Las comadronas han ayudado a las mujeres a dar a luz durante siglos y estuvieron presentes en la mayoría de los partos hasta principios del siglo XX. Hoy en día, más del 7% de todos los partos, tanto vaginales como por cesárea, en EE.UU. son atendidos por enfermeras-parteras certificadas.
La enfermería partera se desarrolló en Estados Unidos a lo largo del siglo XX, cuando se fundó el Servicio Médico de Frontera en 1925. En esta primera práctica se utilizaron enfermeras tituladas que habían recibido formación en enfermería obstétrica en Inglaterra. A lo largo de la década de 1900, las enfermeras-parteras, o comadronas con formación médica, recuperaron la práctica de tener una comadrona presente en el parto.
Hoy en día, una enfermera-partera certificada es una enfermera titulada que está cualificada para prestar atención durante la preconcepción, a lo largo del embarazo, durante el parto y en la fase de posparto. Están capacitadas para ofrecer a las mujeres un enfoque menos tecnológico del parto, ya que las guían a través de técnicas de parto seguras y naturales.
¿Qué hace una enfermera-partera?
Además de asistir a las mujeres durante el parto, una enfermera-partera certificada ofrece atención holística a las mujeres en muchas etapas diferentes de la vida. Realizan exámenes físicos, diagnostican y tratan afecciones médicas, e incluso pueden recetar medicamentos para ciertas afecciones. Las enfermeras-parteras también asesoran y aconsejan a las futuras madres.
Las enfermeras-parteras certificadas pueden practicar la enfermería-partería en una serie de entornos, incluyendo:
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Hospitales
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Clínicas de obstetricia y ginecología
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Clínicas de salud
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Centros de parto
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Prácticas de partería
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Hogares privados
Una enfermera-partera puede dar a las mujeres atención primaria además de atención ginecológica. Pueden proporcionar una atención holística a las mujeres que están pasando por la menopausia o la perimenopausia. Una enfermera-partera puede incluso tratar a la pareja masculina de una mujer que sufre una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Las enfermeras-parteras ofrecen a las mujeres un enfoque más holístico del parto que los ginecólogos y obstetras modernos. Este enfoque requiere poca o ninguna tecnología en el parto. Sin embargo, una enfermera-partera está capacitada para saber qué situaciones pueden requerir la ayuda de un obstetra durante el parto.
Durante el embarazo, la enfermera-partera vigila la salud de la madre y del bebé. Ayudan a la madre a elaborar un plan de parto y ofrecen consejos individualizados a cada mujer. Cuando llega el momento, las enfermeras-parteras asisten en el parto y proporcionan cuidados posteriores tanto a la madre como al bebé. Una enfermera-partera puede proporcionar cuidados al recién nacido durante el primer mes de vida de éste.
Educación y formación
Hay varios pasos para convertirse en una enfermera-partera certificada. El primer paso es obtener una licenciatura en enfermería que esté aprobada por la Junta Estatal de Enfermería local. Una vez obtenida la licenciatura, el candidato debe realizar y aprobar el examen NCLEX-RN, que le otorga el título de Enfermera Registrada (RN). Una vez que el enfermero tiene este título, puede empezar a ejercer la enfermería y adquirir experiencia en el campo.
El siguiente paso es obtener un título de postgrado, ya sea un máster o un doctorado en enfermería-partería. La mayoría de las escuelas exigen que las candidatas tengan un mínimo de un año de experiencia en la práctica de la enfermería para ser consideradas en estos programas. Dependiendo del programa, la obtención de un título avanzado en enfermería obstétrica puede llevar dos años o más.
Después de obtener un título avanzado en enfermería-partería, el último paso para convertirse en enfermera obstétrica es realizar y aprobar el examen ofrecido por el Consejo de Certificación de Partería de Estados Unidos. Esto permite a una CNM practicar la enfermería-partería en los 50 estados y territorios de Estados Unidos.
Razones para acudir a una enfermera comadrona
Si bien es cierto que las enfermeras-parteras se ocupan del parto, ésa es sólo una de las razones por las que las mujeres acuden a ellas. En realidad, cerca del 90% del tiempo de una enfermera-partera se dedica a proporcionar cuidados preventivos.
Atención holística
La principal razón por la que las mujeres eligen a las enfermeras-parteras es por el enfoque de atención holística que proporcionan. Este enfoque es de baja tecnología y alta sensibilidad, sin intervenciones tecnológicas innecesarias. En cambio, una enfermera obstétrica se centra en la salud, el bienestar y la prevención. Esto incluye una atención adaptada a cada mujer y a sus necesidades y el reconocimiento de que el parto es un proceso fisiológico normal.
Menor coste
Dado que las enfermeras-parteras se centran en no utilizar la tecnología durante el parto, el coste global del mismo es menor. Alrededor del 2% de los partos asistidos por enfermeras-parteras tienen lugar en centros de maternidad, y alrededor del 1% tienen lugar en casa. En estos partos se utiliza poca o ninguna tecnología o equipo, por lo que son mucho más baratos y menos invasivos que los partos tradicionales en los hospitales.
Atención de alta calidad
Las investigaciones demuestran que los resultados de los cuidados de las matronas son comparables a los de los partos dirigidos por médicos en los hospitales, incluidas las tasas de mortalidad infantil. Estos estudios también muestran menores tasas de cesáreas o inducciones al parto, ya que las enfermeras-parteras se centran en las técnicas de parto natural. Las madres que fueron asistidas por enfermeras-parteras durante el parto también presentan mayores tasas de lactancia materna. ?