Estudio: Planificamos con antelación en situaciones sociales inciertas
Por Lisa Rapaport
29 de noviembre de 2021 -- El pensamiento anticipado -una especie de planificación de contingencia de disparo rápido en el cerebro- parece una habilidad obvia para desplegar en juegos contra un oponente con movimientos predecibles. Pero un nuevo estudio sugiere que la gente lo hace igualmente cuando se enfrenta a un adversario imprevisible.
Numerosas investigaciones anteriores han documentado cómo las personas utilizan el pensamiento anticipado para tareas no sociales, como la navegación por terrenos desconocidos o la planificación de las vacaciones familiares. El nuevo estudio, publicado en eLife, ofrece nuevas pruebas de cómo las personas también pueden utilizar el pensamiento prospectivo en un esfuerzo por ejercer el control sobre las situaciones sociales.
Para el nuevo estudio, los investigadores pidieron a 48 personas que se sentaran en escáneres cerebrales mientras jugaban a diferentes versiones de un ejercicio clásico de negociación conocido como el juego del ultimátum, que requiere que las personas se peleen por cómo compartir 20 dólares. Las partidas empezaban siempre con un jugador ofreciendo 5 dólares a su oponente.
En los escenarios predecibles, el rechazo de esta oferta se encontraría con un aumento de 2 dólares y la aceptación de esta oferta se encontraría con una disminución de 2 dólares. Pero en los escenarios impredecibles, no había ninguna lógica en cuanto al aumento o disminución de la oferta en respuesta a la aceptación o el rechazo. Los concursantes jugaron 40 rondas, alternando entre estos escenarios.
Los científicos observaron que la gente jugaba de forma diferente cuando pensaba que podía controlar el juego. Con escenarios predecibles, la gente tardaba más en decidir cada movimiento y, en última instancia, recibía ofertas más altas.
Curiosamente, los jugadores dijeron a los investigadores que se sentían en control un 40% de las veces cuando jugaban en el escenario imprevisible. Y cuando los jugadores jugaron otra ronda de juegos contra un ordenador, sintieron que controlaban los resultados más de la mitad de las veces, independientemente de si jugaban en un escenario predecible o impredecible.
A continuación, los investigadores realizaron una simulación informática de estas partidas para predecir cuántas jugadas pensarían los jugadores antes de aceptar o rechazar cada oferta. Tanto en las versiones predecibles como en las impredecibles del juego, los modelos informáticos se ajustaban más a los resultados de las partidas entre jugadores humanos cuando las máquinas suponían que las personas pensarían con al menos dos movimientos de antelación.
Aunque en este experimento social no había dinero real en juego, los resultados sugieren dos cosas fascinantes sobre la naturaleza humana: Creemos que tenemos el control aunque no sea cierto, y tratamos de pensar con antelación para ser más astutos que un adversario, independientemente de que esta estrategia pueda influir en el resultado.