Fisioterapia para ligamentos y tendones: Ejercicios, masajes, ultrasonidos y más

Tal vez seas un guerrero de fin de semana que se lesionó el tendón o el ligamento mientras jugaba un animado partido de baloncesto. O tal vez te hayas hecho un esguince cuando te has caído mientras simplemente caminabas por la calle. Independientemente de cómo te hayas lesionado, es probable que la fisioterapia desempeñe un papel fundamental en tu plan de recuperación.

La rehabilitación te devuelve a la normalidad. Te ayuda a mejorar el movimiento de la articulación lesionada y a aliviar el dolor. También puede ayudar a prevenir daños permanentes y problemas que van y vienen.

Qué se puede esperar en la rehabilitación

Tu terapeuta utilizará una mezcla de técnicas para aliviar el dolor y potenciar tu coordinación, fuerza y flexibilidad. Es posible que tenga que utilizar equipos de ejercicio como bicicletas y cintas de correr.

También puede tratar tu lesión con calor o frío, o sugerirte que pruebes una bañera de hidromasaje. Otros métodos a los que pueden recurrir son la estimulación eléctrica, los ultrasonidos o un masaje.

Probablemente te darán ejercicios y rutinas de estiramiento para hacer en casa. Sigue con ellos. Junto con el trabajo que hagas en tus citas terapéuticas, te ayudarán a curarte mejor, más rápido y más seguro.

Esguinces de ligamentos

Los ligamentos son fuertes bandas de tejido que conectan los huesos entre sí y mantienen estables las articulaciones. Por ejemplo, los ligamentos de la rodilla conectan el hueso del muslo con la espinilla, formando una articulación, que te permite caminar y correr.

Un esguince es un estiramiento o rotura de un ligamento. Los más propensos a lesionarse son los tobillos, las rodillas y las muñecas.

Una de las lesiones de ligamentos más comunes en la rodilla es la del ligamento cruzado anterior (LCA). Se producen más de 200.000 al año. En la mitad de los casos hay que operar para reparar el problema.

Su médico puede pedirle que haga terapia física antes de una operación. Si estás en esta situación, tu terapeuta puede marcarte estos objetivos:

Mejorar lo bien que mueves la articulación

. También se llama aumentar tu "rango de movimiento". Te dará ejercicios, que empezarán poco después de tu lesión. Pueden incluir montar en una bicicleta estática o extender y flexionar la pierna.

Reduce la hinchazón.

Intenta ponerte hielo en la articulación todo lo que puedas para que la sangre circule mejor. Eleva la rodilla por encima del corazón mientras mantienes una bolsa de hielo. La compresión con una manga de rodilla o un vendaje ACE y los ejercicios de rango de movimiento también ayudarán a reducir la hinchazón.

Conserva la fuerza muscular.

El número de series y repeticiones variará, dependiendo de su lesión, pero los ejercicios incluyen elevaciones de piernas rectas, sentadillas, sentadillas estáticas, extensiones de piernas, rizos de piernas y prensas de piernas.

Condición física del corazón

. Los ejercicios incluyen la natación y el uso de una bicicleta fija o una elíptica.

Rehabilitación después de la cirugía

El objetivo de la fisioterapia después de una operación es conseguir que la articulación vuelva a funcionar con normalidad y seguridad en el menor tiempo posible.

Tendrás un plan adaptado a ti, pero la rehabilitación suele seguir este patrón:

Semanas 1-3.

Tu objetivo es aumentar tu rango de movimiento y moverte sin muletas. Los ejercicios incluyen el entrenamiento con pesas, montar en una bicicleta estática y levantar los dedos y los talones.

Semanas 4-6.

Seguirás con ejercicios diseñados para que puedas estirar y flexionar la articulación lo máximo posible. Sus objetivos incluyen intentar que su "marcha" -o forma de caminar- vuelva a ser normal. Entre los ejercicios se encuentran las elevaciones y las estocadas modificadas. También puedes utilizar máquinas de pesas para hacer extensiones de piernas, rizos de isquiotibiales o prensas de piernas.

Semanas 7-16.

Tus objetivos son conseguir una amplitud de movimiento completa mientras evitas la hinchazón y el dolor con ejercicios. Estos pueden incluir el uso de máquinas como una cinta de correr, una elíptica o un escalador. La natación o el ciclismo al aire libre también pueden formar parte del plan.

En lugar de la cirugía

Digamos que te has lesionado el tendón de Aquiles jugando al baloncesto de iniciación. O tal vez sea tu tendón rotuliano o un tendón del codo. Aunque un desgarro grave podría requerir una intervención quirúrgica, no pidas cita para el quirófano todavía. La fisioterapia podría ser tu billete para la recuperación.

La fisioterapia es el tratamiento habitual para una lesión del tendón de Aquiles, el mayor tendón del cuerpo y uno de los que más se lesionan. Su terapeuta diseñará un plan para satisfacer sus objetivos, retos y necesidades individuales.

Un plan típico podría incluir:

  • Ejercicios de estiramiento y flexibilidad para ayudar a que el tendón sane completamente y evitar el dolor a largo plazo

  • Ejercicios de fortalecimiento para ayudarle a reconstruir la fuerza del tendón y evitar futuras lesiones

  • Terapia de calor por ultrasonidos para mejorar la circulación sanguínea, lo que puede ayudar al proceso de curación

  • Masaje profundo para aumentar la flexibilidad y la circulación y prevenir nuevas lesiones

  • Actividades de resistencia, como montar en bicicleta estática

  • Entrenamiento de coordinación o agilidad

Todo esto incluye el entrenamiento en casa y en el gimnasio. Si mantienes el ritmo de la terapia, volverás más rápido a las actividades que te gustan.

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