El embarazo, el parto y la maternidad pueden ser emocionantes, abrumadores y dolorosos. Mientras centras tu atención y energía en tu nuevo bebé, es importante que no te descuides. Saber cómo cuidar de problemas como las ampollas en los pies, las incisiones de la cesárea, los pechos doloridos, los pezones agrietados y otras molestias inesperadas puede hacer que esta emocionante etapa de la vida sea un poco menos dolorosa.
Raspones y moretones
Al principio del embarazo, tu cuerpo empieza a prepararse para toda la energía y el estiramiento que necesita para crecer y dar a luz a un bebé. Tus articulaciones empiezan a aflojarse mientras el cuerpo se prepara para el parto. Es posible que te sientas somnolienta, con náuseas, distraída y abrumada. Todo esto puede dar lugar a más resbalones, caídas, raspones o magulladuras. Trate estos acontecimientos como lo haría si no estuviera embarazada. Debe consultar a su médico si se produce una caída importante.
Limpie los pequeños cortes o rasguños con agua y jabón o con un lavado antiséptico de venta libre, y cubra la herida con un vendaje. No es necesario utilizar una pomada antibiótica o de hidrocortisona. Si nota un hematoma inexplicable, hable con su médico inmediatamente.
Dolores y molestias del embarazo
Al igual que el dolor del parto no termina con el último empujón, tampoco empieza con el trabajo de parto. Aquí tienes algunos problemas dolorosos que puedes experimentar antes de tener la primera contracción.
Dolor de pies y ampollas
Durante el embarazo pueden hincharse los pies y los tobillos. Esto suele ocurrir en el tercer trimestre y se debe a varias cosas. A medida que el útero crece, empieza a ejercer presión sobre las venas de la parte inferior del cuerpo, lo que reduce la velocidad de circulación de la sangre hacia el corazón. Además, los cambios hormonales que se producen en tu cuerpo pueden hacer que retengas líquido cuando los vasos sanguíneos se dilatan y aumentan el volumen de sangre. Este líquido extra tiende a acumularse en los pies y los tobillos. Después de dar a luz, la hinchazón debería remitir.
Hay varias cosas que puedes hacer para minimizar las molestias que conlleva la hinchazón:
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Bebe mucha agua.
Si bebes suficiente agua, tu cuerpo no retendrá tanto líquido.
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Evitar los alimentos salados
. La comida basura y los alimentos salados hacen que el cuerpo retenga líquidos.
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Cambiar de posición cada hora aproximadamente
. Si está de pie, intente sentarse durante unos minutos. Si está sentado durante un largo periodo de tiempo, póngase de pie y camine durante unos minutos.
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Evita cruzar las piernas.
Cruzar las piernas puede ralentizar el flujo sanguíneo.
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Eleva los pies.
Mantén un taburete, una caja o una pila de libros bajo tu escritorio para poder apoyar los pies.
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Usar medias de apoyo para la maternidad
. Las medias de maternidad hasta la cintura pueden ayudar a evitar la acumulación de líquido en los pies y los tobillos. Póntelas a primera hora de la mañana.
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Acuéstate sobre tu lado izquierdo
. Si la hinchazón persiste, busque un lugar seguro y acuéstese sobre el lado izquierdo durante un rato.
Cuando los pies están hinchados, forzarlos en los zapatos de antes del embarazo (o, a veces, en cualquier zapato) puede provocar una fricción que provoque ampollas. Si te salen ampollas o llagas en los pies a causa de la hinchazón, estas sugerencias pueden ayudarte:
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Deje la ampolla sin tocar, si es posible.
No reviente ni perfore la ampolla. El líquido del interior no suele estar infectado y ayuda a proteger la piel de debajo.
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Si la ampolla salta, deja la piel superior en su sitio.
La piel superior de una ampolla ayuda a proteger la piel de debajo. Con el tiempo se secará y caerá por sí sola.
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Aplicar un vendaje.
Un vendaje, a veces llamado moleskin, puede ser cortado para parecerse a una rosquilla del tamaño de su ampolla. Este tipo de venda protege la ampolla del contacto y ayuda a que se cure más rápido. Están disponibles en la mayoría de las droguerías y farmacias.
Lo mejor es tratar de prevenir la formación de ampollas en primer lugar. Prueba estas ideas para evitar las ampollas y las llagas en los pies:
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Usa zapatos lo suficientemente grandes o que se estiren para acomodar los pies hinchados. Los zapatos deben dar soporte y ser cómodos.
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Siempre que sea posible, usa calcetines que sean suaves y absorbentes.
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Prueba a frotar vaselina, como por ejemplo, en las zonas del pie que parezcan tener más ampollas.
