Sé un experto en la materia
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Infórmate sobre tu cirugía y reúnete con tu equipo médico. Habla con tu cirujano y con el experto que gestiona tu comodidad y cuidados durante la operación, tu anestesista. Hágales preguntas sobre todo, desde los riesgos hasta el tiempo de curación. Su hospital puede ofrecer clases que también pueden enseñarle sobre su procedimiento.
La X marca el punto quirúrgico
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Para evitar errores, es posible que su médico o enfermera utilice un bolígrafo para marcar el lugar del cuerpo donde le van a operar. Pregunte a su cirujano si debe esperar esto con su operación.
Pregunte por las opciones de anestesia
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La forma de anestesiarle durante la operación suele depender del tipo de cirugía que se le practique. Pregunte a su anestesista sobre sus opciones.
La anestesia "local" adormece una pequeña parte de usted, la "regional" actúa sobre una zona más amplia y la "general" afecta a todo su cuerpo.
Algunos tipos de anestesia se inhalan, mientras que otros se administran mediante una inyección o por vía intravenosa.
No tema despertarse durante la cirugía
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Volver en sí mientras se está bajo anestesia general puede ocurrir, pero es raro que se tome plena conciencia. La mayoría de las personas a las que les ocurre esto no sienten ningún dolor. Hable con su anestesista antes de la operación si tiene alguna preocupación o si cree que le ha ocurrido antes.
Dolor después de la cirugía
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Es posible que sientas dolor, presión o una sensación de ardor en el lugar donde te operaron y al comenzar a moverte. Puede que le duelan los músculos y que le moleste la garganta.
Dígale a su médico si necesita analgésicos mientras esté en el hospital. Y pregúntale qué opciones tienes para aliviarte cuando llegues a casa. Además de la medicación, puede ser útil utilizar cintas de relajación, terapia de calor o frío, o masajes.
Combatir las infecciones hospitalarias
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Después de la cirugía, mantén las manos limpias. Y no tengas reparo en asegurarte de que tus médicos y enfermeras se lavan las manos o las higienizan antes de atenderte. Así evitarás contraer infecciones como el SARM, un germen difícil de tratar.
Tiene riesgo de sufrir coágulos de sangre?
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Algunas cirugías pueden aumentar sus posibilidades de sufrir un peligroso coágulo de sangre llamado trombosis venosa profunda (TVP). Estos coágulos pueden llegar a los pulmones y bloquear el flujo sanguíneo, lo que se conoce como embolia pulmonar. Esto puede ser mortal, pero un tratamiento rápido puede salvar la vida.
La edad avanzada, el sobrepeso, el tabaquismo, las enfermedades como el cáncer o los coágulos anteriores y algunos medicamentos son factores que pueden aumentar la probabilidad de sufrir una TVP.
Hable de sus problemas médicos
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Dígale a su médico si tiene algún problema de salud, como una enfermedad cardíaca o pulmonar, diabetes, presión arterial alta, trabajos dentales, artritis o alergias a medicamentos.
Dígales también si usted o alguien de su familia ha tenido una reacción a la anestesia.
Evite los percances con la medicación
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Informe a su médico de todos los medicamentos que toma. Algunos pueden provocar efectos secundarios durante la cirugía. Por ejemplo, los anticoagulantes y la aspirina pueden suponer un riesgo de sangrado excesivo.
Su médico le dirá qué medicamentos debe tomar antes de la operación y cuáles debe dejar de tomar.
Reacciones sorprendentes a los suplementos
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Muchos suplementos, como el ginkgo biloba, el ginseng, el ajo, la equinácea, los aceites de pescado o las vitaminas, pueden ser arriesgados de tomar antes de la cirugía. Por ejemplo, algunos pueden aumentar la posibilidad de sufrir problemas cardíacos o hemorragias. Otros pueden afectar a la duración de la anestesia o mezclarse mal con otros medicamentos, provocando efectos secundarios inesperados. Su médico puede indicarle que deje de tomarlos 1 ó 2 semanas antes de la operación.
