Cómo controlar los altibajos del trastorno bipolar

Por Natasha Tracy, en declaraciones a Hallie Levine.

Llevo casi un cuarto de siglo viviendo con el trastorno bipolar. No es una enfermedad fácil de padecer. A lo largo de los años, he pasado por algunos momentos bajos. Hace doce años, por ejemplo, fui hospitalizada por un intento de suicidio. Fue una tragedia que no debería haber ocurrido.

Desde entonces, he aprendido a gestionar sus flujos y reflujos para no tocar fondo. Aunque nadie puede dominar los altibajos del trastorno bipolar, éste no tiene por qué apoderarse de tu vida.

Reconozca las señales sutiles. El paso clave que puedes dar para controlar el trastorno bipolar es ver cómo se acerca la hipomanía. En mi caso, una señal de alarma es que no puedo dormir, pero sigo sintiéndome bien. Si me despierto después de haber dormido sólo 4 horas y me siento renovada, sé que es el momento de actuar. Otra señal sutil mía es el parloteo constante. Cuando estoy a punto de entrar en hipomanía, no puedo dejar de hablar con otras personas, con mi gato en casa, conmigo mismo a solas en el coche. También puedo notar que todo me parece gracioso, y que me río constantemente sin motivo.

Todas estas son señales activas de que algo está pasando en mi cerebro. Cuando veo esto, un buen descanso nocturno es primordial. Tomo pastillas para dormir para asegurarme de que duermo, lo que ayuda a restablecer mi cerebro para evitar la hipomanía en toda regla. Los signos de hipomanía de cada persona son diferentes. Pero si te encuentras haciendo algo que normalmente nunca harías, como tener sexo con extraños, entonces es una señal de que tu trastorno bipolar está fuera de control.

Enfréntate a la depresión. Siempre les digo a otras personas que viven con el trastorno bipolar que es mucho más fácil enfrentarse a un problema menor que a uno grande. Yo lucho constantemente contra la depresión. Pero cuando entro en un bajón bipolar, mis emociones caen en picado. Me infravaloro constantemente y me asaltan pensamientos suicidas. Cuando noto esto, no basta con hacer cambios en mi estilo de vida, como hacer más ejercicio o dormir lo suficiente. Llamo inmediatamente a mi psiquiatra para que me ajuste la medicación.

Ten un poco de gracia. Cuando atravieso una mala racha de depresión, es imposible que pueda seguir el ritmo de mi trabajo como lo hago habitualmente. Me doy un respiro: Reduzco el trabajo y me aseguro de tener tiempo para descansar en la cama con mis gatos. Me doy permiso para hacer lo que necesito para recuperarme y recargarme.

Cuida tu mente y tu cuerpo. No hay duda de que, cuando se padece un trastorno bipolar, una dieta saludable y el ejercicio regular son el camino a seguir. Si tu dieta es mala, te sentirás mal. Eso no significa que tengas que comer perfectamente, pero debes asegurarte de no llevar una dieta 100% de comida basura. Por desgracia, tengo otros trastornos médicos complejos que me dificultan mantenerme activo. Pero una cosa que hago es ejercitar mi mente. Practico la atención plena, que me ha ayudado enormemente porque me permite aceptar mis pensamientos. Ahora reconozco que mi cerebro tiene un trastorno bipolar. Como resultado, a veces se pone enfermo y escupe pensamientos que no son saludables para mí. Una vez que reconozco esto, puedo dejar de lado la pena o la vergüenza asociadas a estos pensamientos y seguir adelante.

Aumenta tu apoyo social. Los seres humanos somos criaturas sociales y necesitamos estar rodeados de otros para estar sanos y felices. Por desgracia, las enfermedades mentales hacen que uno quiera aislarse. Y como trabajo desde casa, puedo pasar fácilmente días sin ver a la gente. Así que programo la socialización en mi semana. De este modo, sé que tengo tiempo para ver a mis amigos durante la semana o los fines de semana. El apoyo social no es sólo para los buenos momentos, sino que puede servir de red en los momentos difíciles. No puedo decir cuántas veces he llamado a un amigo y simplemente he hablado con él. Por supuesto, no son médicos y no pueden "arreglarme", pero el simple hecho de que me escuchen es una gran ayuda. El apoyo social también puede ser de tipo peludo. No sé qué haría si no tuviera a mis dos gatos. No hay nada como cuando uno de ellos salta a mi regazo y ronronea para sacarme de un momento de bajón.

Encuentra una salida que te funcione. Para mí, es la escritura. Cuando empecé, escribía de forma anónima. Lo encontré beneficioso y catártico. Podía decir cosas en la página escrita que no podía decir a la gente que me rodeaba. Puede ser cualquier cosa creativa: arte o música. Cualquier cosa que te permita liberar emociones, ideas y pensamientos que no te sientes cómodo compartiendo con los demás.

Por último, reconoce que no hay cura para el trastorno bipolar. Cuando empecé a ir al psiquiatra a los 19 años, me dijeron que me recuperaría por completo. Pero eso no es realmente posible cuando se tiene una enfermedad mental grave de por vida. Afortunadamente, puedo llevar la vida que quiero. Trabajo por mi cuenta desde casa, tengo amigos y llevo una vida feliz y plena. Pero no hay ninguna píldora mágica que se pueda tomar para que el trastorno bipolar desaparezca. Hay que aprender a vivir con él, igual que la gente aprende a vivir con otras afecciones continuas.

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