¿Qué puedo esperar de mi hijo ahora que tiene 17 años?

Su hijo tiene 17 años: ya no es un niño, pero aún no es un hombre. Conozca los retos que probablemente encontrará durante este importante año.

En general

Tu hijo aún está cambiando físicamente, pero lo más probable es que su voz sea lo más grave posible y que ya le haya salido pelo en la cara.

Mentalmente, los 17 años es una edad de transición para los chicos. Tu hijo puede estar pensando en su futuro y en sus objetivos. Puede que sea un poco más realista en cuanto a su futuro. O puede que todavía tenga la cabeza en las nubes sobre lo que quiere hacer y ser.

Emocionalmente, tu hijo será más independiente que nunca. Puede sentir que necesita desafiarte, o puede parecer un sabelotodo. Puede que sigan teniendo muchos altibajos adolescentes. Al igual que los adultos, los adolescentes pueden desarrollar depresión. Si tu hijo está triste durante más de dos semanas, eso no es normal y deberías llamar a su médico.

Su creciente independencia puede significar que puede resistir la presión de los compañeros mejor que antes, pero probablemente querrá pasar más tiempo con sus amigos que con su familia. Seguirá necesitando que le pongas límites. Puede que sea más fácil conseguir que obedezcan las normas si les hablas de las consecuencias de romperlas en lugar de decirles simplemente lo que tienen que hacer.

Citas y sexo

Es probable que tu hijo de 17 años piense mucho en las citas y el sexo. Empezará a entender que hay que dar y recibir en las relaciones románticas, y verá que la felicidad de los demás puede ser tan importante como la suya propia. Será más consciente de su orientación (heterosexual, gay, bisexual, etc.) y puede que incluso tenga relaciones sexuales. Puedes ayudarles a entenderlo hablando de cosas como:

  • El control de la natalidad

  • Consentimiento

  • Qué hacer si alguna vez se encuentran en una situación en la que no se sienten seguros

  • Enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Es posible que tu hijo tenga que tomar algunas decisiones sobre el sexo, pero necesitan información para poder decidir qué hacer. En algún lugar van a aprender sobre el sexo... más vale que sea de ti para que sepas que están... recibiendo la información correcta.

Imagen corporal

Los adolescentes pueden estar muy preocupados por su aspecto. Los trastornos alimentarios son más comunes en las chicas, pero los chicos también pueden desarrollarlos. Los adolescentes que practican deportes corren un riesgo especial porque pueden sentirse presionados para ganar peso o tener un aspecto determinado.

Puedes ayudar a tu hijo a evitar un trastorno alimentario hablando con ellos sobre:

  • La alimentación saludable

  • Tratar la comida como un combustible, no como una recompensa

  • Los peligros de hacer dieta o comer para manejar sus emociones

  • Lo que ven en las revistas, en la televisión o en Internet

Si notas signos de un trastorno alimentario, habla con tu hijo. Haz que su médico también participe en la conversación. Programe una cita para que su hijo se someta a una revisión.

El alcohol y las drogas

A medida que tu hijo pasa más tiempo con sus amigos, puede cruzarse con adolescentes que beben alcohol o consumen drogas. Se calcula que uno de cada cuatro chicos de entre 12 y 17 años ha consumido drogas. Las edades de 16 a 18 años son el pico de consumo de alcohol y drogas. Hable abiertamente con su hijo sobre estos temas. Podría reducir el riesgo de que consuman drogas y alcohol, pero también es importante que usted hable con ellos. Asegúrate de que entienden las consecuencias de enfrentarse a la ley cuando beben y conducen. Si tú las consumes, les estás diciendo que está bien. Lo mismo ocurre con el tabaco.

Internet y las redes sociales

Nueve de cada diez adolescentes utilizan Internet en un dispositivo móvil como un smartphone. Es una parte de la vida de tu hijo, pero necesita tu orientación sobre cómo mantenerse seguro en Internet. Asegúrate de hablar con ellos sobre:

  • Cómo controlar la privacidad de sus perfiles en línea

  • No publicar datos personales como números de teléfono y direcciones

  • Explicar que... las publicaciones en las redes sociales no desaparecen y podrían tener repercusiones futuras en la universidad y en el trabajo

  • Usar una buena contraseña que otras personas no puedan adivinar fácilmente

  • Hacerte saber si reciben mensajes de personas que no conocen

  • No enviar fotos o vídeos que no querrían que todo el mundo viera

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