Cómo se maneja la fatiga después del tratamiento?
Por Cyrus Wahome
Tras el tratamiento de una determinada enfermedad, algunas personas sienten debilidad o fatiga. Puede ser un efecto secundario del tratamiento o deberse a otros factores como su entorno.
La fatiga es diferente para cada persona. Algunas personas sólo se sentirán débiles, pero la debilidad suele ser sólo una parte de la fatiga. En algunos casos, mejorarás al terminar el tratamiento, pero para otras personas, la fatiga puede durar meses o incluso años.
Síntomas de la fatiga
Las personas con diferentes afecciones describen la fatiga de muchas maneras. Algunos pueden decir que se sienten cansados, débiles, lentos, fatigados, agotados o exhaustos. Puede sentir que su cuerpo carece de energía para concentrarse y que tiene poco impulso para hacer algo. También puede sentir que sus brazos y piernas pesan más. La fatiga también puede hacer que pierda el sueño o que duerma demasiado. Otros síntomas son sentirse malhumorado, triste, irritable o frustrado.
Revisa tu dieta. Para ayudar a tu cuerpo a recuperarse, necesitas mantenerte bien alimentado. No tener suficientes nutrientes en tu alimentación podría agravar los síntomas de debilidad. Consulta a tu médico sobre tu ingesta calórica y nutricional. Es posible que le recomienden un dietista que se ocupe exclusivamente de sus necesidades nutricionales. Es posible que le pidan que acumule vitaminas o suplementos de electrolitos (sodio, potasio, calcio, hierro o magnesio) para ayudar a reducir sus síntomas.
No es posible utilizar pruebas de laboratorio o radiografías para diagnosticar o mostrar su nivel de fatiga. La mejor manera de averiguar más sobre su condición es describirla adecuadamente a su médico. Puede describir su nivel de fatiga como leve, moderado o grave, utilizar una escala de 0 (sin fatiga) a 5 (extremadamente fatigado), o comparar su estado actual con otros momentos para proporcionar algo de contexto.
También puedes:
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Haz pausas cortas para descansar o dormir la siesta. 30 minutos o menos serán lo mejor en lugar de una siesta más larga durante el día, que podría dificultar el sueño por la noche.
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Camina o haz ejercicio moderado. Es conveniente que hables con tu médico sobre el plan de ejercicios adecuado si temes forzar tu cuerpo.
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Pide a tus seres queridos que te ayuden con las cosas que no puedes hacer en este momento.
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Intenta dormir 7 u 8 horas cada noche. Una rutina de sueño saludable te ayudará mucho a encontrar la energía para gastar durante las horas de actividad.
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Evitar la cafeína
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Evite hacer ejercicio muy tarde por la noche.
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Ahorra energía para las cosas que quieres hacer.
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Reparte las tareas y actividades a lo largo del día para no tener la presión de hacerlo todo a la vez.
Si tienes que acudir al trabajo, informa a las personas pertinentes de tu lugar de trabajo sobre tu fatiga. Si es posible, pida trabajar desde casa para poder marcar el ritmo. Prioriza las tareas que requieren más atención cuando te sientas con energía. No tengas miedo de pedir un día libre en el trabajo si es necesario. Cuando estás muy fatigado, puede llegar a afectar a tu productividad, así que a tu empleador le conviene ayudarte. Siempre puedes reincorporarte al trabajo después de una baja por enfermedad.