Por Rachel Reiff Ellis De los archivos del médico
Ha superado el diagnóstico y el tratamiento, y ahora está listo para seguir adelante con un nuevo comienzo. Pero a medida que comienza a poner su vida en marcha de nuevo, es posible que necesite aprender a manejar los desafíos de salud mental que podrían ser parte de su "nueva normalidad" como sobreviviente de cáncer.
Jency Emo, de Fort Myers, FL, tiene experiencia de primera mano. Se le diagnosticó cáncer de mama tras su primera mamografía a los 43 años. Tras una lumpectomía y radiación, el cáncer no había desaparecido del todo, por lo que sus médicos le recomendaron una doble mastectomía. Cuando terminó la operación y comenzó la recuperación, se sintió aliviada, pero también inquieta.
"Sentía que no estaba informada sobre gran parte del proceso y los efectos duraderos", dice Emo. Las revisiones posteriores al cáncer la ponían "tensa y asustada", aunque sabía que la enfermedad se había detectado a tiempo y que no había grandes posibilidades de que el cáncer volviera a aparecer. Estaba preparada para cerrar la puerta a ese capítulo de su vida y seguir adelante. "Quería que todo acabara rápido, y no iba a ser así", dice.
"Mucha gente quiere ese momento [cuando termina el tratamiento] en el que escuchan: '¡Ya has terminado, vuelve a ser como antes! ", dice la doctora Michelle B. Riba. Es directora del Programa de Psicooncología del Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. "Pero todavía vas a estar bajo el microscopio durante un tiempo".
Cómo gestionar tus emociones
Tras el tratamiento del cáncer, es posible enfrentarse a problemas como la depresión, la ansiedad e incluso el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Una visita a la consulta del médico puede ser a veces el detonante de un trastorno emocional. Cuando llegue el momento de la revisión tras el cáncer, es bueno tener a mano consejos para controlar el estrés. Puedes:
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Acudir a su red de apoyo antes de cada revisión. Pide a un amigo o familiar que te acompañe a la consulta del médico.
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Programe las citas médicas relacionadas con el cáncer a primera hora del día, así tendrá menos tiempo de espera antes de ir.
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Utiliza técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación para ayudarte con los sentimientos de ansiedad antes y durante tus visitas al médico.
Para algunos, la ansiedad no se desencadena por las citas médicas, sino por no tenerlas. "Hay estudios que demuestran que las personas sí se sienten más ansiosas o tristes cuando terminan el tratamiento activo", dice Riba.
Acudir al médico puede hacerte sentir que estás haciendo algo que te mantiene a salvo, dice, lo que puede tranquilizarte. Asegúrate de conocer el calendario de visitas de seguimiento para que no te sorprenda que empiecen a venir con menos frecuencia.
Proteja su salud mental
Una vez que has tenido cáncer, es natural que te preguntes si va a volver algún día. Los dolores y las punzadas normales que habrías pasado por alto antes del diagnóstico de cáncer pueden hacerte sentir ansioso ahora.
"Los síntomas físicos que recuerdan a una persona cómo empezó todo esto pueden hacer que se preocupe por las metástasis [la propagación del cáncer], que piense que un dolor de cabeza es algo más grave", dice Riba.
No dejes que tu preocupación se quede en el aire. Habla con un médico si te preocupa tu salud. A veces, basta con una llamada o una visita rápida para aliviar tu mente.
Planifique un futuro positivo
Para controlar tu salud mental y frenar la ansiedad, la ira y la depresión a largo plazo, prueba estas estrategias:
Habla de cómo te sientes. Mantén a tus amigos y familiares al tanto de tus altibajos, o habla con un profesional de la salud mental. Háblales de tus miedos y preocupaciones, y hazles saber si estás triste o enfadado.
Controla lo que puedas. Hazte cargo de los cambios importantes en tu estilo de vida, como la alimentación, el ejercicio y las actividades sociales.
Encuentra el grupo de apoyo adecuado. Asegúrate de que se adapta a ti. Averigua todo lo que puedas sobre un grupo antes de decidirte a unirte. ¿Qué tamaño tiene? ¿Cuándo, dónde y con qué frecuencia se reúne? ¿Quién va a las sesiones y quién las dirige?
Concéntrese en su fe. El cáncer puede acercar a algunas personas a su lado espiritual. Si eres religioso o espiritual, apóyate en tus prácticas como fuente de fortaleza.
Sé creativo. "A veces a la gente le gusta expresar cómo se siente no sólo hablando, sino a través de diferentes medios", dice Riba. El arte, la música, la danza o la escritura pueden ser una gran salida para tu salud mental.
Devuelve algo a los demás. "Mucha gente se siente mejor cuando da a los demás", dice Riba. No dudes en ofrecerte como voluntario para diferentes causas, como recaudar fondos para la investigación. Encuentre formas de utilizar su tiempo de tratamiento post-cáncer para hacer cosas buenas por los demás.
Manténgase positivo. Gasta tu energía en esperanza cuando puedas. "Vive, respira y abraza esta vida que te han dado", dice Emo. "Ahora es tu momento".