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P: No se lo digas a mi novio germofóbico, pero le pedí prestada su cuchilla para afeitarme las piernas y, sí, también la línea del bikini. Se asustaría si lo supiera. ¿Debería?
Por supuesto. Las cuchillas de afeitar pueden propagar infecciones como las verrugas (causadas por un virus), la foliculitis (normalmente causada por bacterias estafilocócicas) o la tiña inguinal (infección por hongos). Y esto es cierto incluso si no te cortas. El afeitado crea aberturas microscópicas en la piel, que permiten la entrada de organismos y la propagación de la infección. Y, aunque suelen contagiarse por contacto directo, los virus que causan el herpes y la hepatitis también pueden permanecer en las cuchillas de afeitar o en las zonas húmedas entre las cuchillas. Tu novio podría tener una de estas infecciones y no saberlo.
Hay que tener en cuenta otra cosa: Conseguirás un afeitado más apurado y limpio -con menos riesgo de sufrir cortes o piel seca y escamosa- si utilizas una cuchilla afilada que roce la piel en lugar de tirar de ella. Una buena regla general es sustituir la cuchilla después de cinco a diez usos, y podrás llevar la cuenta de forma más eficiente si tienes una cuchilla propia. Por no hablar de que podrías acabar con una quemadura de navaja en la cara por besar a tu pareja si no se ha afeitado bien. -- Dra. Jeanie Chung Leddon, Centro de Dermatología del Valle de Boulder, Lafayette, Colorado.
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