Controla tus antojos de comida

¿Se siente con ganas de comer?

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Las ganas de comer algo dulce o salado pueden aparecer por muchos motivos: una pausa en la tarde, una cena ligera o temprana, o incluso el aburrimiento. Pero puedes hacer algunas cosas para superarlo o, mejor aún, detenerlo antes de que empiece.

Déjalo en la tienda

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Si sabes que vas a ceder a un impulso salado, no dejes que las patatas fritas se cuelen en tu carro de la compra. En su lugar, abastécete de nueces sin sal o ligeramente saladas: tienen proteínas y ácidos grasos omega-3 que pueden ser buenos para tu corazón. Lo mismo ocurre con los golosos: Compra fresas frescas o trozos de piña, y deja el helado en el pasillo del congelador. 

Bebe agua

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Es una cosa sencilla que puede ayudar mucho: Si bebes más agua, es probable que comas menos grasa, azúcar y sal, justo lo que quieres evitar en un bocadillo. Esto se debe a que el agua ayuda a llenar el espacio del estómago, y eso puede hacer que te sientas más lleno.

Mantente ocupado

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El aburrimiento puede llevar a comer sin pensar. Llama a un amigo, lee un libro, ve a la bolera... cualquier cosa que te impida comer sólo porque no tienes nada más que hacer. Incluso puedes ir al cine, pero pasar de las palomitas a tu asiento.

Hazlo incómodo

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Pon esas galletas o patatas fritas en un cuenco pequeño al otro lado de la habitación y vuelve a guardar la bolsa en la despensa. Tendrás que levantarte cada vez que quieras un poco, y eso hará que comas menos. Y no es sólo el esfuerzo de levantarse lo que marca la diferencia: También es porque tienes la oportunidad de parar antes de coger ese siguiente puñado y preguntarte: "¿De verdad quiero más?"

Recompénsate

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Pero no con comida... que sea con otra cosa que realmente te guste. Date un premio por cada pequeño objetivo. Por ejemplo, si te saltaste ese helado nocturno del viernes, cómprate un nuevo esmalte de uñas el sábado. No te aferres a objetivos más amplios como "comer mejor".

Come sano

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No sólo es bueno para ti, sino que puede hacer que comas menos. Los cereales integrales, las verduras, las frutas y las carnes magras te llenan más fácilmente y con menos calorías. Además, tardan más en digerirse, por lo que la energía llega en cantidades utilizables a lo largo del día. La comida basura descarga toda esa energía de una vez y el cuerpo almacena el exceso en forma de grasa. Esto puede dejarte cansado y hambriento -incluso "hambriento"- al poco tiempo.  

Ejercicio

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Esto puede servir de distracción, y también puede hacer que sea menos probable que pique después. Las investigaciones demuestran que una caminata enérgica de 45 minutos por la mañana puede ayudar a frenar los antojos y hacer que seas más activo durante el día. Si caminar no es lo tuyo, prueba con la bicicleta o la natación. 

Aléjate de los desencadenantes

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Un desencadenante es cualquier situación que te lleva a comer cosas de tu "lista traviesa". Si no estás seguro de cuáles son los tuyos, lleva un diario y busca patrones. Por ejemplo, si a menudo te tientan en la panadería donde te tomas el café de la mañana, prepárate el café en casa o vete a otro sitio a por él. 

Comer con atención

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Se trata de prestar atención al comer, al sabor y al tacto de la comida. Toma pequeños bocados y mastícalos lentamente. Pregúntese a menudo si se siente lleno: eso puede hacer que sea más probable que se detenga cuando haya tenido suficiente. Un par de trucos más: Come con palillos, o con la mano que no usas normalmente. 

Planifica tus tentempiés

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Si sabes que tienes hambre entre comidas, ten a mano el tentempié adecuado. Una buena regla general es 100 calorías o menos, y ayuda que los alimentos tengan proteínas, mucha agua y fibra para llenarte. Mídelos y echa un vistazo: Una manzana mediana tiene 95 calorías, 20 uvas tienen 68 y un pimiento rojo mediano sólo 37. Un puñado de frutos secos (15-18) tiene unas 100 calorías.

Cepíllate los dientes

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Puede sonar extraño, pero hace que sea menos probable que te des un capricho. Por qué arruinar ese sabor limpio y fresco de la menta en tu boca?

Consigue apoyo

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A veces, la soledad o la ansiedad pueden hacer que recurras a alimentos reconfortantes que no son buenos para ti. Cuando sientas que eso ocurre, llama primero a un amigo. Puede levantarte el ánimo y también puede ayudarte a superar las ganas. 

Intenta no estresarte

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Puede hacer que comas más, y también parece que te hace desear alimentos con mucha grasa y azúcar, es decir, muchas calorías. La solución más sencilla es mantenerse alejado de las situaciones de estrés. Como eso no siempre es posible, puede ayudar dormir mucho y hacer ejercicio, incluida la respiración profunda o la meditación.

Porciones individuales

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Puede parecer una opción económica inteligente comprar la bolsa "supersize" de patatas fritas, pero eso hace más difícil controlar lo que comes. Las bolsas más pequeñas pueden arreglar eso. Si no puedes resistirte a un tentempié, al menos puedes llevar la cuenta de cuántas calorías ingieres y equilibrarlas después.  

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