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Cuando no te sientes bien, una buena nutrición es más importante que nunca. Aun así, es posible que no quieras comer si tienes náuseas o te duele al masticar. El apetito puede disminuir por otros motivos, como la depresión o un efecto secundario del tratamiento. Muchos de estos problemas tienen solución. En algunos casos, como las náuseas de la quimioterapia, los medicamentos pueden ayudar. También hay estrategias alimentarias que son buenas para probar.
Cuando lo mejor es lo insípido
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Con algunas enfermedades -o sus tratamientos- no puedes retener la comida porque tienes náuseas, vómitos o diarrea.
Prueba esto:
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Limítate a alimentos suaves como galletas, tostadas, patatas, fideos y arroz.
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Intenta hacer comidas muy pequeñas, de 6 a 8 al día.
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Es posible que tolere los alimentos que contienen mucha agua, como las paletas congeladas, la gelatina y las sopas a base de caldo.
Una vez que hayas comido, no te acuestes, porque eso puede empeorar las náuseas. Siéntate mientras dejas que la comida se digiera.
Mastica un poco de chicle
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Algunos medicamentos hacen que se te seque la boca. Eso puede causar problemas al masticar o tragar. La quimioterapia, las lesiones nerviosas y algunas enfermedades también pueden causar sequedad en la boca.
Qué probar:
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Los chicles sin azúcar y los caramelos duros pueden ayudarte a fabricar saliva.
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Bebe agua o bebidas sin azúcar y sin alcohol.
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Evita la cafeína, el tabaco y el alcohol, que pueden resecar aún más tu boca.
Suavizar
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Te duele la boca o la mandíbula, o tienes problemas con tus dientes o prótesis dentales?
Prueba esto:
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La carne es especialmente difícil de masticar, así que sirve platos triturados o desmenuzados en lugar de cortes de carne o trozos de ave.
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Prepara sopa con verduras blandas o en puré, fruta enlatada como melocotones, manzanas asadas o puré de manzana y plátanos triturados.
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Pide una cita con tu dentista para ver si necesitas volver a colocar tu dentadura postiza.
Go Coconuts
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Los batidos y licuados funcionan bien si tienes problemas para masticar o tragar. El pudín, las natillas, el sorbete y el yogur helado son otras opciones.
Para añadir más calorías, añada unas cucharadas de leche de coco a los batidos y licuados. Si has perdido mucho peso y necesitas comer más a menudo, estas bebidas son buenos tentempiés.
Póngase colorido
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Puedes perder el sentido del gusto como consecuencia de una medicación, una radioterapia, una lesión en la cabeza, una infección de las vías respiratorias superiores o del oído medio, problemas dentales o una operación en el oído, la nariz o la garganta.
Prueba esto: Haz que tu comida tenga un buen aspecto. Presenta alimentos con variedad de colores y texturas. Eso sí, saca del menú platos como los guisos, que combinan muchos sabores.
Pide ayuda
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Las emociones también pueden influir. Con la depresión, algunas personas pierden el interés por comer. Y la ansiedad puede alterar el estómago.
Prueba esto:
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Durante una semana, anota lo que comes y bebes. Anota también tu estado de ánimo.
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Dígale a su médico o a un consejero cómo se siente para poder empezar el tratamiento.
La nutrición puede ayudarte a recuperarte. Por ejemplo, algunas investigaciones muestran que los suplementos de ácido fólico pueden ayudar a que los medicamentos antidepresivos funcionen mejor.
Añade algo de picante
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Si tu sentido del gusto está apagado debido a una afección, la comida simplemente no es apetecible. Puedes perder el interés o sentirte tentado a poner más sal o azúcar en un plato.
Prueba esto:
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Utiliza hierbas y especias para añadir sabor sin mucha grasa, azúcar o sal.
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Cubre las verduras insípidas con un poco de queso, salsa de soja o algunos frutos secos tostados.
Piensa en los pequeños bocados
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Esta es una de las soluciones más sencillas que puedes probar cuando te cuesta tragar o masticar la comida.
Prueba esto:
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Corta la comida en trozos pequeños para que haya que masticar menos.
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No comas nada duro, crujiente, picante, agrio o demasiado salado. Cualquiera de estos alimentos podría hacerte daño en la boca.
Sírvete otra bebida (sin alcohol)
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Puede que tengas el estómago revuelto por una enfermedad, un tratamiento contra el cáncer o las náuseas matutinas. Tal vez sea una reacción a tu medicación o incluso un malestar emocional.
Tanto los vómitos como la diarrea pueden provocar deshidratación, algo que debes evitar.
Intenta lo siguiente: Céntrate en los líquidos claros, como el agua, y bebe entre 8 y 10 vasos al día. También puedes probar las bebidas deportivas, que pueden ayudar a reponer los nutrientes, así como el zumo de frutas y el ginger ale.