Los hematólogos son médicos de medicina interna o pediatras con formación adicional en trastornos relacionados con la sangre, la médula ósea y el sistema linfático. Son especialistas que pueden trabajar en hospitales, bancos de sangre o clínicas. Los hematólogos que trabajan en laboratorios se denominan hematopatólogos. Están formados en patología, una rama de la medicina que examina los tejidos corporales y la sangre con microscopios o pruebas.
Todos los hematólogos tienen al menos 9 años de formación médica. Incluyen 3 años de formación en el puesto de trabajo, llamada residencia, después de la facultad de medicina y hasta 4 años de formación en subespecialidades. Algunos hematólogos son generalistas, mientras que otros se centran en condiciones y órganos específicos que requieren una formación adicional.
Cuándo se necesita un hematólogo?
Lo más probable es que su médico de atención primaria le remita a uno. Las razones incluyen si tiene o podría tener:
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Anemia, o nivel bajo de glóbulos rojos.
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Trombosis venosa profunda (coágulos de sangre)
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Leucemia, linfoma o mieloma múltiple (cánceres en la médula ósea, los ganglios linfáticos o los glóbulos blancos)
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Sepsis, una peligrosa reacción a una infección
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Hemofilia, un trastorno genético de la coagulación de la sangre
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La anemia de células falciformes, que implica la presencia de glóbulos rojos defectuosos
Pruebas y procedimientos
No es una sorpresa: los hematólogos pasan mucho tiempo examinando su sangre. Pero no sólo diagnostican enfermedades. También realizan tratamientos, como la transfusión de sangre.
Recuento sanguíneo completo. Esta prueba habitual ayuda al médico a diagnosticar o controlar su enfermedad. En la sangre extraída de una vena o de un dedo se analizan los niveles y las características de los tres tipos de células sanguíneas, incluidas las plaquetas.
Tiempo de protrombina. Esta prueba y otra similar, denominada tiempo de tromboplastina parcial, buscan trastornos de hemorragia o coagulación. También comprueban la eficacia de sus medicamentos y tratamientos.
Transfusión de sangre. Reemplaza la sangre que ha perdido en una operación, un accidente o una enfermedad.
Quimioterapia. La administra un especialista llamado hematólogo-oncólogo. Se trata de una infusión de sustancias químicas para eliminar las células cancerosas de crecimiento rápido.
Trasplante de médula ósea. También llamado trasplante de células madre, sustituye las células madre enfermas del centro esponjoso del hueso por células sanas de otras partes del cuerpo o de un donante.
Terapia de ablación. Su hematólogo utiliza calor, frío, un láser o productos químicos para destruir el tejido dañado.
Qué puede esperar durante su visita
Es posible que no siempre se encuentre cara a cara con su hematólogo. A menudo trabajan estrechamente con su internista, pediatra, oncólogo u otro médico de cabecera para interpretar los resultados de sus pruebas o para controlar su estado. El técnico de laboratorio que toma la muestra de sangre no suele ser un médico. Las extracciones de sangre duran sólo unos minutos. Es posible que tenga que esperar unos días para obtener los resultados de los análisis.
Si padece una enfermedad de larga duración relacionada con la sangre, como la hemofilia, es probable que los vea con regularidad.