¿Ayuda el running a controlar la depresión y la ansiedad?

Investigadores y profesionales han establecido que los ejercicios aeróbicos como el running pueden funcionar como antidepresivos. La relación entre correr y la salud mental ayuda a tratar los casos de depresión leve o moderada. También te beneficiarás de los efectos del running, que incluyen el control del peso y la mejora de la salud.

Impacto del running en tu salud mental

Correr no hará desaparecer la depresión de la noche a la mañana, pero te ayuda a controlar los síntomas. Cuando te lanzas a la carretera a correr, desarrollas músculo, mejoras la salud de tu corazón y cuidas tu cerebro. Esta actividad puede devolverte una sensación de esperanza que quizá hayas perdido.

Al correr, el corazón late más rápido para bombear la sangre por el cuerpo. El sistema respiratorio responde trabajando más duro, y el cerebro se prepara para el trabajo duro. Como resultado, libera endorfinas, que son hormonas que provocan lo que mucha gente llama un "subidón natural" o una sensación de bienestar. Este estado crea un efecto mental que te ayuda a lidiar con la depresión y mejora tu salud mental. 

Cambia tu forma de pensar. Cuando se tiene depresión, la vida suele parecer una tarea ardua. Enmascara interiormente tu entusiasmo por las cosas por las que deberías estar contento. La enfermedad también aumenta tus sentimientos de angustia, fatiga y ansiedad. Correr hace que el cerebro procese las situaciones de forma diferente. Mientras corres, permites que los pensamientos entren y salgan de tu mente con facilidad, y no te sientes preocupado. Te das cuenta de que las cosas que pensabas que eran un gran problema no lo son. Cuanto más concentrado estés en la actividad de correr, más eficaz será para sacar tu mente de la depresión.

Ayuda a gestionar el estrés. Correr ayuda al cuerpo a lidiar con la tensión mental existente. Mientras corres, el cuerpo libera norepinefrina, una sustancia química que modera la respuesta del cerebro al estrés. Aumenta la sensación de bienestar al bombear endorfinas en el sistema del cuerpo.

Correr es meditación en movimiento. Te darás cuenta de que te olvidas rápidamente de las irritaciones del día y sólo te concentras en los movimientos de tu cuerpo. Si sigues corriendo con regularidad, serás capaz de concentrarte mejor en una cosa a la vez. Esto te lleva a tener ráfagas de energía y optimismo que te ayudan a estar tranquilo y con la mente despejada.

Mejora tu estado de ánimo. Correr, al igual que otros ejercicios físicos, puede ayudarte a aumentar la confianza en ti mismo. Cuando te sientes bien contigo mismo, superas rápidamente los sentimientos de duda y desesperanza que acompañan a la depresión. También te relajas mejor, lo que permite que desaparezcan los síntomas de la depresión y la ansiedad leves. Después de una sesión de running, le resultará más fácil conciliar el sueño, que suele verse alterado por la depresión.

Prevención del deterioro cognitivo. Para las personas con Alzheimer, la depresión también es común. Pueden:

  • Sentirse triste y sin esperanza

  • No disfrutar de las actividades que antes les gustaban

  • Parecer agitados

  • Retirarse de las conexiones sociales

  • Experimentar problemas de concentración

  • Se aíslan

  • Tienen menos energía

Aunque correr no cura la enfermedad, ayuda a potenciar el funcionamiento del cerebro al ralentizar el proceso de declive. Lo hace estimulando las sustancias químicas del cerebro que apoyan y detienen el colapso del hipocampo. Esta es la parte del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje.

Aumenta tu capacidad cerebral. Correr y otros ejercicios cardiovasculares ayudan a crear nuevas células cerebrales. Esto lleva a mejorar el rendimiento del cerebro. Los niveles de esfuerzo al correr aumentan los niveles de una proteína derivada del cerebro, que ayuda a pensar mejor y a tomar decisiones. Esto también mejora su productividad y creatividad.

Cómo hacer que correr funcione para ti?

Para que tu programa de running tenga éxito, necesitas tener un plan establecido.

  • Habla con tu médico. Si te preocupa tu salud, habla con tu médico. Ellos están en la mejor posición para aconsejarte sobre si debes comenzar una rutina de ejercicios.

  • Camina para calentar. Antes de empezar a correr, es esencial que aumentes tu nivel de forma física. Aunque estés entusiasmado con tu nuevo programa, excederte podría ser más perjudicial que beneficioso. Recuerda también estirar y hacer algunos ejercicios de entrenamiento de fuerza.

  • Haz lo que te gusta. Elige una actividad que te guste para ayudarte a lidiar con la depresión. Puede ser nadar, subir escaleras, bailar, hacer yoga, correr o trabajar en el jardín.

  • Establece objetivos inteligentes. Lo mejor es poner por escrito tu nuevo régimen de ejercicios. Indica cómo quieres que sea el programa y cuántos días a la semana quieres hacer ejercicio. Anotarlo aumentará tu compromiso.

  • Busca un amigo que te apoye. Si todo te parece abrumador, busca un amigo que te apoye con tu programa de ejercicios. Saber que alguien te apoya es un poderoso estímulo.

Los estudios muestran una correlación entre el ejercicio físico y la mejora de la salud mental. Correr proporciona un alivio de los síntomas de la depresión, pero no cura la enfermedad. Te ayuda a empujar contra la ola de desesperanza, tristeza y ansiedad para mejorar tu calidad de vida.

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