Aftas: Por qué las tienen los niños y cómo puedes ayudarles

¿Qué son las aftas? Si alguna vez has tenido una, probablemente recuerdes exactamente cómo se siente. Estas llagas son pequeñas y dolorosas úlceras que pueden desarrollarse en tu boca por una variedad de razones. Se conocen como aftas, úlceras bucales o por su nombre científico: estomatitis aftosa. 

Aunque hay algunas condiciones médicas que causan aftas, la mayoría de las llagas no tienen causas obvias. Aun así, hay algunas pruebas que el médico de su hijo puede realizar si éste tiene brotes repetidos de esta dolorosa afección. 

Aprende más sobre las aftas en los niños, sus causas y sus tratamientos en la siguiente guía.

Qué causa las aftas en los niños?

Las causas de las aftas no están del todo claras, pero los brotes tienden a seguir patrones: Las niñas, por ejemplo, suelen tener aftas con más frecuencia que los niños. Las aftas también suelen afectar más a los adolescentes que a los niños menores de 10 años, pero los niños más pequeños también pueden padecerlas. 

Es posible que tu pediatra no pueda confirmar la causa exacta de las aftas de tu hijo. Nadie sabe realmente por qué se desarrollan, pero los siguientes factores suelen estar relacionados con estas úlceras:

Una infección vírica. Si tu hijo sigue desarrollando aftas, la causa podría ser un virus. La enfermedad de manos, pies y boca es un virus común (y muy contagioso) que afecta a bebés, niños pequeños y preescolares. Si tu hijo tiene esta enfermedad, notarás úlceras en la boca, así como manchas similares que aparecen como ampollas en las manos y los pies de tu hijo.

Una enfermedad autoinmune. Las aftas recurrentes que no tienen una causa obvia, como una enfermedad viral o una deficiencia de nutrientes, pueden ser un signo de una enfermedad autoinmune en ciernes. Muchos niños que padecen la enfermedad celíaca y las enfermedades inflamatorias del intestino tienen aftas frecuentes, además de otros síntomas como cansancio, niebla cerebral y dolor en las articulaciones.

Deficiencias nutricionales. La ferritina baja, un indicador del hierro almacenado en el cuerpo de tu hijo, está relacionada con las úlceras bucales recurrentes, como las aftas. La carencia de hierro es habitual en los niños, y es posible que notes otros signos de esta carencia como piel pálida, ojeras y cansancio aunque tu hijo duerma bien. 

Tu hijo necesita entre 8 y 15 miligramos de hierro al día, dependiendo de su peso y de si tiene o no la menstruación. 

Tener una deficiencia de ácido fólico o vitamina B-12 también está relacionado con las aftas.

Sensibilidad a los alimentos. Ciertos alimentos pueden irritar la boca de algunos niños y provocar aftas. Los culpables suelen ser los alimentos muy ácidos, como el chocolate, el café y los cítricos, que irritan las sensibles membranas mucosas de la boca de tu hijo.

Cuáles son los síntomas de las aftas?

Es importante saber que las aftas no son lo mismo que el herpes labial y que los síntomas de las aftas no son contagiosos. Las aftas bucales suelen ser visibles para una persona que mira al niño porque se localizan alrededor de la boca, en los labios o cerca de la nariz. 

Las aftas, en cambio, se desarrollan dentro de la boca. Se localizan en los tejidos blandos del interior de las mejillas del niño. Un niño con aftas puede notar los siguientes síntomas:

  • Puntos de dolor en el interior de sus mejillas o labios

  • Pequeñas manchas blancas con anillos rojos alrededor que sólo tienen unos milímetros de ancho

  • Una sensación de hormigueo en el lugar donde comienzan a desarrollarse nuevas llagas

  • Aparición de nuevas aftas antes del periodo menstrual, al comer ciertos alimentos o en momentos de estrés

  • Ya sea una llaga o muchas a la vez (pero una es más común)

  • No hay síntomas de enfermedad como fiebre o escalofríos (aunque su hijo podría tener fiebre si ya tiene una enfermedad viral)

Cómo se diagnostican las aftas?

Suele ser bastante fácil diagnosticar un afta porque son visibles a simple vista. Son dolorosas, son blancas con un "halo" rojo alrededor y sólo aparecen dentro de la boca. 

Es posible que el pediatra de tu hijo te recete un tratamiento para las aftas sin hacer pruebas adicionales, pero si las aftas vuelven a aparecer, puede ser el momento de hacer un análisis de sangre o una pequeña biopsia de una afta para saber más sobre su causa.

Cómo se tratan y previenen las aftas?

Tratamiento. Si tu hijo lucha con frecuencia contra las aftas debido a infecciones víricas, a un periodo menstrual o a un sistema inmunitario debilitado, tu pediatra puede aconsejarte el curso de acción adecuado. El médico puede recomendar un enjuague bucal especial, un medicamento recetado o un tratamiento de venta libre que ayude a prevenir la reaparición de las aftas. 

Las aftas suelen curarse solas en una o dos semanas, pero puede ser doloroso vivir con ellas durante el proceso de curación. Si buscas un tratamiento para las aftas que alivie las molestias de tu hijo en casa, puedes probar a darle un antiácido líquido, miel o leche, pero recuerda que los bebés menores de un año no deben comer miel por motivos de seguridad. Dale a tu hijo alimentos blandos sin bordes afilados y asegúrate de que bebe suficientes líquidos para acelerar la curación.

Prevención. La prevención depende de conocer la causa de la llaga. Por ejemplo, si su hijo tiene una deficiencia de hierro que su pediatra cree que está causando sus aftas recurrentes, seguir las instrucciones del pediatra para tratar la deficiencia es importante para prevenir problemas de salud relacionados - incluyendo las llagas en la boca.

Cuál es el impacto de las aftas en la salud del niño?

Los niños que tienen aftas pueden sentirse irritables o distraídos, y probablemente no querrán comer ni beber nada picante o ácido (como la salsa de espaguetis o el zumo de naranja) porque esto puede causar más dolor. 

Aunque las aftas desaparecen con el tratamiento al cabo de una o dos semanas, algunos niños tienen aftas recurrentes que realmente les molestan y afectan a su forma de comer, hablar e interactuar con los demás. 

Las aftas son una parte normal de la vida de muchos niños sanos. Para dos tercios de los niños que las desarrollan, un brote es algo único. Si su hijo tiene dolor de boca debido a las aftas recurrentes, es importante que visite a su pediatra para determinar si hay una causa subyacente que pueda tratar. 

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