De los archivos del médico
Te encanta salir a comer fuera y ya sabes lo básico: más ensalada, menos patatas fritas, no pedir la cesta de pan, pedir el aliño aparte. Así que ha llegado el momento de dar un paso más. Piensa en estos consejos la próxima vez que te enfrentes a un menú.
"Te mereces estar bien con tu cuerpo allí donde estés, sin importar dónde comas", dice Keri Glassman, RD, propietaria de Nutritious Life en Nueva York.
1. Ceder a los antojos
No tienes que resistirte completamente a ellos. A veces, es mejor conformarse con un poco de lo que realmente quieres, apartando la mitad en cuanto llegue a tu mesa para llevártelo a casa.
Por ejemplo, puede que te apetezca mucho el pastel de cangrejo que viene con una rica salsa. Tratas de convencerte de pedir otra cosa que realmente no quieres pero que se ajusta a tu presupuesto de calorías, como una ensalada verde con una taza de sopa. Pero acabas pidiendo una bebida y un postre, aprovechando las calorías que crees haber ahorrado.
¿Realmente has hecho un buen negocio, ya sea en términos de placer o de calorías? Probablemente no.
Piensa en lo que quieres, elige los productos que te proporcionen más satisfacción y nutrientes por menos calorías, y luego reduce tu ración.
2. Empieza con un acompañamiento
Ya sabes que debes pasar de los aperitivos fritos. Pero tal vez te hayas perdido algo en el menú.
En lugar de una ensalada, que a menudo está apilada con queso o empapada de aderezo, pida una guarnición de verduras para empezar su comida. A menudo tienes varias opciones, simplemente preparadas.
Puedes combinar un par de guarniciones en un plato de verduras. O convertir el aperitivo en la comida principal, especialmente si tiene proteínas. El tamaño de muchos restaurantes se ha duplicado con respecto a hace 20 años. "[Los aperitivos] suelen ser la porción justa de lo que debería ser la proteína", dice Glassman.
3. Hazte amigo de tu camarero
"Entrevista al camarero", dice Glassman. Pregunta cómo se elaboran los platos para poder elegir con conocimiento de causa. Los chefs saben que la mantequilla y la sal tienen un gran sabor y suelen incluirlas en platos que parecen inocentes.
También puede pedir al camarero que la cocina divida su entrante, como una ensalada, antes de que llegue a la mesa. Así, todo el mundo podrá disfrutarlo y dividir las calorías contigo.
4. Tú primero
Cuando comas fuera con amigos o familiares, sé el primero en hacer tu pedido. Así, si alguien más decide darse un capricho, tú ya has hecho tu elección. Cuando haces una elección saludable, les influye de forma positiva.
También puedes consultar los menús online de muchos sitios y elegir lo que vas a pedir antes de llegar.
5. Ten un plan para las bebidas
Lo primero que pide la mayoría de la gente es una bebida. Rompe ese patrón.
Ya sea un té dulce, un refresco o esa copa de vino de más, las calorías de las bebidas suman. Así que pide primero agua. Bébala primero. Te llenarás (lo que puede quitarte el hambre) y, naturalmente, no tiene calorías.
Después, puedes derrochar en otra bebida, si todavía te apetece.
6. Cambia de actitud
"Si comes fuera tres veces por semana, no puedes tener la actitud de 'me lo merezco'", dice Glassman.
Es fácil ceder a esa sensación, sobre todo cuando estás muy ocupado, tienes prisa o te sientes estresado o emocional.
Comer fuera sigue siendo un placer. Pero no se trata sólo de la comida. "El capricho es que otra persona cocine para ti", dice Glassman.