Coágulos de sangre

  • Fiebre

  • Escalofríos

  • Sentirse enfermo o con gripe

  • Flujo vaginal con mal olor

Si tienes un sangrado abundante y coágulos de sangre en casa, asegúrate de guardar las compresas y enseñárselas a tu médico enseguida. Es posible que quieran comprobar si hay tejido de la placenta.

Riesgos de una placenta retenida

La mayoría de las mujeres expulsan la placenta de forma segura después de tener un bebé, pero a veces puede quedarse dentro del útero. Esto puede causar efectos secundarios graves.

Hemorragia potencialmente mortal. Si la placenta no se expulsa, puede provocar una hemorragia potencialmente mortal.

Infección. Si la placenta, o trozos de la misma, se quedan dentro del útero, puedes desarrollar una infección.

La placenta retenida o la membrana deben ser extraídas y deberás acudir al médico de inmediato. Si tienes una hemorragia importante, se trata de una urgencia médica y debes acudir al hospital más cercano...

Tratamiento de la retención de placenta

Algunas condiciones pueden hacer más probable que su útero no se contraiga adecuadamente. Esto puede provocar una retención de placenta. Tu médico comprobará cuidadosamente tu historial médico y tendrá en cuenta cuántos partos has tenido y qué tipo de partos. Es posible que haga planes durante tu embarazo que te ayuden a asegurarte de que no tendrás una placenta retenida o a prepararte para un tratamiento de retención de placenta.

El médico o la comadrona también suelen pedirte que hagas algunas cosas justo después del parto que pueden ayudar a prevenir la retención de placenta.

Amamantar. El médico, la comadrona o la enfermera probablemente te pedirán que empieces a dar el pecho a tu bebé lo antes posible después del parto. La lactancia hace que el útero se contraiga y es un proceso natural que ayuda a prevenir la retención de placenta.

Cambiar de posición. El médico puede pedirte que te pongas de lado o en cuclillas. Cambiar de posición puede ayudar a que el útero se contraiga y expulse la placenta.

Masaje. Después del parto, el médico puede masajearte el abdomen para ayudar a que se contraiga. Esto puede resultar incómodo, pero puede ser útil. El masaje abdominal suele utilizarse después del segundo parto. Esto se debe a que su útero puede no contraerse muy bien si ha tenido varios partos.

Medicación. Si estos métodos no funcionan, tu médico puede darte una inyección de medicamento que hará que el útero se contraiga y te ayudará a expulsar la placenta.

Extracción manual. Si tu médico te diagnostica una placenta retenida, es posible que quiera extraerla manualmente. A menudo intentarán primero otro método. Su médico le administrará una epidural o un medicamento anestésico y separará manualmente la placenta dentro del útero.

Cirugía. Si el masaje, la medicación u otras opciones no funcionan, el médico puede decidir operar. Te operarán para extraer la placenta de forma segura. Si la placenta ha crecido dentro de la pared del útero y ha invadido otros tejidos, es posible que haya que extirpar el útero...

La intervención quirúrgica o la extirpación manual de la placenta pueden entrañar riesgos, como una infección y una hemorragia potencialmente mortal. También puede causar endometritis, que es la inflamación del revestimiento uterino. Tu médico puede darte antibióticos para ayudar a detener la infección y la endometritis.

La retención de la placenta no es muy frecuente, pero puede ocurrir. Una parte del parto consiste en expulsar la placenta y tu médico vigilará de cerca su aparición.

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