¿Debe donar sangre?
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Pregunte a su médico si existe la posibilidad de que necesite una transfusión de sangre durante la operación. Si es así, y faltan al menos 4 semanas para la operación, es posible que pueda donar sangre y tener parte de ella almacenada por si la necesita.
Obtenga una segunda opinión
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No estás seguro de que la cirugía sea adecuada para ti? No tenga miedo de pedir la opinión de otro médico. Busca a alguien especializado en el tratamiento de tu enfermedad.
Alinea a los cuidadores
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Es posible que necesite un poco de ayuda para desplazarse después de la cirugía, así que pida apoyo a sus familiares y amigos. Mientras se recupera, déjese mimar y cuidar. Y para la primera noche, asegúrate de que haya un adulto responsable que pueda pasar la noche contigo en casa.
Abastece tu despensa y tu congelador
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Antes de la operación, asegúrate de tener en casa muchos alimentos y bebidas saludables. Así, no tendrá que preocuparse de hacer la compra durante su recuperación.
¿No tienes tiempo? Pide ayuda a tus amigos o familiares.
Usa ropa suelta
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Vestirse puede ser a veces un reto mientras se recupera. Si su cirugía afecta a su movimiento, busque ropa suave y holgada que sea fácil de poner y quitar. Los pantalones de cintura elástica o sueltos y las camisas que se abotonan, en lugar de los jerseys, pueden ser más fáciles de llevar.
No coma ni beba antes de la cirugía
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La anestesia puede provocar vómitos durante o después de una operación. Su cuerpo normalmente evita que inhale los alimentos que escupe, pero la anestesia puede impedir que estos reflejos funcionen. Esto puede provocar asfixia y otras complicaciones después de la operación. Así que asegúrate de seguir las instrucciones de tu médico sobre cuándo dejar de comer o beber.
Haga cambios en su estilo de vida
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Las personas con hábitos saludables suelen soportar mejor la cirugía. Pregunte a su médico qué puede hacer para ponerse en mejor forma de aquí a la operación... y siga así. Si se prepara física y mentalmente, es probable que tenga una recuperación más rápida, menos dolor y menos complicaciones.
Limitar el alcohol
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Beber puede tener efectos imprevisibles en la anestesia y causar otros problemas, como demasiado sangrado o daños en el hígado. Sea sincero con sus médicos sobre la cantidad y la frecuencia con la que bebe. Pregunte si debería dejar de beber, o al menos reducirlo, para ayudar a disminuir el riesgo de complicaciones de la cirugía.
Si fuma, deje de hacerlo
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Fumar aumenta el riesgo de infecciones y otras complicaciones de la cirugía. Dejar de fumar antes de la operación también puede ayudarle a curarse más rápidamente.
Es conveniente dejar de fumar al menos 4 semanas antes de la operación. Alargar ese plazo a 10 semanas o más sería aún mejor. Los tratamientos de sustitución de la nicotina y los grupos de apoyo son sólo un par de formas de facilitar el abandono del hábito del tabaco.
Comprueba tu presión arterial
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Si tienes la tensión alta, asegúrate de que tu equipo médico lo sepa. Es importante tenerla bajo control antes de la cirugía. Pregunte a su médico sobre las medidas que puede tomar.
Si estás tomando medicación para la hipertensión, no olvides preguntar si debes tomarla el día de la operación.
Controla tu peso y come bien
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Come alimentos saludables para obtener la nutrición que necesitas para sanar. Si tienes sobrepeso u obesidad, podrías tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones. Aunque perder algunos kilos puede ayudarte a recuperarte, colabora con tu médico antes de empezar una nueva dieta.
Haz ejercicio
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Hacerlo antes de la cirugía puede ayudarle a recuperarse más rápidamente. Independientemente de su nivel de actividad, hable con su médico al respecto. Ellos pueden ayudarle a saber cómo puede estar activo de forma segura antes y después de su procedimiento.