Dolores ordinarios
Durante el embarazo, es posible que sigas sufriendo los dolores cotidianos. Sin embargo, es posible que ahora tengas que tratarlos de forma diferente por el bien de tu bebé. Habla con tu médico antes de utilizar cualquier remedio de venta libre (incluidos los analgésicos, los suplementos, las vitaminas y las hierbas medicinales). En general, evita cualquier medicamento durante el primer trimestre, excepto los que te haya recetado o recomendado tu médico.
La mayoría de los médicos recomiendan el paracetamol de potencia normal (Tylenol) para aliviar los dolores menores. Los medicamentos de venta libre que deben evitarse durante el embarazo son:
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Aspirina.
Las investigaciones han sugerido que la aspirina puede causar defectos de nacimiento, bajo peso al nacer y complicaciones en el parto. Sin embargo, hay algunos embarazos de alto riesgo en los que el médico puede poner a la paciente en dosis bajas de aspirina durante su embarazo. En ese momento, los beneficios superan los riesgos.
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Ibuprofeno (Advil, Motrin).
Estos medicamentos, incluida la aspirina, se denominan antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Pueden causar defectos cardíacos y problemas en el parto, especialmente si se toman durante el tercer trimestre. Sin embargo, en algunos embarazos de alto riesgo, el médico puede administrar a la paciente dosis bajas de aspirina durante el embarazo. En ese momento, los beneficios superan a los riesgos.
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Fármacos etiquetados como de potencia extra, máxima o de acción prolongada.
Como sugiere la etiqueta, son más potentes por dosis, y más no siempre es mejor, especialmente durante el embarazo. En general, están bien siempre que no se supere la dosis máxima recomendada. Pregunte a su médico.
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Medicamentos multisintomáticos.
Pregunte a su médico y tome la medicación que trata sólo los síntomas que tiene. Hable con su médico si cree que necesita más de un medicamento.
Dolores y molestias después del parto
El dolor del parto no siempre termina con el último empujón al dar a luz. Aquí tienes otros problemas dolorosos que puedes experimentar, así como consejos para cuidarlos y sentirte más cómoda.
Episiotomía o desgarro perineal
Durante un parto vaginal, la zona entre la vagina y el ano, llamada periné, puede desgarrarse o puede ser cortada por el médico para que el bebé pueda salir más fácilmente. Si el médico corta la zona, el procedimiento se denomina episiotomía.
Después del parto, esta zona puede estar muy sensible durante varios días o semanas. Puede doler al sentarse, caminar, toser o estornudar. Para aliviar la hinchazón, el dolor y/o el picor, pruebe lo siguiente:
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Hielo.
En las primeras 24 horas después del parto, intente colocar una bolsa de hielo en la zona para ayudar a reducir la hinchazón y el dolor.
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Agua caliente.
Echa agua tibia en la zona mientras orinas para evitar el escozor. Cuando te den el alta, es posible que el hospital te proporcione una botella de chorro especialmente para este fin. Si no es así, cualquier botella limpia con tapa de chorro servirá.
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Compresas o pomadas anestésicas.
Aplicar spray, crema o pomada anestésica con almohadillas de hamamelis para adormecer temporalmente la zona.
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Baño de asiento/calor.
No antes de 24 horas después del parto, tome baños de asiento calientes en los que sólo se sumerjan las caderas y el trasero. Tomarlos varias veces al día y mantener una compresa caliente contra la zona puede ayudar a aliviar el dolor.
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El descanso.
Acuéstese de lado lo más posible para aliviar la presión en el lugar de la episiotomía. Intenta no estar sentada o de pie durante mucho tiempo. Cuando te sientes, tensa los músculos de las nalgas antes de sentarte y luego relájalos una vez que estés sentada. Sentarse sobre una almohada suave también puede ayudar.
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Ejercicios de Kegel.
Realiza ejercicios que fortalezcan los músculos cercanos a tu incisión o desgarro para ayudar a que la zona sane más rápido y se sienta mejor. Para realizar este ejercicio, contraiga la zona como si intentara detener el chorro de orina. Mantenga esa contracción durante 10 segundos y luego suéltela. Intenta repetirlo 20 veces al día. Puedes hacerlos en cualquier momento.
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Limpieza.
Para mantener la zona seca y limpia, da palmaditas en la zona con un pañuelo de papel o una gasa limpia, con cuidado de no frotar. Cuanto más suave seas, menos te dolerá. Cambia las compresas con frecuencia, al menos cada cuatro horas, e intenta evitar tocar la zona.
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Ropa suelta.
Evite los pantalones ajustados y la ropa interior apretada, ya que pueden causar fricción e irritar la herida.
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Dieta rica en fibra.
Coma muchos alimentos ricos en fibra y beba mucha agua para asegurarse de que tiene movimientos intestinales regulares y suaves. Tomar un ablandador de heces también puede ayudar.
