Complicación potencial: Hipertensión gestacional

Cuando se está embarazada, es habitual tener la tensión arterial alta. Hasta el 8% de las mujeres embarazadas de EE.UU. tienen la tensión alta, normalmente durante sus primeros embarazos. Si la desarrolla por primera vez cuando está embarazada, se denomina hipertensión gestacional o hipertensión inducida por el embarazo (HIP).

La mayoría de las mujeres con hipertensión gestacional tienen embarazos y bebés sanos. Pero la hipertensión durante el embarazo puede ser un signo de otras afecciones que pueden ser mucho más perjudiciales. Esa es una de las razones por las que acudir al médico a tiempo y con frecuencia es tan importante para manteneros sanos a ti y a tu bebé.

Qué es la hipertensión gestacional?

La hipertensión gestacional se produce cuando la presión arterial se eleva en la segunda mitad del embarazo, o antes si estás embarazada de gemelos. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al empujar las paredes de las arterias a través de los vasos sanguíneos. Cuando esta fuerza mide más de 140/90 mm Hg y se detecta por primera vez a las 20 semanas o más tarde en el embarazo, los médicos consideran que tu tensión es alta.

La buena noticia es que, si desarrollas una presión arterial alta durante el embarazo, debería volver a la normalidad unas 6 semanas después del parto.

 

Cómo puede afectar a mi bebé y a mí?

La presión arterial alta puede perjudicaros a ti y a tu bebé. Los efectos pueden ser de leves a muy graves. Puede no causar ningún problema. O puede:

  • Dañar sus riñones y otros órganos.

  • Reducir el flujo de sangre a la placenta, lo que significa que tu bebé recibe menos oxígeno y menos nutrientes

  • Provocar que tu bebé nazca demasiado pequeño o demasiado pronto. La mayoría de los bebés pueden recuperar su crecimiento a los pocos meses de nacer, pero es más saludable que nazcan con un peso normal.

  • Ponerle en riesgo de padecer enfermedades del corazón o presión arterial alta cuando sea mayor.

La hipertensión gestacional puede ser más grave cuando se tienen gemelos. En los casos graves, la hipertensión gestacional conduce a la preeclampsia, también conocida como toxemia. Puede dañar la placenta, así como el cerebro, el hígado y los riñones. En el caso de los gemelos, hay más posibilidades de que la placenta se desprenda.

La preeclampsia puede derivar en eclampsia, una enfermedad rara y grave que puede provocar convulsiones y coma, e incluso la muerte.

Cómo saber si la hipertensión gestacional es peor

Si tiene alguno de estos síntomas de preeclampsia, llame a su médico o matrona.

  • Te sientes hinchada, tienes los tobillos muy hinchados o la cara o la parte superior del cuerpo tienen hinchazón cuando te despiertas.

  • Tiene dolores de cabeza, visión borrosa o es sensible a la luz.

  • Tienes ataques o convulsiones.

  • Tiene un dolor intenso bajo las costillas, especialmente en el lado derecho.

 

Quién corre el riesgo de padecer hipertensión gestacional?

Tiene mayor riesgo de padecer hipertensión gestacional si:

  • Va a tener su primer bebé

  • Tenía sobrepeso u obesidad antes de quedarse embarazada

  • Tiene 40 años o más

  • Son afroamericanos

  • Tienen antecedentes de HIP o preeclampsia

Las mujeres embarazadas de gemelos también tienen un mayor riesgo.

Existe una prueba para detectar la hipertensión gestacional?

Su médico le hará pruebas de presión arterial a lo largo del embarazo. Es importante hacerse la prueba porque la presión arterial alta no causa síntomas a menos que sea extremadamente alta. Si su presión es más alta de lo normal después de 20 semanas, puede tener hipertensión gestacional.

Si padece hipertensión gestacional, su médico también la examinará atentamente para detectar otros cambios. Por ejemplo, la presencia de proteínas en la orina puede ser un signo de daño en los riñones debido a la preeclampsia.

Cuál es el tratamiento?

No es necesario ningún tratamiento para la hipertensión gestacional, aunque se pueden utilizar medicamentos para la presión arterial.

Puedo reducir mi riesgo?

Aunque no hay una forma de prevenir la hipertensión gestacional, puedes hacer todo lo que esté en tu mano para mantenerte a ti y a tus bebés lo más sanos posible durante el embarazo. (Perder peso y ponerse en forma antes del embarazo ayudará a disminuir los riesgos). Las opciones de estilo de vida saludable pueden ayudar a controlar su presión arterial. Y si colabora estrechamente con su médico, puede ayudar a detectar cualquier problema a tiempo. Así tendrá más posibilidades de tener un resultado saludable.

Consulte a su médico. En cuanto crea que puede estar embarazada, acuda a su médico. Y asegúrate de acudir a todas las citas prenatales programadas. Hable con él sobre cómo puede reducir los problemas derivados de la hipertensión.

Su médico le tomará la tensión arterial durante todo el embarazo y puede pedirle que la controle en casa. 

Tome vitaminas prenatales. Necesitas más nutrientes durante el embarazo. Según algunos estudios, dos de estos nutrientes, el ácido fólico y el calcio, pueden reducir el riesgo de hipertensión gestacional. En cualquier caso, debes tomar todos los días una vitamina prenatal con estos dos nutrientes, entre otros. Esto ayuda a prevenir los defectos de nacimiento y a manteneros a ti y a tu bebé sanos.

Come alimentos saludables. Asegúrate de que los alimentos que elijas sean nutritivos. Intenta poner en tu plato todos los días frutas, verduras, panes integrales, carnes magras y productos lácteos bajos en grasa. Pregunte a su médico si debe reducir su consumo de sal. Y aprende cuál es el aumento de peso saludable para ti durante el embarazo.

Ponte en movimiento. El ejercicio es una de las claves de un embarazo saludable. Un pequeño estudio demostró que cuando las mujeres embarazadas con sobrepeso caminaban con regularidad, disminuían su presión arterial. Pero asegúrate de hablar con tu médico antes de hacer ejercicio. Puede haber límites en lo que puedes hacer.

Evita el alcohol y los cigarrillos. Los médicos no saben si hay una cantidad segura de alcohol para una mujer embarazada, así que es mejor evitarlo. Lo mismo ocurre con el tabaco. Dejar de fumar o de beber alcohol puede no ser fácil. Pero es una forma segura de mejorar las posibilidades de tener un bebé sano. Si no puedes dejarlo por ti misma, busca ayuda.

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