Una rodilla hiperextendida -o hiperextensión de rodilla- se produce cuando la articulación de la rodilla se dobla en sentido contrario y daña los ligamentos cercanos a la rodilla. Esta afección es común en los atletas que practican deportes de alto impacto. Puede tratarse con métodos que incluyen el reposo, la medicación para el dolor y, a veces, la cirugía.
Cómo saber si tiene hiperextensión de rodilla
Los síntomas de una rodilla hiperextendida son los siguientes:
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Dolor en la rodilla. Puede sentir un dolor de leve a intenso en la rodilla afectada.
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Malos movimientos. Puede encontrar que enderezar o flexionar su rodilla afectada se ha vuelto difícil.
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Hinchazón. Puede aparecer hinchazón y rigidez alrededor de su rodilla afectada.
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Mala estabilidad. Su rodilla afectada puede sentirse débil, lo que le dificulta caminar o estar de pie.
En casos graves, puedes sufrir un esguince de ligamento cerca de la rodilla. Los ligamentos que podrían llegar a esguinzarse son el LCA (ligamento cruzado anterior) y el LCP (ligamento cruzado posterior).
Causas de la hiperextensión de la rodilla
Se dice que la rodilla se ha hiperextendido cuando la articulación de la rodilla se dobla hacia atrás y esto provoca daños en los tejidos e inflamación. La mayor parte del daño se produce en el LCA y el LCP, que son los dos ligamentos situados en el centro de la rodilla. Estos ligamentos conectan la espinilla con el fémur y ayudan a controlar el movimiento de la espinilla.
Una mala caída o un mal aterrizaje después de un salto pueden causar una rodilla hiperextendida. Aunque esta afección puede afectar a cualquier persona, los deportistas son más propensos a realizar actividades que dañen sus ligamentos. Esto se debe a que la hiperextensión de rodilla suele desencadenarse por un golpe directo en la rodilla al practicar deportes de alto impacto como la gimnasia, el baloncesto y el fútbol.
Las mujeres deportistas tienen más posibilidades de sufrir una lesión del LCA. Además, las personas con músculos débiles o con lesiones previas en la rodilla o aquellas con sobrepeso u obesidad también pueden tener estos problemas de rodilla.
La hiperextensión de la rodilla también puede provocar la rotura de pequeños trozos de hueso del hueso principal en los niños pequeños.
Diagnóstico de la hiperextensión de la rodilla
Para comprobar si tienes una rodilla hiperextendida, el médico te hará un examen físico: te pedirá que dobles la rodilla en diferentes ángulos mientras aplica presión y comprueba si hay movimiento. Utilizarán una aguja para drenar la rodilla si está tensa o hinchada con sangre. Es posible que el médico también te pida una radiografía para saber si te has roto algún hueso y una resonancia magnética para comprobar si hay lesiones en el ligamento.
En función de los resultados de estas pruebas, el médico puede diagnosticar que tienes un esguince de ligamento. En los casos graves, el ligamento se rompe parcialmente o se divide en dos partes. Los esguinces de ligamento más graves suelen requerir cirugía.
Cómo tratar los síntomas de hiperextensión de rodilla
Puedes seguir estas medidas de tratamiento para curar una rodilla hiperextendida:
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Descansar. Tómate un descanso de los deportes y las actividades físicas.
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Hielo. Coloca hielo en la rodilla hiperextendida para ayudar a reducir la hinchazón.
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Medicación. Puede tomar medicamentos antiinflamatorios para reducir el dolor.
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Levantar la pierna. Mantenga la pierna elevada por encima del corazón cuando sea posible.
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Compresión. Utilice una venda de compresión para reducir la hinchazón.
Cirugía
Si tiene un esguince grave, puede necesitar una cirugía de reparación de ligamentos, en la que se toma un trozo de tendón de otra parte de la rodilla o de los isquiotibiales y se utiliza para sustituir el ligamento dañado.
Mientras se recupera de esta operación, es posible que tenga que hacer ejercicios de fisioterapia para ayudar a fortalecer los músculos de la pierna. También puede llevar una rodillera para mejorar la estabilidad de la articulación mientras se recupera.
En más del 80% de los casos, la cirugía del LCA restablece completamente la funcionalidad de la rodilla. Su médico puede recomendar otras cirugías de ligamentos si el primer intento no tiene éxito. Pero las cirugías posteriores pueden ser más difíciles y tener peores resultados a largo plazo.
En general, puede quedar algo de dolor e hinchazón después de esta cirugía. Este puede ser el caso si otras lesiones de la rodilla, como un desgarro del cartílago, se han producido al mismo tiempo que la hiperextensión de la rodilla.
En algunos casos, la mejora del movimiento en la articulación de la rodilla después de la cirugía puede tener buenos resultados. Esto se debe a que el tendón utilizado para sustituir el ligamento roto se estirará con el tiempo. La cirugía conlleva una pequeña posibilidad de contraer una infección, rigidez de la rodilla a largo plazo y coágulos de sangre en la pierna.
En cualquier caso, incluso las lesiones leves de rodilla pueden aumentar las posibilidades de sufrir otra lesión de rodilla en el futuro. Para reducir este riesgo, puedes apuntarte a programas de prevención de lesiones.
Recuperación de la hiperextensión de rodilla
El tiempo de recuperación previsto depende de la gravedad de la lesión, pero la fisioterapia puede ayudar a acelerar las cosas. Ten en cuenta que la velocidad de recuperación de cada persona es diferente.
Los esguinces leves suelen mejorar tras dos semanas de medidas de tratamiento normales como el reposo. Pero la recuperación de una cirugía de reparación de ligamentos tarda unos seis meses. Su médico le aconsejará que haga ejercicios de fisioterapia durante este tiempo, y también puede pedirle que utilice muletas. Es posible que no pueda volver a hacer deporte hasta pasados seis meses.
Si empiezas a utilizar la rodilla antes de que esté completamente curada, podrías causar un daño permanente.