Los niños son más propensos a ganar peso extra en verano. No dejes de tomar decisiones saludables sobre la alimentación, el sueño y el ejercicio durante las vacaciones. Utiliza estos consejos del médico para mantener a tus hijos sanos.
Aunque un descanso de la rutina puede ser relajante, algunas partes de la rutina son importantes para que los niños se mantengan durante todo el año, como la cantidad adecuada de sueño y el tiempo para hacer ejercicio cada día. Un descanso excesivo puede provocar cambios poco saludables. De hecho, un estudio de 2016 descubrió que los niños tienden a ganar peso más rápido durante el verano. Y son más propensos a tener sobrepeso u obesidad cuando están fuera de la escuela.
Así que, aunque te tomes un descanso este verano, las decisiones que tome tu familia siguen siendo importantes. He aquí cinco maneras de mantenerla sana.
Centrarse en la comida
Puedes seguir empacando un almuerzo para tus hijos, incluso cuando no van a la escuela. Funciona muy bien si pasan el día en un campamento. Pero también pueden llevárselo de excursión o a la piscina o al parque, en lugar de coger comida rápida o asaltar las máquinas expendedoras. Llena esa bolsa marrón con frutas, verduras, cereales integrales y proteínas, y evita las bebidas azucaradas.
En casa, cambia la comida basura de tu despensa y nevera (refrescos, galletas, patatas fritas, alimentos congelados grasos) por cosas más saludables. Cuando tus hijos quieran asaltar la cocina durante el día, tendrán mejores alimentos para elegir. Mantén la fruta fresca en los mostradores y en la nevera.
Aprovecha el tiempo libre de tus hijos para que se involucren también en su alimentación. Plantad un huerto juntos, o visitad un mercado de agricultores para recoger todos los productos de temporada. Deja que elijan los tomates, los melones o los pimientos y luego preparen juntos la cena. Las investigaciones han demostrado que los niños que aprenden a cultivar y cocinar sus propios alimentos comen más frutas y verduras.
Encuentra una nueva rutina
El año escolar viene con mucha estructura, y toda esa programación puede ayudar a fomentar hábitos saludables. Pon un poco de ritmo a los perezosos días de verano con actividades que los mantengan activos. Puede apuntar a su hijo a un campamento de día, a clases de natación, a grupos de juego, a la hora del cuento o a otras actividades. Consulta el distrito de parques y las bibliotecas locales para encontrar opciones gratuitas o de bajo coste. También puede hacer su propio plan de actividades regulares para reducir el aburrimiento. Un horario diario podría significar menos tiempo frente a la pantalla y menos bocadillos (y tal vez incluso menos lloriqueos).
Sé serio con la hora de acostarse
Sin la alarma del día escolar que se avecina, acostar a los niños a tiempo puede parecer menos importante. Pero una rutina de sueño sigue siendo importante. Los niños que duermen menos tienen menos energía para hacer las cosas que los mantienen sanos, como hacer ejercicio. Un cerebro cansado también es más propenso a tomar decisiones poco saludables, como quedarse en el sofá con una bolsa de patatas fritas todo el día.
Así que limite esas fiestas de pijamas que duran toda la noche y sea firme en cuanto a la hora de acostarse. Para hacerlo más fácil:
-
Mantén un horario regular para cenar.
-
Asegúrese de que su hijo toma aire fresco y hace ejercicio durante el día.
-
Apaga las pantallas una hora antes de acostarse.
?
Cumplir con los límites de tiempo de pantalla
Para sus hijos, las sesiones maratonianas de televisión o videojuegos pueden parecer una forma estupenda de pasar un día de verano. Pero el tiempo extra frente a una pantalla sustituye a otras actividades que son mejores para ellos, como jugar al aire libre o dormir bien. También puede provocar un aumento de peso poco saludable: cuanto más televisión vean los niños, más probabilidades tendrán de ganar kilos de más.
Mantén los límites de tiempo de pantalla en tu casa de la misma manera que lo harías durante el año escolar. (¿No tiene normas sobre las pantallas? El verano puede ser una buena oportunidad para poner a prueba algunas). Establece horarios en los que no se permita el uso de dispositivos (como la cena) y crea zonas libres de medios en la casa (los dormitorios son una buena opción). La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños de 2 a 5 años no pasen más de una hora al día con la televisión o las aplicaciones de alta calidad, y que los niños mayores tengan límites constantes sobre el tiempo que usan la televisión, los teléfonos inteligentes o los ordenadores.
Además, hay muchas otras formas divertidas de pasar un día de verano que no implican una pantalla. Ayuda a tus hijos a elaborar una lista de actividades que puedan realizar durante el día. Tendrás una solución preparada para la próxima vez que oigas que me aburro.
Salir a la calle y ser activo
No hay mejor momento para mostrar a los niños que moverse es divertido. No te centres en la quema de calorías. En su lugar, ayúdales a probar algo nuevo o a encontrar actividades que les gusten. Si el deporte es lo suyo, puedes apuntarlos a un campamento o a una liga. O ayúdale a organizar un partido regular de béisbol o kickball con otros niños cercanos. O enséñales a volar una cometa, a remar en una canoa o a lanzar un cañón a la piscina.
Y haz que el tiempo en familia cuente. Fija un momento al día en el que todos salgáis a pasear, a montar en bicicleta, a jugar al pilla-pilla en el patio, a saltar a la comba, a jugar al fútbol, a bailar o a nadar. Todo ello se suma a los 60 minutos de actividad que los niños necesitan cada día, sea cual sea la estación del año.