La fascia es una capa de tejido conectivo que se encuentra debajo de la piel.
Los cirujanos solían pensar que la fascia era un tejido que sólo cubría órganos, músculos y huesos. Ahora, aunque el mundo de la medicina sabe que la fascia del cuerpo también forma parte de algunos tendones, ligamentos y otras estructuras, algunos investigadores creen que conecta todas las partes del cuerpo.
Fascia corporal
La fascia corporal tiene varias capas y desempeña un papel activo en el cuerpo. Sostiene tejidos y órganos, disminuye la fricción, alivia la tensión muscular y se tensa por reflejo. También ayuda a la circulación sanguínea, al tejido óseo y a los músculos del esqueleto.
Cuando está sana, la fascia es resbaladiza y suave, y se estira con usted cuando se mueve. Si no está bien, puede volverse más gruesa, pegajosa, seca y tensa. Dado que la fascia es tan importante para las funciones del cuerpo, los problemas con ella pueden causar mucho dolor.
Capas de la fascia
Tu fascia puede dividirse en cuatro capas principales: superficial, profunda, visceral y parietal. Estas capas tienen nervios que hacen que tu fascia sea casi tan sensible como tu piel.?
Fascia superficial. Esta capa está justo debajo de la piel. Es más gruesa en la parte principal del cuerpo (el estómago, el pecho, etc.) y se vuelve más fina en los lugares más alejados del centro, como las manos y los pies. La fascia superficial puede incluir fibras musculares que conforman muchas estructuras diferentes de tu cuerpo...
Fascia profunda. La fascia profunda cubre huesos, músculos, nervios y vasos sanguíneos. Puede dividirse en dos subtipos:
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Fascia aponeurótica, que es más gruesa y se separa más fácilmente de los músculos.
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fascia epimisial que es más delgada y está más unida a los músculos?
Fascia visceral. La capa visceral rodea ciertos órganos que se asientan en los espacios abiertos del cuerpo, como los pulmones, el corazón y el estómago.
Fascia parietal. Los tejidos que recubren una cavidad corporal se denominan fascia parietal. Por ejemplo, la pelvis está revestida por la fascia parietal.
Dolor en la fascia
Entre las capas de la fascia corporal, una sustancia llamada hialuronano ayuda a que las capas funcionen sin problemas entre sí. Cuando el hialuronano se seca, la fascia corporal puede agarrotarse alrededor de los músculos, dificultar el movimiento o formar incómodos nudos. La fascia reseca, llamada adherencias de la fascia, puede producirse por:
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Un estilo de vida sin suficiente actividad física
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Actividad que utiliza la misma parte del cuerpo una y otra vez
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Cirugía o lesión que provoca daños en una parte de su cuerpo?
El dolor en su fascia se confunde comúnmente con el dolor muscular o el dolor articular. La mayor diferencia es que el dolor muscular y articular empeora al seguir moviéndose, mientras que el dolor de la fascia mejora con el movimiento y el calor...
Las adherencias de la fascia pueden solucionarse temporalmente, pero también pueden empeorar con el paso del tiempo. Si no se trata el dolor de la fascia, ésta se tensará más alrededor de los músculos y puede crear nudos muy sensibles en ellos, llamados puntos gatillo.
El síndrome de dolor miofascial y la fascitis plantar son enfermedades comunes que pueden afectar a la fascia.
Síndrome de dolor miofascial. El dolor miofascial se produce cuando el mismo músculo se tensa y se libera una y otra vez debido a movimientos repetidos o a la tensión provocada por el estrés. Los síntomas pueden incluir un dolor muscular profundo que no desaparece, nudos sensibles en el músculo e incapacidad para dormir a causa del dolor. Es diferente del dolor por tensión muscular porque empeora con el tiempo.
Fascitis plantar. Hay una sección gruesa de fascia en la parte inferior del pie llamada fascia plantar. Cuando se inflama, provoca un intenso dolor en el talón. Lo más probable es que sientas la fascitis plantar cuando caminas por la mañana después de una noche de descanso o cuando te pones de pie después de estar sentado durante mucho tiempo.
El mundo de la medicina no sabe cuál es la causa de la fascitis plantar, pero las personas de más edad, con más peso, que pasan mucho tiempo de pie o que hacen ejercicios repetitivos como correr tienen más posibilidades de padecerla.
Cómo mantener sana la fascia
Haz lo posible por mantener tu fascia bien estirada. Cuanto más flexible sea, menos probable será que te cause dolor. Muévete, estírate con frecuencia e intenta mantener una buena postura si pasas mucho tiempo sentado o de pie. Esto ayuda a aliviar las adherencias de la fascia.
Si tienes dolor de fascia que no desaparece con los estiramientos, intenta aflojar los puntos gatillo probando lo siguiente:
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Terapia de calor. Tome una ducha o un baño caliente o coloque una fuente de calor en la zona incómoda.
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Yoga. Consulta con un terapeuta de yoga las posturas que se centran en aliviar el dolor de tu fascia afectada.
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Utilizar un rodillo de espuma. Date un masaje utilizando un rodillo de espuma para ayudar a tu cuerpo a deshacerse de la tensión.
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Terapia de masajes. Hazte una serie de masajes que puedan liberar la presión de los puntos gatillo.
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Acupuntura. Acude a un acupunturista para que te coloque agujas en la fascia afectada y te ayude a relajar el tejido conectivo.