Lucha por tus derechos como paciente
En una época, la relación entre un médico y un paciente era muy diferente a la actual. Es posible que los pacientes nunca hayan cuestionado a sus médicos u otros profesionales de la medicina sobre, bueno, nada. Aceptaban las órdenes de los médicos como la última palabra y se sometían de buen grado a las pruebas y a los medicamentos sin decir ni pío. Pero hoy en día, es mucho más probable que los profesionales sanitarios y sus pacientes trabajen juntos para elaborar un plan que mantenga a las personas con la mejor salud.
Pero la única manera de que esa relación se produzca es que usted aprenda a hablar por sí mismo. En otras palabras, sea su propio defensor. La base de cualquier buena relación, ya sea con su cónyuge, sus amigos o sus proveedores de atención sanitaria, es una buena comunicación.
Ser un defensor de sí mismo significa aprender a ser directo sobre lo que crees que puedes necesitar en cuanto a tu salud. También significa escuchar y aprender de tus proveedores de atención sanitaria, todos ellos expertos en sus campos. A partir de estas conversaciones, usted y sus proveedores pueden desarrollar un plan que funcione para usted. Ser un autogestor también significa pedir ayuda cuando la necesitas. Así que si necesitas ayuda para entender algo de lo que te dice tu proveedor, pídela. Así, tu camino hacia una mejor salud será mucho más fácil.
Un enfoque centrado en el paciente
No debería ser una sorpresa, pero tanto los defensores del paciente como los profesionales sanitarios reconocen que la atención más eficaz que se puede recibir es cuando usted y su proveedor toman decisiones juntos. Esto se debe a que lo que funciona y tiene sentido para un paciente puede no ser el mejor enfoque para usted. En otras palabras, no hay una talla única para todos.
Cuando usted comparte la toma de decisiones con su proveedor de atención médica, se denomina enfoque centrado en el paciente. Debe defender sus propios valores, objetivos y preferencias. De este modo, su proveedor de atención médica puede comprender mejor sus necesidades y desarrollar un plan específicamente adaptado a usted.
Es importante recordar que tiene el derecho absoluto a una información clara, actualizada, precisa e imparcial sobre su salud. Esto es especialmente importante cuando se discuten las opciones de tratamiento, incluidos los riesgos y beneficios de un tratamiento, las alternativas al tratamiento recomendado y la posibilidad de no realizarlo. También debe tener en cuenta sus propias preocupaciones personales y explicar su punto de vista si cree que un determinado enfoque puede ser una carga.
También es importante elegir las batallas. Por ejemplo, si tienes un resfriado común y corriente, puede que sólo quieras seguir el consejo de tu médico de descansar e hidratarte. Pero la mayoría de nosotros nos enfrentamos a grandes decisiones en materia de salud en algún momento: la elección de pruebas genéticas o de detección de cáncer, la mejor manera de controlar un problema continuo como la artritis o el colesterol alto, la discusión de la medicación a largo plazo o la decisión de someterse a una cirugía, por ejemplo. La autodefensa es la clave cuando uno se enfrenta a esas decisiones.
Recuerde que está protegido por la ley
Una cosa que hace que ser un autodefensor sea un poco más fácil es el hecho de que usted, como paciente, tiene derechos muy específicos. Algunos de estos derechos están garantizados por la ley federal. Por ejemplo, tienes derecho a obtener tu historial médico, y tienes derecho a la privacidad total. Eso significa que todo lo que hable con su proveedor de atención médica no será compartido sin su consentimiento. Dependiendo de su lugar de residencia, su estado puede tener otras leyes que protejan sus derechos.
Uno de los derechos más importantes que tiene se llama consentimiento informado. Si necesita un determinado tratamiento, por ejemplo, el consentimiento informado significa que su proveedor de atención médica debe darle toda la información que necesita para tomar su decisión.
Si tiene algún problema relacionado con sus derechos legales, es posible que su hospital cuente con defensores internos o con un defensor del pueblo (alguien que investiga las quejas) que le proporcionará ayuda.
Ser un autodefensor requiere trabajo
Si quieres que tu proveedor de atención médica trabaje contigo, recuerda que tú también tienes que hacer algo de trabajo. Por lo tanto, si tiene alguna pregunta o preocupación acerca de los síntomas nuevos o en curso, o de lo bien que puede estar funcionando un tratamiento, asegúrese de acudir a su cita dispuesto a preguntar.
Comience siempre su conversación con un tema que le preocupe más. Sea siempre sincero. Si le resulta difícil dejar de fumar o si cree que puede estar deprimido, dígaselo a su médico. Es la única manera de obtener la mejor atención para usted.
La mayoría de los hospitales y sus proveedores disponen de portales de Internet para la comunicación con los pacientes. Considere la posibilidad de utilizar estos portales para hacer preguntas antes de su cita y comprobar los resultados de las pruebas, por ejemplo. Recuerda también que ser un autogestor significa pedir ayuda cuando la necesites. Si crees que quieres tener otro par de oídos contigo en tu cita, lleva a un amigo o familiar de confianza.
Enfréntate a los posibles prejuicios
Los pacientes que forman parte de una minoría, ya sea por su raza, etnia, religión, cultura u orientación sexual, pueden sufrir prejuicios. Si crees que estás sufriendo algún tipo de prejuicio, ya sea intencionado o no, es muy importante que te autodefiendas. Esto se debe a que puede tener algunas necesidades sanitarias especiales. Por ejemplo, las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades de tener miomas que las blancas. Los miomas pueden provocar complicaciones en el embarazo. Las lesbianas tienen menos probabilidades de recibir servicios preventivos contra el cáncer. Los proveedores de atención sanitaria y los hospitales están tomando medidas para eliminar los prejuicios, pero el cambio no se produce de la noche a la mañana.
Si alguna vez sientes que tus síntomas no son tenidos en cuenta debido a los prejuicios, habla. En primer lugar, hable con su proveedor. Si no consigues nada, informa de tus preocupaciones al hospital. Y, si es necesario, búsquese otro proveedor, uno que le respete, le escuche y trabaje con usted.