Haz una pausa de 20 segundos en el ordenador
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Mirar fijamente un ordenador (o cualquier pantalla digital) no te hará daño a los ojos, pero puede hacer que los sientas cansados y secos. Sorprendentemente, parpadeamos la mitad de veces cuando miramos una pantalla. Sigue la regla del 20/20/20: Cada 20 minutos, mira a 6 metros de distancia durante al menos 20 segundos. Además, coloque la pantalla a unos 25 centímetros de distancia y ligeramente por debajo del nivel de los ojos. Reduce el deslumbramiento moviendo las fuentes de luz o utilizando un filtro de pantalla.
Utilice siempre gafas de sol
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La radiación UV puede dañar tus ojos al igual que lo hace con tu piel. Los efectos se acumulan y pueden causar problemas como cataratas, quemaduras en la córnea e incluso cáncer de párpado. Siempre que estés al aire libre -incluso en días nublados- usa gafas de sol o lentes de contacto que bloqueen entre el 99% y el 100% de los rayos UV-A y UV-B. Las lentes protectoras no tienen por qué ser caras, basta con comprobar la etiqueta. Los sombreros también bloquean la exposición. La nieve, el agua, la arena y el hormigón pueden reflejar los rayos UV.
Utiliza gafas de seguridad en el trabajo y en el ocio
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Casi la mitad de las lesiones oculares se producen en casa, no en el lugar de trabajo. Utilice gafas de seguridad siempre que un proyecto pueda hacer volar escombros o salpicar productos químicos peligrosos. Las gafas de protección pueden evitar el 90% de las lesiones oculares relacionadas con el deporte. Las lentes deben ser de plástico de policarbonato, que es 10 veces más resistente a los impactos que otros materiales. Algunos de los deportes con más lesiones son el béisbol/softbol, los deportes de raqueta, el lacrosse y el baloncesto.
Come por tu corazón y por tus ojos
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Los alimentos que favorecen la circulación son buenos para el corazón, los ojos y la vista. Elige alimentos saludables para el corazón como los cítricos, las verduras de hoja oscura y los cereales integrales. Los alimentos ricos en zinc -alubias, guisantes, cacahuetes, ostras, carne roja magra y aves de corral- pueden ayudar a los ojos a resistir el daño de la luz. Y las zanahorias son buenas para los ojos: La vitamina A que contienen es importante para una buena visión. Otros nutrientes que ayudan a los ojos son el betacaroteno (presente en muchas frutas y verduras de color amarillo o naranja) y la luteína y la zeaxantina (presentes en las verduras de hoja verde y en los productos de color).
No ignore los problemas oculares
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Si te pican los ojos o están rojos, alívialos con compresas frías, antihistamínicos o colirios. Si sientes arenilla, como si tuvieras arena en el ojo, aclara con suero fisiológico. Acuda al médico si los síntomas continúan o si tiene dolor ocular, secreciones, hinchazón o sensibilidad a la luz. Otros motivos para acudir al médico: manchas oscuras flotantes, destellos de luz o cualquier momento en que no pueda ver con normalidad.
Limpia tus lentes de contacto
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Cuida tus ojos cuidando tus lentes de contacto. Lávate y sécate siempre las manos antes de manipular las lentillas. Utiliza sólo limpiadores y gotas aprobados por tu oftalmólogo. Limpia, aclara y seca el estuche con solución salina -no con agua del grifo- cada vez que te quites las lentillas, y sustitúyelo cada dos o tres meses. No lleves las lentillas cuando nades o utilices productos de limpieza como la lejía. No te dejes las lentillas de uso diario puestas mientras duermes, ni siquiera para una siesta. Y no lleves las lentillas más tiempo del recomendado.
Conozca su historial de salud
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Muchas condiciones de salud aparentemente no relacionadas pueden afectar a sus ojos. La presión arterial alta y la diabetes pueden reducir el flujo sanguíneo a los ojos. Los trastornos del sistema inmunitario en los pulmones, las glándulas tiroideas u otros lugares pueden influir también en los ojos. Otras amenazas son la esclerosis múltiple, los aneurismas y el cáncer. Informe a su oftalmólogo sobre cualquier problema de salud actual o pasado, incluidos los familiares con problemas oculares o enfermedades graves.
Lea las etiquetas de los medicamentos
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Muchos tipos de medicamentos, o combinaciones de ellos, pueden afectar a su visión. Esté atento a los posibles efectos secundarios de los distintos medicamentos utilizados para tratar diferentes enfermedades. Informe a su médico si nota problemas como ojos secos o llorosos, visión doble, sensibilidad a la luz, párpados hinchados o caídos y visión borrosa.
Deseche el maquillaje de ojos antiguo
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Las bacterias crecen fácilmente en el maquillaje de ojos líquido o en crema. Tire los productos después de 3 meses. Si desarrolla una infección, deshágase inmediatamente de todo el maquillaje de ojos y acuda a un médico. Si tienes tendencia a tener reacciones alérgicas, prueba sólo un producto nuevo cada vez. No compartas nunca los cosméticos y no utilices las muestras de la tienda. Lávate bien la cara antes y después de maquillarte, y no te apliques los cosméticos dentro de las líneas de las pestañas.
Hágase revisiones periódicas de los ojos
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Debes revisarte los ojos con regularidad, aunque no lleves gafas. Pregunte a su médico con qué frecuencia. Será al menos cada dos años a partir de los 18-60 años, o cada año si eres mayor, usas lentes de contacto o tienes factores de riesgo como diabetes, presión arterial alta o antecedentes familiares de enfermedades oculares.
Deje de fumar
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Si fuma, deje de hacerlo. Fumar supone un aumento drástico de la incidencia de la degeneración macular, además de aumentar el riesgo de desarrollar cataratas y agravar la incómoda sequedad ocular. También acumula placa en el torrente sanguíneo y debilita las arterias. Esto no sólo aumenta el riesgo de infarto, sino que puede dañar la retina y provocar la pérdida de visión. La buena noticia es que, tras dejar de fumar, el riesgo de sufrir enfermedades oculares es prácticamente el mismo que el de los no fumadores.