Mantén tus útiles de limpieza a mano
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En cada planta de tu casa, ten un carrito con un limpiador multiuso, esponjas, paños suaves, guantes de goma, toallas de papel y cualquier otro material que puedas necesitar. Cuelga también una escoba o guarda una aspiradora en un armario de cada planta.
Limpia un poco cada día
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Mantenerse ordenado y organizado es un proceso continuo. Dedica unos minutos cada día a ordenar los "puntos calientes" de tu casa donde se producen desórdenes con frecuencia. Limpia las manchas alrededor del fregadero de la cocina. Recoge la ropa del suelo del dormitorio y ponla en las cestas o en el armario. Guarda el correo, las mochilas y los zapatos que se acumulan en el pasillo. Separe los montones de papeles en pilas más pequeñas de "tareas pendientes" y "para archivar".
Limpieza semanal
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Haz un calendario para las tareas más grandes. Son más fáciles de abordar si las haces regularmente. Aspira las alfombras y debajo de los cojines del sofá y la mesa de la cocina. Aclara los objetos que se cubren de huellas dactilares pegajosas, como los asientos infantiles y los juguetes. Y tira los alimentos viejos antes de que conviertan tu nevera en un gigantesco proyecto científico.
Encuentra pequeños ayudantes
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Acostumbra a tus hijos a ser los pequeños ayudantes de mamá -y de papá- desde muy pronto. A los 3 ó 4 años, pueden empezar a emparejar los calcetines el día de la colada o a guardar los juguetes. A los 6 años, los niños deberían estar preparados para realizar tareas más importantes, como poner la mesa o doblar la ropa.
Almacenamiento a nivel infantil
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Mantenerse ordenado y organizado debería ser fácil también para los niños. Coloca cubos de almacenamiento para sus libros o juguetes en estantes bajos o en el suelo. Instala ganchos para que los más pequeños puedan colgar sus chaquetas y mochilas. Y deja que tomen ellos mismos algunas decisiones, como elegir la ropa del día siguiente la noche anterior.
Tareas que compensan
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Pon por escrito todas las tareas de tus hijos. Crea una tabla de tareas con el nombre de cada niño y deja que elijan una tarea del día. Las tareas pueden incluir poner la mesa, hacer su cama o lavar los platos. Los niños que hagan sus tareas a tiempo pueden ganar un premio, como un viaje al cine o a por un helado.
Limpieza de temporada
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Una vez cada seis meses, planifica un día para desordenar tu casa. Deshazte de la ropa y los zapatos que se te han quedado pequeños, así como de los libros, los juguetes y los objetos del hogar que no has utilizado en más de un año. Da a tus hijos una razón para colaborar organizando una venta de garaje y dejando que se queden con los beneficios, o llevándolos contigo a donar artículos a la beneficencia.
Zonas olvidadas
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No olvides estos imanes de gérmenes y polvo:
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Paredes del frigorífico, estantes y dispensador de hielo/agua.
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Apliques de luz y parte superior de las aspas de los ventiladores de techo
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Receptores de teléfono
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Teclados de ordenador
Limpieza más ecológica
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Puedes hacer tu propia línea de productos verdes en casa. Combina partes iguales de vinagre y agua en una botella de spray, o mezcla una pasta de bicarbonato de sodio y agua para fregar las manchas de superficies como las encimeras. Deja las ventanas brillantes con una taza de alcohol mezclado con una cucharada de vinagre. Prueba siempre tus limpiadores para asegurarte de que no rayan ni dañan las superficies.
Utiliza artículos no deseados para la limpieza
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Los objetos viejos pueden tener una segunda vida como artículos de limpieza.
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Los calcetines gastados se convierten en prácticas manoplas que limpian la suciedad en rincones estrechos.
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Una goma de lápiz puede borrar las marcas de rozaduras de los suelos.
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Envuelve una camiseta vieja alrededor de una regla, rocía con limpiador y úsala para limpiar el interior de las persianas.
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Pasa una hoja de secadora usada por la pantalla de tu televisor para eliminar el polvo.