Síntomas de dolor en los niños

Reconocer los síntomas de dolor en los niños puede ser un reto. ¿Les duele de verdad o estoy exagerando? ¿Tienen realmente dolor de cabeza cuando el médico no encuentra nada malo?

El dolor es una experiencia muy individual y compleja. A continuación le ofrecemos los consejos de los expertos para leer los síntomas de dolor en su hijo.

Síntomas de dolor en los bebés

A diferencia de lo que ocurre con los niños mayores, el llanto no siempre es un indicador fiable de dolor en los bebés. Esto se debe a que el llanto es la forma que tiene el bebé de expresar toda una serie de necesidades. Estos son los signos de que un bebé puede tener dolor.

Cambios en los patrones de llanto.

El llanto de angustia de un bebé a veces, pero no siempre, suena diferente al llanto ordinario. Los cambios en el comportamiento de tu bebé también pueden ser un indicio. Por ejemplo, un llanto que no se puede calmar con el biberón, el cambio de pañal o los mimos podría ser señal de dolor. Asimismo, un bebé tranquilo que se pone inusualmente inquieto podría tener dolor.

Llanto durante la lactancia.

El bebé que llora mientras mama podría perfectamente tener una dolorosa infección de oído.

Llanto prolongado e intenso, a menudo a la misma hora cada día.

Este comportamiento es habitual en los cólicos. Suele comenzar a la edad de 2 semanas, alcanza su punto máximo a las 6 semanas y luego disminuye gradualmente.

Llanto y llevar las piernas hacia el abdomen.

Tu bebé podría tener cólicos o una enfermedad grave.

Retirarse.

El dolor crónico puede minar la energía del bebé, haciendo que se quede quieto, callado y que evite el contacto visual.

Síntomas de dolor en los niños pequeños

Afortunadamente, a esta edad, los niños con dolor pueden hablar, aunque sólo sea para decir: "¡Ay, ay, ay!". A menudo también se agarran a la parte que les duele. Tirarse o frotarse la oreja es habitual en los niños pequeños y, aunque a veces puede indicar dolor de oído, puede ser una costumbre. Sospeche de una infección de oído si su hijo ha tenido síntomas de resfriado o fiebre y empieza a tirarse de la oreja de repente.

Síntomas de dolor en niños y adolescentes

El dolor crónico o recurrente es frecuente en niños y adolescentes. Las investigaciones han demostrado que hasta un 30% o 40% se quejan de dolor al menos una vez a la semana. Consulte al profesional sanitario de su hijo para determinar la causa y recibir tratamiento.

Dolor abdominal agudo.

El dolor que aparece repentinamente puede estar causado por infecciones víricas o por algo más grave, como la apendicitis. Si el dolor de su hijo parece estar localizado a la derecha del ombligo y va acompañado de náuseas, vómitos y ganas de quedarse muy quieto, debe ser evaluado para detectar una apendicitis.

Dolores de estómago y de cabeza recurrentes.

Un dolor de estómago que desaparece después de defecar podría indicar un problema de estreñimiento o, con menor frecuencia, una enfermedad inflamatoria intestinal. El dolor abdominal diario sin náuseas, vómitos o diarrea podría ser una forma especial de migraña, o podría entrar en la categoría de dolor abdominal crónico recurrente, una queja común pero frustrante en los niños. Los dolores de cabeza suelen estar asociados a una enfermedad vírica. Pero los que se producen con frecuencia, a menudo en torno a la misma hora del día, o acompañando a un periodo menstrual de las niñas, y que provocan a su hijo náuseas o sensibilidad a la luz, podrían ser migrañas. Los dolores corporales recurrentes, que suelen ir acompañados de problemas para conciliar el sueño, podrían significar que su hijo está deprimido o ansioso. Ambas afecciones suelen estar infradiagnosticadas en los niños y se sabe que desencadenan o aumentan el dolor.

Dolor en el pecho.

El dolor torácico que aparece y desaparece, y que puede reproducirse presionando el pecho, puede estar causado por una distensión muscular o una inflamación del cartílago costal y suele aparecer después de que su hijo practique un nuevo deporte, aumente su actividad física o experimente tensión muscular debido al estrés emocional. El dolor torácico tras una lesión puede indicar una costilla rota o un pulmón colapsado. El dolor torácico persistente es menos frecuente y podría significar que su hijo tiene asma o una infección, como la neumonía. El dolor torácico en niños por lo demás sanos no suele estar causado por problemas cardíacos. Sin embargo, si el dolor torácico de su hijo va acompañado de mareos, falta de aire o desmayos, sobre todo al hacer ejercicio, llévelo al médico para que lo evalúe.

Cómo responder a los niños con dolor

Sepa que, aunque los médicos no encuentren ninguna causa física para el dolor de un niño, algo va mal. Si el dolor se produce sólo en los días de clase, investigue qué ocurre en el aula o en el patio. Si tener dolor es el único momento en que su hijo recibe su atención, reserve un tiempo especial con él cada día: Jugar. Dé un paseo. Lea un libro antes de acostarse.

Por último, no ignore el dolor crónico de su hijo. Es posible que su hijo necesite la ayuda de un equipo multidisciplinar de tratamiento del dolor, que podría incluir un especialista en tratamiento del dolor pediátrico, un psicólogo, una enfermera o un enfermero profesional y un fisioterapeuta. Hable con el pediatra de su hijo.

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