Pieles secas: Cómo calmar el picor en invierno

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¿La piel seca del invierno te hace querer hibernar en esta época del año?

No eres el único. Sea cual sea nuestra edad, la mayoría de nosotros experimentamos una piel escamosa y con picores en algún momento cuando el tiempo se vuelve frío. Los culpables pueden ser el viento invernal, el aire seco de los interiores, los jabones fuertes, la baja humedad o incluso las quemaduras de sol del tiempo frío.

Con todo esto en contra, ¿qué podemos hacer para mimar -y prevenir- la piel seca? Los expertos ofrecen ayuda con estos consejos para el cuidado de la piel en invierno.

Primer paso para el cuidado de la piel seca: Prepara tu piel

  • Limpiar las células viejas de la piel

Deshacerse de las células muertas es el primer paso para mimar tu piel seca, escribe la doctora Joely A. Kaufman, en la revista Skin News Briefs de la Academia Americana de Dermatología. Esto se debe a que cuanto más limpia esté la piel, más profundamente podrá penetrar la crema hidratante.

Para eliminar las células viejas de la piel, Kaufman sugiere exfoliar con una crema hidratante queratolítica de venta libre o con receta, que contenga ácido láctico o salicílico. Y tanto si se trata de una piel normal, sensible o seca, siempre es buena idea exfoliarla con suavidad: basta con un exfoliante suave. Si tu piel está súper seca o irritada, habla con tu médico antes de empezar un nuevo producto o régimen de cuidado de la piel.

  • Tómate tu tiempo para hidratar

Una vez que tengas una superficie fresca y suave para trabajar, alivia la piel seca del invierno con una crema hidratante a base de aceite. Los productos gruesos y pesados como estos tienen más poder de permanencia y evitan que el agua se evapore de tu piel.

¿No te gustan las cremas y lociones sofisticadas? También puedes ayudar a la piel seca con ingredientes hidratantes básicos como el aceite mineral, la vaselina o la glicerina. Sea cual sea el producto que elijas, asegúrate de aplicar tu crema hidratante preferida justo después de la ducha, y luego sécate la piel a golpecitos.

Segundo paso para el cuidado de la piel seca: Limpiar de la manera correcta

  • Duchas y baños calientes solamente, por favor

Las duchas largas y calientes pueden resultar divinas, pero pueden ser perjudiciales para la piel problemática y con picores, ya que la resecan aún más, informa la doctora Susan C. Taylor en Skin News Briefs. La solución si tienes la piel seca: aprende a calentarte con baños y duchas cortas y tibias, que ayudan a tu cuerpo a retener sus aceites naturales que protegen la piel.

Y cuando te bañes, usa jabón sólo en los lugares que realmente lo necesitan, como la cara, las axilas, las ingles y los pies. Como el resto del cuerpo no tiende a ensuciarse mucho, un simple lavado con agua tibia en el resto del cuerpo está bien, dicen los profesionales, y ayuda a conservar esos aceites naturales vitales.

  • Utiliza un limpiador suave

Los jabones perfumados, desodorantes y antibacterianos pueden ser duros y despojar a la piel de sus aceites esenciales. Por eso, muchos expertos en el cuidado de la piel sugieren utilizar limpiadores suaves sin perfume o productos sin jabón como Aveeno, Cetaphil, Dove, Dreft o Neutrogena.

Los jabones corporales con vaselina (otro nombre de la vaselina) también son una gran opción para calmar la piel muy seca, dice Kaufman, ya que ayudan a atrapar el agua mientras se limpia.

Tercer paso para el cuidado de la piel seca: ten cuidado con el sol

  • Sigue utilizando la protección solar

Aunque los rayos del sol son menos intensos en invierno, esos rayos pueden seguir quemando y dañando tu piel, dice Taylor.

De hecho, la nieve es un reflector aún mejor que el agua, ya que nos devuelve el 80% de los rayos solares, frente a menos del 20% de la arena y el surf. Por eso, incluso en invierno se pueden producir quemaduras solares, y por eso es importante ponerse protección solar durante todo el año.

Para la protección diaria, Taylor sugiere utilizar una crema hidratante con un factor de protección solar (FPS) de al menos 15, y cuando salgas a divertirte al aire libre en invierno, utiliza una crema solar que proteja contra los rayos UVA y UVB, con un FPS de 15 o superior. Y refuerza aún más tu protección contra los rayos UV poniéndote gafas de sol, un sombrero y una bufanda.

Cuarto paso para el cuidado de la piel seca: Haz que tu dieta entre en acción

  • Come para mejorar tu piel

Una dieta rica en grasas saludables puede ser otro elemento crucial en tu lucha contra la piel seca y con picores. Esto se debe a que los ácidos grasos esenciales, como los omega-3, ayudan a formar la barrera oleosa natural de la piel que retiene la humedad. La escasez de estas grasas saludables no sólo favorece la irritación y la sequedad de la piel, sino que también la hace más propensa al acné.

Dale a tu dieta un impulso de ácidos grasos esenciales con alimentos ricos en omega-3 como el lino, las nueces y el aceite de cártamo, así como con pescados de agua fría como el atún, el arenque, el fletán, el salmón, las sardinas y la caballa.

  • Hidrátate... y a tu casa

El aire interior seco puede irritar mucho tu piel, así que dale una oportunidad de luchar manteniendo el aire interior húmedo. Taylor recomienda utilizar un humidificador para aumentar la humedad, o incluso rodearse de plantas de interior.

Elijas lo que elijas, procura que el nivel de humedad interior esté entre el 40% y el 50%. Invertir en un higrómetro (monitor de humedad) de 5 dólares puede ayudarte a controlar fácilmente la humedad de tu casa.

Y no te olvides de humedecer desde dentro hacia fuera bebiendo mucha agua. Para mantener la piel con una hidratación óptima, Kaufman recomienda tomar de 6 a 8 vasos diarios.

Tu piel sigue siendo seca? Habla con un profesional

Si tu piel se reseca mucho en invierno y estos consejos no te ayudan, o si desarrollas un eczema u otra irritación de la piel, es hora de hablar con un dermatólogo.

Un dermatólogo no sólo puede recetar tratamientos más potentes para calmar la piel seca, sino que también puede ayudarte a diseñar un régimen de cuidado de la piel que se adapte a tus necesidades individuales.

Hable con su médico de cabecera para que le recomiende uno, o visite el sitio web de la Academia Americana de Dermatología para encontrar un dermatólogo certificado cerca de usted.

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