La elección de los alimentos adecuados puede ayudar a controlar los síntomas de la enfermedad cardíaca y a prevenir nuevas complicaciones. Mejorar la dieta y la forma física puede ralentizar el proceso de obstrucción de las arterias, e incluso detener o revertir su estrechamiento. También reduce el colesterol "malo" (LDL), la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y el peso.
Una alimentación sana para el corazón no consiste sólo en evitar los alimentos prohibidos. Añadir ciertos tipos de alimentos es tan importante como reducir otros. Utilice estas 9 estrategias para ayudarle a comer bien con las enfermedades del corazón:
Conozca lo básico.
La base de tu plan de alimentación es sencilla: Come más verduras, frutas, cereales integrales y legumbres. Son todos alimentos poderosos que te ayudan a combatir las enfermedades del corazón.
Que sea delicioso.
¡La comida sana puede ser sabrosa! Que te guste lo que comes te ayuda a seguir el plan. Pregunta a tu médico si te puede recomendar un dietista que te ayude con trucos de cocina o consejos para pedir cuando salgas a cenar.
Toma suficientes proteínas.
Incluya una variedad de alimentos proteicos (carne magra, productos lácteos bajos en grasa, frijoles, nueces, legumbres y pescado).
Limita las grasas.
Evite el consumo de grasas saturadas (mantequilla, productos lácteos enteros, cortes grasos de carne) y de grasas trans (que se encuentran en algunos productos horneados envasados, palomitas de microondas y alimentos fritos). Prefiera las grasas monoinsaturadas (aceites de canola y oliva y algunos frutos secos, por ejemplo), y siga las directrices de su médico sobre la cantidad de grasa que es demasiado.
Elige los tipos de carbohidratos adecuados.
Cuando comas una comida, la mitad de las calorías deben proceder de cereales integrales, verduras, frutas u otros alimentos vegetales. Limita los artículos azucarados.
No te saltes las comidas.
Saltarse una comida te predispone a comer en exceso. Hacer de cinco a seis minicomidas es una solución, siempre que no te pases de calorías.
Coma menos sal.
El exceso de sal puede elevar la presión arterial. También es importante añadir alimentos ricos en otros minerales como el potasio, el magnesio y el calcio.
Haz ejercicio todos los días.
El ejercicio fortalece el corazón, mejora el flujo sanguíneo, frena la presión arterial alta, aumenta el colesterol "bueno" HDL y ayuda a controlar los azúcares en sangre y el peso corporal.
Hidratación.
Mantenerse bien hidratado hace que te sientas con energía y comas menos. Pregunta a tu médico sobre la cantidad de agua que debes beber al día, por si necesitas alguna restricción. Y recuerda que los alimentos ricos en agua también cuentan.