Mucha información y algo de confusión
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Si siente curiosidad por saber de dónde proceden sus antepasados o le preocupan las enfermedades que puede contraer, las pruebas de ADN por correo le permiten obtener fácilmente algunas respuestas. Hay decenas de empresas que las ofrecen, y pueden realizarse con una muestra de saliva o un hisopo de la mejilla. El problema es que puedes conocer "datos" sobre ti mismo que no son del todo reales.
Mito: predice las probabilidades de enfermedad
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Estas pruebas buscan información en tus genes que muestra que podrías ser más propenso a padecer una enfermedad específica, como el Alzheimer o el cáncer. Pero no pueden decir si acabarás padeciéndola. Ni siquiera pueden indicar las probabilidades de padecerla. Otras cosas, como tu estilo de vida o tus hábitos, también afectan al riesgo de contraer enfermedades.
Mito: cubrir todas las enfermedades
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El campo de la genética está creciendo rápidamente, pero sólo hay un número determinado de pruebas disponibles. Por eso, mientras que puede obtener información sobre ciertas afecciones, es posible que no obtenga ninguna sobre una enfermedad menos común que le preocupe.
Mito: Trazar un mapa de su árbol genealógico
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Cada empresa tiene su propia base de datos de muestras de personas que viven en distintas zonas del mundo, y cotejan las tuyas con las del resto de la base de datos. Por tanto, los resultados no incluyen a todas las personas que se han sometido a la prueba, sino sólo a las que se han sometido a la prueba de la empresa que has elegido.
Mito: la misma información para los hermanos
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Todo el mundo recibe el 50% de su ADN de cada padre, pero lo que hay en cada mitad puede ser diferente. Así que es totalmente posible que tú tengas más ADN europeo de tu madre y que tu hermana tenga más ADN asiático. Si añades a tu padre a la mezcla, las cosas se complican aún más. Al igual que los hermanos no siempre se parecen, su ADN tampoco puede parecerse.
Mito: Necesidades nutricionales
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Algunas empresas de análisis ofrecen consejos personalizados sobre suplementos dietéticos en función de los resultados de tus pruebas. Algunas incluso intentan vendértelos. Pero no hay estudios que demuestren que las pruebas genéticas puedan darte información útil sobre esas o las opciones dietéticas.
Mito: efectos de las toxinas
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No todos los que fuman tienen cáncer, y algunas empresas de análisis de ADN sugieren que la razón está en los genes. Es posible que así sea, al menos en parte, pero no hay ninguna prueba científica sólida que demuestre que las pruebas genéticas puedan decir lo bien que tu cuerpo maneja ciertas cosas en el medio ambiente.
Mito: las tarifas de los seguros
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Hay leyes que le protegen de que le denieguen el seguro médico o le cobren más por él. Pero esas leyes no se aplican a los seguros de vida, los seguros de invalidez o los seguros de atención a largo plazo. Eso significa que es posible que los resultados de tus pruebas genéticas sean utilizados por las compañías que venden estos tipos de seguros.
Mito: las regulaciones gubernamentales
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La mayoría de estas pruebas se hacen de forma privada y pueden venderse sin ninguna prueba de que funcionen como se anuncian. Sin embargo, esto podría cambiar pronto. La FDA está elaborando unas directrices para las pruebas genéticas.
Mito: todas las pruebas son iguales
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Aunque ninguna empresa de pruebas puede garantizar que la información que le proporciona es 100% precisa, algunas son mejores que otras. Si decides probar las pruebas de ADN en casa, busca una que cumpla con las normas estadounidenses llamadas Clinical Laboratory Improvement Amendments (CLIA), y comprueba si las pruebas han sido aprobadas por la FDA.
Mito: Información personal
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Lee la letra pequeña. La mayoría de las empresas se esfuerzan por mantener la "privacidad" de los datos personales, pero eso puede significar diferentes cosas. Asegúrate de que entiendes qué datos recogen y quién los verá.
Mito: Diversión inofensiva
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Las pruebas de ADN caseras pueden ser entretenidas, aunque no siempre sean precisas. Pero también pueden causar estrés. A veces las pruebas genéticas revelan sorpresas no muy felices, como que un miembro de la familia no está emparentado contigo o la posibilidad de que padezcas una determinada enfermedad. Puedes hablar con un asesor genético antes de decidir si te haces las pruebas. Y si decides hacerlo, el asesor puede ayudarte a entender los resultados.