Con estos consejos de autocuidado, el desgarro o la incisión deberían curarse bien. Sin embargo, si nota alguno de los siguientes síntomas, llame a su médico:
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Signos de infección como fiebre, escalofríos, hinchazón, enrojecimiento, dolor que no mejora, o secreción maloliente o sangrado excesivo en el lugar de la episiotomía
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Dolor nuevo o que empeora
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Problemas de pérdida de control urinario o intestinal
Incisión de la cesárea (sección C)
Si das a luz por cesárea, permanecerás en el hospital de dos a cuatro días, hasta que estés lo suficientemente curada para volver a casa. En el hospital, se le administrará la medicación para el dolor que necesite.
Se le recetará un analgésico para que lo tome en casa si lo necesita. En casa, es posible que no necesite la receta. Para muchas mujeres, los analgésicos de venta libre como el paracetamol (Tylenol) o el ibuprofeno (Advil, Motrin) controlan el dolor. Los puntos o grapas se retirarán al cabo de una semana, a menos que el médico haya utilizado puntos absorbibles.
El médico le dará instrucciones sobre cómo cuidar la herida de la cesárea. Es importante seguir estas instrucciones cuidadosamente. Estas instrucciones pueden incluir:
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Mantenga la incisión limpia y seca.
Lave la zona con agua tibia (una vez al día es suficiente). No rocíe agua directamente en la herida. Incluso puedes utilizar un secador de pelo en la posición fría después de la ducha para mantenerla seca.
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Cambia cualquier vendaje con regularidad.
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Llevar ropa suelta.
Evite la ropa que pueda rozar e irritar la incisión. Preste especial atención a las bandas de ropa interior
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Continúe taponando la herida en casa, si es necesario.
Algunas heridas pueden no cerrar al principio. Si su médico le ha recomendado taponar la incisión, siga cuidadosamente las instrucciones. Cambie el taponamiento y lave la herida varias veces al día.
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Saber cuándo llamar al médico.
Si experimenta alguno de los siguientes síntomas, llame al médico inmediatamente:
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Fiebre de más de 100,4 grados
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Drenaje persistente o líquido maloliente de la incisión
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Aumento de la sensibilidad en el lugar de la incisión
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Separación de los bordes de la herida
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Aumento del enrojecimiento o la hinchazón en el lugar de la incisión
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Pechos y pezones doloridos
La lactancia materna puede ser una de las alegrías de ser una nueva mamá. También puede ser dolorosa a veces. Para la mayoría de las mujeres, existe un remedio para estas molestias, y no hay razón para dejar de dar el pecho. De hecho, la lactancia puede incluso aliviar el dolor.
Puede haber muchas razones por las que te duelan los pezones o los pechos, entre ellas las siguientes:
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Agarre incorrecto por parte de tu bebé.
La razón más común de los pezones doloridos es que el bebé no se agarra a los pezones correctamente. Con un poco de práctica, puedes corregirlo en casa. Tu bebé debe abrir mucho la boca y coger una zona amplia de la areola, el círculo de piel oscura que rodea el pezón. El pezón debe estar en la parte posterior de la boca de tu bebé. Si tienes problemas para amamantar, pregunta a tu médico o al personal del hospital si puedes hablar con un asesor de lactancia.
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Zorzal.
La candidiasis bucal es una infección común causada por la levadura, un hongo candida. La levadura se desarrolla en la leche y en ambientes cálidos y húmedos. Tu bebé también puede tener aftas. Comprueba si tiene manchas blancas en el lateral de la mejilla. Habla con tu médico sobre los medicamentos de venta libre. Algunos medicamentos para las infecciones por hongos NO deben usarse en los pechos, así que pregunta antes de empezar el tratamiento.
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Engorgement
. Sus pechos pueden congestionarse y llenarse de leche y líquido. Esto suele ocurrir después del parto, cuando la leche está subiendo por primera vez, pero puede ocurrir en cualquier momento que retrase la lactancia. Amamantar o extraerse leche (si no puede estar con su bebé) suele aliviar esta molestia.
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Conductos lácteos obstruidos o taponados.
A veces tu leche no drena completamente y un conducto puede obstruirse. Prueba a aplicar calor húmedo en la zona y a dar un suave masaje. Una ducha caliente también puede aliviar el dolor. Asegúrate de seguir amamantando de ese lado.
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Mastitis.
La mastitis es una infección que puede estar causada por un conducto lácteo persistentemente obstruido. Para resolver el dolor, aplique calor húmedo en la zona, masajee suavemente y continúe amamantando en ese lado. Si el dolor persiste o si tienes fiebre o escalofríos, ponte en contacto con tu médico. Es posible que necesites antibióticos.