Pueden los superordenadores seguir realmente el ritmo del cerebro humano?
Por Lisa Rapaport
19 de enero de 2022 -- Los científicos de datos se enfrentan a nuevos retos, ya que sus esfuerzos por examinar cada una de las neuronas del cerebro humano plantean exigencias de procesamiento extremas a los superordenadores.
Un cerebro adulto contiene unos 86.000 millones de neuronas, y todas esas neuronas tienen billones de sinapsis, o puntos de conexión, que conforman el circuito que el cerebro utiliza para controlar todo lo que hacemos, desde el razonamiento hasta la respiración o el caminar.
Ahora, los científicos del Proyecto Cerebro Humano están tratando de crear nuevas herramientas informáticas que puedan acercarse a cada una de estas conexiones, mirar dentro de las células y alejarse para enfocar regiones enteras del cerebro a la vez.
Los investigadores del Proyecto Cerebro Humano informan en la revista Science que para obtener imágenes del cerebro humano a nivel celular se necesitarían varios petabytes de datos. Para contextualizar: Si tienes un smartphone o una tableta antigua con 32 gigabytes (GB) de almacenamiento, necesitarías más de 31.000 de ellos para conseguir un solo petabyte de almacenamiento.
Utilizar un microscopio electrónico para obtener imágenes de todo el cerebro requeriría más de un exabyte de datos, señalan los científicos. Es decir, más de un millón de petabytes.
El doctor Giacomo Indiveri, catedrático de neuroinformática de la Universidad de Zúrich (Suiza), afirma que hay que cambiar radicalmente la forma de construir ordenadores. En su discurso de apertura de la Cumbre del Proyecto Cerebro Humano, celebrada en octubre, advirtió que para el año 2025 utilizaremos el 20% de toda la electricidad del mundo en computación.
Para hacer frente a los retos informáticos que plantea la búsqueda de un mapa de cada parte del cerebro humano, los investigadores están trabajando para producir los dos primeros superordenadores de exaescala en los próximos 5 años. Cuando estén listas, estas máquinas proporcionarán a los científicos del cerebro superordenadores lo suficientemente potentes como para explorar el cerebro humano en toda su complejidad.