Las enzimas digestivas desempeñan un papel fundamental en la descomposición de los alimentos. Estas proteínas aceleran las reacciones químicas que convierten los nutrientes en sustancias que su tracto digestivo puede absorber.
La saliva contiene enzimas digestivas. Algunos órganos, como el páncreas, la vesícula biliar y el hígado, también las liberan. Las células de la superficie del intestino también las almacenan.
Los distintos tipos de enzimas se dirigen a diferentes nutrientes:
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La amilasa descompone los carbohidratos y los almidones
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La proteasa actúa sobre las proteínas
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La lipasa se encarga de las grasas
Fuentes naturales de enzimas digestivas
Las frutas, verduras y otros alimentos tienen enzimas digestivas naturales. Comerlas puede mejorar tu digestión.
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La miel, especialmente la cruda, tiene amilasa y proteasa.
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Los mangos y los plátanos tienen amilasa, que también ayuda a la maduración de la fruta.
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La papaya tiene un tipo de proteasa llamada papaína.
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Los aguacates tienen la enzima digestiva lipasa.
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El chucrut, o col fermentada, recoge enzimas digestivas durante el proceso de fermentación.
Si tu cuerpo no produce suficientes enzimas digestivas, no puede digerir bien los alimentos. Eso puede significar dolores de estómago, diarrea, gases u otros síntomas dolorosos.
Algunos trastornos digestivos impiden que su cuerpo produzca suficientes enzimas, como por ejemplo:
Intolerancia a la lactosa. Esto ocurre cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de la enzima lactasa, que descompone el azúcar natural de la leche llamado lactosa. Con la escasez de lactasa, la lactosa de los productos lácteos que comes viaja directamente al colon en lugar de ser absorbida por tu cuerpo. Entonces se combina con las bacterias y provoca molestos síntomas estomacales.
Hay tres tipos de intolerancia a la lactosa:
Primaria. Naces con un gen que te hace intolerante a la lactosa. El gen es más común en personas de origen africano, asiático o hispano. Tus niveles de lactasa descienden repentinamente cuando eres niño. Entonces ya no eres capaz de digerir los lácteos tan fácilmente. Este es el tipo más común de intolerancia a la lactosa.
Secundaria. Tu intestino delgado produce menos lactasa después de una enfermedad, lesión o cirugía. También puede ser un síntoma de la enfermedad celíaca y de la enfermedad de Crohn.
Congénita o del desarrollo. Desde el momento en que naces, tu cuerpo no produce lactasa. Esto es poco frecuente. Tienes que heredar el gen para ello tanto de tu madre como de tu padre.
Las personas con intolerancia a la lactosa necesitan mover mucho el intestino y tienen gases e hinchazón después de comer o beber productos lácteos como leche y helados. Algunas personas pueden controlar los síntomas comiendo menores cantidades de lácteos. Otras evitan los lácteos por completo o eligen alimentos y bebidas sin lactosa.
Insuficiencia pancreática exocrina (IPE). Esto puede ocurrir cuando otra condición daña el páncreas. Las causas comunes de la IPE incluyen:
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Pancreatitis, o inflamación del páncreas.
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Cáncer de páncreas, que se inicia en los tejidos del páncreas
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Fibrosis quística, una enfermedad genética que daña los pulmones, el sistema digestivo y otros órganos
Para tratar la EPI, su médico puede sugerir cambios en el estilo de vida, como:
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Si fuma, deje de hacerlo
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Evitar el consumo de alcohol
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Llevar una dieta baja en grasas
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Tomar pastillas de vitaminas y minerales
Los medicamentos recetados también pueden mejorar sus síntomas.
Suplementos enzimáticos
Es posible que haya visto píldoras, polvos y líquidos de enzimas digestivas en los pasillos de las farmacias o tiendas de salud y nutrición. Estos suplementos pueden aliviar los síntomas de los trastornos digestivos. Tu edad, peso y otros aspectos determinan la dosis adecuada. Pero recuerde que los suplementos enzimáticos de venta libre no están regulados por la FDA del mismo modo que los medicamentos con receta. Los fabricantes de estos productos no tienen que demostrar su eficacia.
Hable siempre con su médico antes de probar cualquier tipo de suplemento. Se necesitan más investigaciones para estudiar su seguridad y su eficacia. Pero los suplementos de lactasa de venta libre ayudan a muchas personas con intolerancia a la lactosa, y hay un suplemento que parece ayudar a las personas a digerir los azúcares que hay en las judías.
Los expertos no recomiendan los suplementos de lactasa para los niños menores de 4 años. Además, habla con tu médico sobre los pros y los contras si estás embarazada o amamantando.
Actualmente, la mayoría de los productos enzimáticos son de origen animal. Los investigadores predicen que los productos a base de plantas y bacterias podrían ser más comunes en el futuro.