Convertirse en padre sin dejar de ser un buen compañero

Como padre primerizo, compaginar las funciones de padre, pareja y (posiblemente) sostén de la familia es difícil. De repente tienes mucho más que hacer y mucho menos tiempo para hacerlo. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo manejarlo.

Colabora con el cuidado del bebé.

Los bebés recién nacidos parecen tan pequeños y frágiles que puede que te sientas más cómoda apartándote y dejando que tu pareja se encargue de todo. Pero es necesario que te lances a ello. La única forma de adquirir confianza para bañar, cambiar pañales o acunar al bebé es hacerlo. Si no te implicas desde el principio, perderás una importante oportunidad de conectar con tu bebé. Seguro que tu pareja también empieza a refunfuñar.

Ayuda a tu pareja.

Si tu pareja acaba de dar a luz, ha pasado por una situación difícil. Están física y mentalmente agotados, con dolor y luchando con sus nuevas responsabilidades, como la lactancia. Pregúntales qué necesitan. Puede que no tengas tiempo, energía o dinero para regalarles un fin de semana en un spa. Pero las pequeñas atenciones -como regalarles la tarde para ver una película con una amiga- pueden suponer una gran diferencia para ellos en este momento.

Espera emociones encontradas.

Si eres padre primerizo, algunos días sentirás que tener hijos ha sido la mejor decisión que has tomado. Otros días, pensarás: "¿Por qué demonios decidimos cambiar de vida?". Es normal. No te sientas culpable por ello. Probablemente tu pareja haya pensado lo mismo. Os llevará tiempo a los dos adaptaros a vuestra nueva vida en común.

Conecta con tu pareja.

Tú y tu pareja os sentís más como cuidadores de niños y menos como la pareja que solíais ser? Aprovecha cada oportunidad que tengas para reconectar. Cuando la abuela pueda cuidar al bebé durante una hora, saca a tu pareja a pasear o a dar un paseo en coche. Incluso pasar unos minutos a solas para compartir el café de la mañana os ayudará.

Recuerda que tu trabajo es importante.

Si eres el principal sostén de la familia, puede que te sientas culpable por irte a trabajar mientras tu pareja está en casa con el bebé. Recuerda que estás cumpliendo un papel fundamental al mantener a tu familia.

Limita las horas de trabajo, si es posible.

Aunque el trabajo puede ser una necesidad, ahora no es el momento de añadir horas extra o ir a por un ascenso. Delega tareas y céntrate en la eficiencia para mantener tu trabajo estable y predecible durante los próximos meses. Usted y su pareja necesitan tiempo para adaptarse.

Contrata ayuda.

Os sentís abrumados tanto tú como tu pareja? Busquen la manera de desplazar algunas responsabilidades domésticas por un tiempo. Si te lo puedes permitir, contrata a una persona que limpie la casa temporalmente. Pide a tus amigos o familiares que cuiden de los niños durante una o dos horas o incluso pide comida para llevar de camino a casa para no tener que cocinar.

Tómate un tiempo para ti.

Tu pareja no es la única que necesita descansos. No te agotes del todo haciendo malabares con tus responsabilidades. De vez en cuando, queda con los amigos para ver el partido o tomar algo. Unas horas fuera pueden recargarte. Eso es bueno para ti, y también para tu pareja y tu bebé.

Hot