Por Amanda Gardner
Si alguna vez ha tenido o pasado tiempo con un perro amistoso, probablemente sepa que el amor de un cachorro puede calmar la ansiedad y levantar el ánimo.
Por eso es frecuente ver caninos en los centros oncológicos. Los perros de terapia pueden reconfortar a las personas que reciben tratamiento contra el cáncer, y también pueden ayudarles a mejorar.
Qué son los perros de terapia?
Son animales especialmente entrenados que visitan a adultos y niños en el hospital para ayudarles a sentirse mejor tanto emocional como físicamente.
La mayoría de estos perros viven en casa con sus dueños y realizan visitas rutinarias a los centros oncológicos. Las visitas suelen durar menos de dos horas, y los animales suelen permanecer con cada persona unos 15 o 20 minutos. Los perros pueden ir a las habitaciones, a las zonas de tratamiento, como las suites de quimioterapia, y a los salones o zonas de grupo.
Las sesiones se parecen mucho a un juego. La visita puede consistir en abrazar, acariciar o hablar con el perro. Algunas personas le leen al cachorro, juegan con él o incluso lo pasean.
Hay perros de terapia de todas las formas, tamaños y razas, como golden retrievers, caniches, perros salchicha, carlinos y pastores alemanes. Pero algunos perros se adaptan mejor a personas concretas. Por ejemplo, un niño activo puede ir mejor con un perro activo al que le guste jugar y que pueda ir a buscar la pelota. Si no se siente bien o tiene dolores, un perro tranquilo que pueda tumbarse en la cama con usted puede ser una mejor elección.
Cuáles son los beneficios?
Los diagnósticos y tratamientos del cáncer son estresantes. Los estudios demuestran que pasar tiempo con un perro de terapia reduce la presión arterial y los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al mismo tiempo, aumenta los niveles de las hormonas del bienestar.
Los perros de terapia también pueden ayudar a reducir el dolor. Pueden provocar la liberación de endorfinas, que alivian el malestar.
También pueden ayudar en la terapia física. Acompañar a un perro puede ayudar a mejorar tus habilidades sensoriales y de motricidad fina. Un perro puede incluso ayudarle con el importantísimo primer paso: levantarse de la cama. Pasear con un perro con correa y jugar con él puede ayudarte a mantener el equilibrio y la coordinación.
Qué debo saber?
Un perro de terapia debe estar entrenado, asegurado y registrado por un programa formal de terapia asistida con animales.
El perro también debe:
-
Tener al menos 1 año de edad
-
Haber vivido en el hogar de su propietario durante al menos 6 meses
-
Estar entrenado en casa
-
Disfrutar de pasar tiempo con la gente, no sólo aguantarla
-
No tienen antecedentes de mordeduras o agresiones
-
Ser capaz de caminar con correa (están obligados a hacerlo)
-
Conocer órdenes básicas como "siéntate", "abajo", "quieto", "ven" y "déjalo". Los perros de terapia también pueden saber "Ve a saludar" y "Patas arriba", que les indica que se pongan de pie con sus dos patas delanteras sobre un taburete para que puedas alcanzarlos para acariciarlos si estás en la cama.
Depende de ti si quieres una visita. Si no te gustan los perros, eres alérgico a ellos o tienes un mayor riesgo de infección debido a la quimioterapia, probablemente debas omitirla.
Si tu sistema inmunitario está deprimido, asegúrate de que tu médico te dé el visto bueno antes de pasar tiempo con cualquier animal.
¿Existen riesgos?
Puedes estar seguro de que cualquier perro de terapia será amable y simpático. Para llegar a serlo, un can debe tener el temperamento adecuado. Si no lo tienen, no serán certificados.
Los perros son examinados regularmente por un veterinario y se les mantienen al día con todas sus vacunas, incluida la de la rabia. Es posible que un perro transmita enfermedades a las personas o las hiera. Pero estas cosas rara vez, o nunca, ocurren con perros de terapia entrenados y registrados.
La limpieza es siempre lo más importante. Los adiestradores están obligados a llevar (y utilizar) un desinfectante a base de alcohol en todo momento. Cualquier persona que entre en contacto con el perro debe lavarse las manos antes y después.
Los perros suelen ser bañados el día antes de una sesión de terapia y cepillados justo antes de ver a los pacientes. El chaleco de terapia que llevan muchos de los animales ayuda a recoger el pelo suelto.
Los perros que se suben a las camas se sientan en una funda protectora como una sábana. Los animales no deben entrar en contacto con heridas o equipos, y no se les permite visitar a pacientes que estén comiendo o bebiendo.
Cómo puedo organizar una visita?
Decenas de organizaciones de perros de terapia de todo Estados Unidos ofrecen visitas. La mayoría presta servicio en un área local, pero algunas llevarán un cachorro a donde usted se encuentre.
Algunos perros de terapia realizan visitas programadas a instalaciones, por ejemplo, una o dos veces por semana. Si no te apetece cuando viene el perro, puedes volver a programarlo para la próxima vez.
Consulta con el enlace de tu hospital para que te ayude a concertar una cita.