Mitos y realidades sobre el pie de atleta

Los pies no son las partes más bonitas, ni las más olorosas de la anatomía humana. Sofocados dentro de los zapatos y los calcetines todo el día, los pies se vuelven sudorosos, apestosos y se convierten en el vehículo perfecto para todo tipo de pequeños gérmenes. Algunos de esos gérmenes están al acecho en los suelos de los vestuarios y de las piscinas. Cuando invaden los pies susceptibles, pueden provocar una afección roja y con picor llamada pie de atleta.

Si crees que el pie de atleta es sólo para los atletas, o que sólo afecta a los hombres, sigue leyendo para saber por qué estas y otras ideas sobre el pie de atleta son sólo mitos.

Mito 1: Sólo los atletas pueden tener pie de atleta.

Se podría argumentar que el pie de atleta es una pequeña compensación por los salarios de siete cifras y los estilos de vida de lujo de los atletas profesionales. Sólo que no es necesario ser un atleta profesional -o incluso un atleta- para contraer esta infección del pie. El pie de atleta debe su nombre a que el hongo que lo causa se encuentra en los lugares que frecuentan los atletas, como las duchas y los vestuarios. Sin embargo, cualquiera que se exponga a ese hongo puede infectarse.

Mito 2: El pie de atleta no es lo mismo que la tiña inguinal.

En realidad, el pie de atleta y la tiña inguinal están causados por el mismo hongo (llamado tiña), que deja manchas escamosas en la piel. Las afecciones se denominan según la parte del cuerpo donde se producen. En los pies, la tiña se llama pie de atleta. En la zona de la ingle, se llama tiña inguinal.

Mito 3: Ducharse regularmente puede prevenir el pie de atleta.

Ducharse es, en realidad, una de las formas en que se puede contraer el pie de atleta. Si entras en un vestuario o en la ducha de la piscina con los pies descalzos, puedes contraer la enfermedad. La ducha por sí sola no eliminará los hongos que causan el pie de atleta, por mucho que te laves cuidadosamente entre los dedos. Pero mantener los pies limpios y secos puede ayudar a evitar que este hongo vuelva a aparecer.

Mito 4: Sólo las personas con poca higiene tienen pie de atleta.

El pie de atleta no tiene nada que ver con la limpieza. Aunque te laves los pies con agua y jabón varias veces al día, puedes contraer el pie de atleta, sobre todo si no te secas los pies completamente después de cada lavado.

Mito 5: Sólo se puede contraer el pie de atleta si se camina descalzo en zonas donde vive el hongo.

Caminar descalzo en un vestuario o en una ducha pública es una forma de contraer el pie de atleta, pero no es la única. También puedes infectarte si compartes una toalla, calcetines o zapatos con alguien que tiene pie de atleta.

Mito 6: Si no tienes la piel pelada entre los dedos, no es pie de atleta.

El pie de atleta puede tener un aspecto diferente en cada persona. A algunas personas se les descama o agrieta la piel entre los dedos de los pies. Otras tienen enrojecimiento o sequedad en la planta de los pies que se parece a la piel seca. Si no estás seguro de lo que te ocurre en los pies, acude a un podólogo o a un médico.

Mito 7: El pie de atleta sólo afecta a los pies.

El pie de atleta puede extenderse si te rascas el picor y luego te tocas otras partes del cuerpo, incluyendo la ingle (tiña inguinal) y la piel de debajo de los brazos. También puede propagarse a otras partes del cuerpo a través de sábanas o ropa contaminada.

Mito 8: No puedes contraer el pie de atleta si tienes los pies cubiertos con zapatos y calcetines todo el día.

El hongo que causa el pie de atleta prospera en lugares oscuros y húmedos. Los zapatos y calcetines mojados son el hábitat perfecto para estos bichitos. Tus pies están a salvo dentro de los zapatos o calcetines, siempre que los mantengas secos. Si no es así, deja que esos dedos salgan al aire.

Mito 9: El pie de atleta desaparece por sí solo.

Sin tratamiento, el pie de atleta hará que tus pies piquen aún más y se sientan más miserables. También puede convertirse en una infección más grave si no te ocupas de ella. Las cremas y pastillas antifúngicas son los mejores tratamientos para el pie de atleta.

Mito 10: Puedes dejar de usar la medicina tan pronto como los síntomas desaparezcan.

Para evitar que el pie de atleta vuelva a aparecer, siga utilizando el medicamento durante el tiempo que le haya recomendado su médico.

Mito 11: Una vez que se trata el pie de atleta, desaparece para siempre.

Si eso fuera cierto. Incluso después de haberlo tratado, el pie de atleta puede reaparecer si no tomas medidas para prevenirlo.

Mito 12: Para prevenir el pie de atleta, usa calcetines de fibras naturales como el algodón.

Lo cierto es lo contrario. Las fibras naturales como el algodón o la lana tienden a retener la humedad junto al pie. A los hongos que causan el pie de atleta les encanta vivir en lugares húmedos. Los calcetines de fibra sintética son los preferidos para prevenir el pie de atleta, ya que evacuan mejor la humedad de los pies.

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