La disfunción de las cuerdas vocales (DCV) se produce cuando los pliegues de las cuerdas vocales, también conocidos como laringe o caja de voz, no se abren correctamente. Normalmente, al inspirar o espirar, las cuerdas vocales se abren y permiten emitir sonidos. Sin embargo, cuando se produce una disfunción, se cierran en su lugar. Esto puede afectar a la voz y dificultar la respiración.
Los síntomas de la DCV incluyen:
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Dificultad para respirar
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Sensación de ahogo
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Sensación de asfixia
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Opresión en el pecho o en la garganta
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Sibilancias
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Ronquera
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Tos
Muchos episodios de DCV no tienen una causa discernible. Otras veces, hay una causa conocida. Las siguientes son algunas de las cosas que pueden causar una disfunción de las cuerdas vocales:
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Resfriado o gripe
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Olores fuertes
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Humos químicos
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Humo
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Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE; el ácido del estómago sube a la garganta)
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Goteo postnasal (flema en la garganta)
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Ejercicio
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Estrés
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Emociones fuertes
Dado que los síntomas de la DCV y el asma son muy similares, las personas con DCV suelen ser diagnosticadas de asma en su lugar. También es posible tener ambas enfermedades. La diferencia entre ambas es que los medicamentos broncodilatadores inhalados que abren los bronquios ayudan durante un ataque de asma, pero no ayudan durante un ataque de DCV.
Los remedios para la DCV suelen centrarse en la prevención del ataque. Si tiene un ataque de DCV, puede necesitar atención médica inmediata.
Remedios para la disfunción de las cuerdas vocales
Hay muchas maneras de ayudar a resolver la disfunción de las cuerdas vocales. Algunas de ellas son:
Ejercicios de habla y respiración
Después de un ataque de DCV, puede asistir a sesiones con un logopeda. Le mostrarán varios ejercicios que puede hacer para prevenir los ataques en el futuro. Los ejercicios le ayudan a relajar los músculos de la garganta para evitar que se produzca un ataque. Debe practicar estos ejercicios con regularidad para que, si tiene un ataque, pueda mantener el control.
Un ejemplo de ejercicio respiratorio para la DCV es la respiración de rescate. Para realizar este ejercicio, comience con los labios fruncidos (bien juntos). Haga una exhalación larga a través de los labios fruncidos. A continuación, haga dos inhalaciones cortas por la nariz. Repita este patrón de respiración varias veces hasta que su respiración mejore. Este es un ejercicio que puede probar si siente que se aproxima un ataque de DCV, por lo que debería practicarlo con regularidad, incluso cuando no esté teniendo un ataque.
Psicoterapia
Uno de los desencadenantes de las DCV es el estrés o las emociones fuertes (como la ira, el miedo o la tristeza). Recibir asesoramiento o psicoterapia puede ayudarle a controlar el estrés y las emociones para evitar los ataques de DCV.
Hay muchos tipos de psicoterapia y puede llevar algún tiempo encontrar el profesional sanitario o el tipo de psicoterapia adecuados para usted. La psicoterapia, también llamada terapia de conversación, puede enseñarle mecanismos de afrontamiento para ayudarle a mantener la calma incluso cuando las cosas son difíciles. También puede ayudarle a resolver los problemas emocionales que pueden provocar ataques de DCV.
Gestión de los factores desencadenantes
Algunas personas no saben qué es lo que desencadena (les provoca) un ataque de DCV. Sin embargo, si lo saben, es importante evitar lo que los desencadena. Por ejemplo, si el humo del cigarrillo ha provocado un ataque de DCV en el pasado, es posible que tenga que alejarse de una situación en la que haya gente fumando a su alrededor.
Si su DCV es desencadenado por otra condición de salud, como las alergias, es importante trabajar con un médico para tener esa condición bajo control... Por lo general, la medicación ayuda en estos casos.
Cuándo acudir al médico
Dado que la DCV causa dificultad para respirar, es necesario que acuda al médico de inmediato si tiene un ataque y no puede controlar los síntomas por sí mismo. Es posible que necesite atención de urgencia. Una vez que respire con normalidad, podrá colaborar con su médico en el diagnóstico y la atención preventiva.?
Para diagnosticar, los médicos realizan varios tipos de pruebas. Una de ellas, la espirometría, muestra cómo entra y sale el aire de los pulmones. Otra consiste en que el médico observe las cuerdas vocales con una pequeña cámara mientras usted tiene problemas para respirar.
Sin embargo, es muy difícil diagnosticar la DCV a menos que tenga síntomas activos. Por lo tanto, los médicos pueden intentar que usted haga ejercicio o utilice medicamentos para inducir (provocar) de forma segura un ataque mientras está en la consulta para poder diagnosticarle adecuadamente.
Una vez que se tiene el diagnóstico, los médicos suelen recomendar terapia del habla para controlar los síntomas. En raras ocasiones, si las cuerdas vocales están completamente congeladas en posición cerrada, el médico puede recomendar la cirugía.