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¿Le han dicho que su hijo necesita gafas? Los expertos en salud calculan que casi la mitad de la población estadounidense -el 42%- es miope, una cifra que casi se ha duplicado en las últimas tres décadas y que sigue creciendo. Pero la miopía no es sólo un inconveniente, sino que puede suponer un peligro a largo plazo.
Aunque las gafas, las lentes de contacto, las gotas para los ojos y la cirugía pueden corregir los efectos de la miopía y permitir una visión clara a distancia, tratan los síntomas de la afección, no lo que la provoca: un globo ocular ligeramente alargado en el que el cristalino enfoca la luz delante de la retina, en lugar de hacerlo directamente sobre ella.
"Cuando el ojo se alarga, el tejido de la retina y las estructuras que soportan el nervio óptico se estiran y se vuelven más delgadas", dice el doctor Andrei Tkatchenko, profesor asociado de ciencias oftalmológicas del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en Nueva York. "Este adelgazamiento aumenta el riesgo de desprendimiento de retina, cataratas, glaucoma e incluso ceguera. Cuanto más rápido progrese la miopía y más aumente la graduación, mayor será el riesgo de estas enfermedades."
Los niños con padres miopes tienen más probabilidades de ser miopes ellos mismos, y los científicos han identificado muchos genes relacionados con la miopía. Pero los genes suelen colaborar con el entorno de una persona para causar una enfermedad. Lo que más se relaciona con la miopía en el entorno es el trabajo de cerca, como leer o trabajar con un ordenador o un dispositivo inteligente. "En las últimas tres décadas, el nivel de trabajo de cerca ha aumentado significativamente en la mayor parte del mundo", dice Tkatchenko.
¿Se puede frenar el avance de la miopía o incluso detenerlo para evitar complicaciones a largo plazo? Tkatchenko dice que sí: "Hay un periodo claramente definido y tratable entre los 8 y los 25 años, durante el cual se produce la mayor progresión de la miopía, y el control de la miopía es más eficaz durante esos años". Él y otros investigadores están estudiando nuevos métodos para tratar la miopía. Se ha comprobado que las lentes de contacto multifocales son eficaces para frenar la progresión de la miopía en los niños. Para los diagnosticados de miopía grave, conocida como miopía alta, las lentes de contacto específicas, utilizadas por la noche, pueden ayudar a remodelar la córnea y a estabilizar el ojo.
Es importante asegurarse de que tu hijo tiene la graduación adecuada para sus gafas o lentillas, ya que unas lentillas mal graduadas y, sobre todo, sobrecorregidas, podrían contribuir a la progresión de la miopía.
Pero hay una receta sencilla que podría proteger a su hijo de contraer miopía en primer lugar: pasar tiempo al aire libre. "Varios estudios han demostrado que las actividades al aire libre suprimen el desarrollo de la miopía", dice Tkatchenko. Los científicos no están seguros de por qué ocurre esto, pero una teoría es que la luz exterior estimula la liberación de sustancias químicas que indican al ojo que debe ralentizar su crecimiento a un ritmo normal.
"Salgan a jugar. Eso es lo mejor que los padres pueden decir a sus hijos para ayudar a prevenir la miopía", dice Tkatchenko.
Según los números
66%: Porcentaje de aumento de la miopía en Estados Unidos entre principios de la década de 1970 y principios de la de 2000.
50%: Porcentaje de la población mundial que tendrá miopía en 2050.
4 de cada 10: Proporción de adultos con miopía en Estados Unidos.
1,25: Número de horas diarias de tiempo al aire libre necesarias para reducir la probabilidad de que un niño tenga miopía en un 50%.
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