Cáncer de pulmón y neumonía al mismo tiempo

Si usted o un ser querido tiene cáncer de pulmón, debe saber que esto aumenta el riesgo de contraer neumonía. Se calcula que más de la mitad de las personas con cáncer de pulmón desarrollan infecciones pulmonares, incluida la neumonía. Esto se debe en parte a que su sistema inmunitario está debilitado por el cáncer. Esto también significa que si usted contrae neumonía con cáncer de pulmón, será más difícil combatir la infección.

Qué causa el cáncer de pulmón y la neumonía?

Fumar cigarrillos es la principal causa de cáncer de pulmón. También puede ser causado por fumar cigarros o pipas, o por inhalar sustancias químicas tóxicas como el radón o el amianto. El riesgo es mayor si se tienen antecedentes familiares de cáncer de pulmón.

La neumonía es una infección en los pulmones causada por un virus, una bacteria o un hongo. Una causa común es el virus de la gripe.

En qué se parecen el cáncer de pulmón y la neumonía

Los síntomas del cáncer de pulmón y de la neumonía pueden parecerse:

  • Tos (a veces con sangre)

  • Sibilancias

  • Dolor en el pecho

  • Dificultad para respirar

  • Cansancio o fatiga

  • Flema o mucosidad

  • Inflamación de los ganglios linfáticos del pecho

  • Náuseas o vómitos (menos comunes con el cáncer de pulmón)

En qué se diferencian el cáncer de pulmón y la neumonía

Algunos síntomas del cáncer de pulmón no suelen ser síntomas de neumonía:

  • Pérdida de peso inexplicable

  • Dolor en los huesos, si el cáncer se ha extendido

  • Cambios en el sistema nervioso, como debilidad muscular inexplicable o mareos, si el cáncer se ha extendido al cerebro o está causando problemas en su sistema inmunitario

  • Ojos o piel amarillentos, si el cáncer se ha extendido al hígado

  • Niveles elevados de calcio en la sangre, lo que puede provocar sed, tener que orinar mucho o estreñimiento

  • Niveles bajos de sodio o potasio en la sangre

Y hay algunos síntomas de neumonía que generalmente no son causados por el cáncer de pulmón:

  • Fiebre

  • Escalofríos

  • Temblores

  • Sudoración abundante

  • Mucha flema, a menudo espesa y amarilla o verde

  • Confusión (aunque esto también puede ocurrir en etapas posteriores del cáncer de pulmón)

  • Dolor de cabeza (aunque esto también puede ocurrir con el cáncer de pulmón con tos excesiva o si se ha extendido al cerebro)

Acuda al médico si la neumonía le dificulta la respiración, si tiene dolor en el pecho, fiebre de más de 38 grados o una tos que no desaparece, especialmente si contiene pus. Esto es especialmente importante para las personas con cáncer de pulmón, que tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave.

Cómo se diagnostican la neumonía y el cáncer de pulmón?

A veces, su médico puede saber que tiene neumonía basándose en su historial reciente y en un examen físico. Es posible que confirmen su diagnóstico mediante una radiografía de tórax, una tomografía computarizada o análisis de sangre, de la mucosidad que expulsa al toser o del tejido pulmonar. Las muestras se enviarán al laboratorio para determinar si tiene una infección y cuál es su causa.

Estas mismas pruebas se utilizan también para diagnosticar el cáncer de pulmón. Pero en lugar de utilizar las pruebas de laboratorio para encontrar el germen responsable, buscarán células cancerosas. Si las encuentran, el médico determinará el grado de avance del cáncer. Le harán otras exploraciones para ver si se ha extendido. Entre ellas se encuentran la resonancia magnética, la PET y las gammagrafías óseas.

Cómo se trata la neumonía?

Para todos los tipos de neumonía puedes chupar pastillas para la tos o tomar medicamentos para la tos que alivien las molestias y te ayuden a descansar. Pero debes utilizar la dosis más baja porque la tos es la forma que tiene tu cuerpo de eliminar el líquido de los pulmones. También puedes tomar analgésicos y antifebriles como el paracetamol, la aspirina o el ibuprofeno.

Si la infección está causada por un hongo, tomarás medicamentos antimicóticos. Si está causada por una bacteria -el estreptococo, o neumonía neumocócica, es la más común-, tomarás antibióticos. En el caso del cáncer, es importante seguir al pie de la letra las instrucciones del médico para tomar antibióticos. Si no lo haces, corres un mayor riesgo de que la infección vuelva a aparecer. Además de la neumonía, puedes contraer otras infecciones. Entre ellas, las infecciones resistentes a los antibióticos (es decir, que ciertos fármacos no funcionan para eliminar las bacterias). Esto puede ser muy peligroso.

Si tu neumonía es vírica, algunos casos pueden tratarse con medicamentos antivirales. Esto incluye medicamentos para ayudar a combatir el virus de la gripe que ha causado tu neumonía, como:

  • Oseltamivir (Tamiflu) 

  • Peramivir (Rapivab)

  • Zanamivir (Relenza)

Pero la mayoría de los virus no tienen un tratamiento antiviral específico. Por eso, es posible que tu médico te diga que simplemente descanses y controles los síntomas en casa. Por eso es tan importante que, con un sistema inmunitario debilitado, te vacunes y tomes precauciones para evitar enfermar.

Cómo se puede prevenir la neumonía?

Si tiene cáncer de pulmón, es especialmente importante tomar medidas para prevenir la neumonía:

  • Vacunarse. Esto incluye las vacunas periódicas contra la COVID-19 y la gripe, así como la vacuna neumocócica para prevenir la neumonía bacteriana.

  • Evite las grandes aglomeraciones siempre que pueda, sobre todo en espacios reducidos, y use una mascarilla con regularidad.

  • Practica una buena higiene. Lávate las manos a menudo con agua y jabón. Si no hay un lavabo disponible, debes llevar un desinfectante de manos con al menos un 60% de alcohol.

  • No fume. Fumar no sólo aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, sino que daña los pulmones y los hace más propensos a las infecciones. También debes evitar la exposición a cosas que irriten tus pulmones, como el humo de los incendios forestales y otros tipos de contaminación atmosférica, además de aerosoles como desodorantes, perfumes o productos de limpieza.

  • Mantén tu sistema inmunitario lo más sano posible. Esto significa que debes hacer ejercicio, dormir lo suficiente y llevar una dieta saludable.

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