Las varices son venas hinchadas o agrandadas que discurren justo debajo de la superficie de la piel, normalmente en las piernas y los pies. Se forman cuando las válvulas de las venas se debilitan o dañan. Esta enfermedad afecta a un 25% de las mujeres y a un 15% de los hombres.
El riesgo de padecer varices es mayor si se es mayor, se lleva un estilo de vida inactivo o se permanece sentado o de pie durante mucho tiempo, o si se es obeso. Las varices también pueden ser hereditarias o desarrollarse tras un traumatismo o una lesión. También son frecuentes en muchas mujeres durante el embarazo. Mantenerse físicamente activo puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y la salud de las venas.
Con cualquier tipo de ejercicio, lo mejor es empezar poco a poco y luego aumentar la actividad cuando se sienta cómodo. Los ejercicios de alto impacto, como correr o saltar, pueden aumentar la presión sanguínea en las piernas, lo que puede resultar incómodo. Si empieza con cuidado y va incorporando más actividad, los ejercicios pueden tanto reducir el riesgo de desarrollar, o desarrollar más, venas varicosas, como mejorar su circulación general, lo que debería ayudar con el dolor asociado a las venas varicosas.
Ejercicios para ayudar a las venas varicosas
Si tiene varices, el ejercicio no puede curarlas, pero puede aliviar sus molestias. Aunque no hay forma de prevenir completamente las varices, el ejercicio mejorará la circulación y tonificará sus músculos, lo que puede reducir la probabilidad de desarrollarlas. Deshacerse de las varices existentes puede ser más complicado. Aunque en algunos casos pueden ser necesarios tratamientos más avanzados, desde los mínimamente invasivos hasta las cirugías más complicadas para eliminar las venas, empezar con tratamientos de autocuidado, como las medias de compresión y el ejercicio regular, es un buen punto de partida para aliviar el dolor y evitar que las varices existentes empeoren.
Caminar
Caminar es un ejercicio de bajo impacto que ayuda a mejorar la acción de bombeo de los músculos de la pantorrilla. Los médicos recomiendan caminar todos los días. Intente caminar entre 30 y 45 minutos. Puede hacerlo tantas veces al día como quiera.
Natación
Los movimientos de la natación empujan las piernas hacia arriba y evitan que la sangre se acumule en ellas. La natación es un gran ejercicio cardiovascular de bajo impacto, porque no requiere que tus articulaciones y huesos soporten tu peso. Si eres nuevo en la natación, pero tienes acceso a una piscina, puedes empezar con calma intercambiando 30 segundos de actividad y 30 segundos de descanso. Puedes cambiar las cosas concentrándote en las patadas con una tabla o probando las brazadas completas. A medida que te sientas más cómodo, puedes aumentar el tiempo que nadas o el número de vueltas que haces, pero intenta estos aumentos en pequeños inviernos - no más de un 10% de aumento semana a semana.
Ciclismo o bicicleta de piernas
El ciclismo, ya sea al aire libre o en una bicicleta fija, puede ser útil. Al igual que caminar, el ciclismo puede mejorar la fuerza muscular de las pantorrillas y, al igual que la natación, es una actividad de bajo impacto que no supone tanta carga para las piernas. No obstante, si practicas ciclismo, deberás controlar la duración y la postura, ya que las sesiones largas de ciclismo inclinado sobre el manillar pueden reducir el flujo sanguíneo a las piernas. Si no tienes una bicicleta, túmbate boca arriba con las piernas levantadas y dobladas. A continuación, pedalea en el aire como si estuvieras montando en bicicleta.
Yoga
Hacer yoga puede ayudar, ya que algunas posturas elevan las piernas por encima del corazón y ayudan a mejorar la circulación. El yoga consiste en estirar y mantener las posturas mientras te concentras en la respiración. La incorporación de estiramientos sencillos y la realización de posturas más desafiantes pueden ayudarte a empezar y a mantenerte en movimiento.
Una postura en particular, la "Viparita Karani", en la que se apoyan los pies en la pared y se deja que la gravedad actúe para aumentar el flujo sanguíneo, puede ser especialmente adecuada para la salud de las venas. A continuación te explicamos cómo probarlo:
Paso 1: Túmbese en el suelo con un hombro cerca de la pared.
Paso 2: Gire el cuerpo y suba los pies por la pared hasta que estén en ángulo recto con el suelo.
Paso 3: Coloca tu cuerpo de forma que tus nalgas estén pegadas a la pared.
Puedes hacer esta postura más cómoda con una almohada bajo la cabeza.
Rebote
El rebote, o salto en un mini trampolín, puede ayudar a reducir la acumulación de sangre en las piernas. Hazlo durante cinco minutos, tres veces al día.
Levantamiento de piernas
Hacer unas cuantas series de elevaciones de piernas es un ejercicio fácil de incorporar a tu rutina casera, y te ayudará a estirar los músculos de las piernas.
Paso 1: Túmbate boca arriba con los pies estirados.
Paso 2: Levante una pierna y manténgala en el aire durante unos segundos.
Paso 3: Baja lentamente la pierna.
Paso 4: Repita la operación con la otra pierna.
Repite varias veces con cada pierna.
Rotaciones de tobillo
Mover y estirar los tobillos es un buen ejercicio si tienes que estar sentado durante mucho tiempo. Esto puede fomentar que la sangre siga fluyendo a través de las piernas y hacia los pies y la espalda, mejorando la circulación general de la parte inferior del cuerpo.
Paso 1: Gire los pies por los tobillos, haciendo pequeños círculos.
Paso 2: Haga las rotaciones en la dirección opuesta.
Repítalo varias veces.
Elevaciones de pantorrilla
La realización de series sencillas de ejercicios de elevación de pantorrillas también mejora la circulación sanguínea, lo que es ideal para ayudar a las varices.
Paso 1: Póngase de pie con los pies separados a la altura de las caderas. Puedes agarrarte a una silla o a la pared para mantener el equilibrio.
Paso 2: Levante lentamente los talones del suelo hasta ponerse de puntillas. Mantenga la posición.
Paso 3: Baje lentamente los talones.
Repite varias veces.
Consideraciones de seguridad
Aunque siempre es una gran idea aumentar la actividad diaria, la flexibilidad y la circulación, es bueno tener en cuenta que algunos ejercicios de alto impacto podrían empeorar las varices. Si notas que tu dolor empeora después de probar alguno de estos ejercicios, habla con tu médico.