Fotos de bultos en la piel: Quistes, etiquetas de la piel, bultos y más

Queloides

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Un queloide es un bulto de tejido cicatricial que crece más allá de los límites de una herida. Puede seguir creciendo semanas después de que la piel se cure. Los queloides, más frecuentes en las pieles oscuras, pueden formarse en cualquier parte, pero suelen aparecer en los lóbulos de las orejas, los hombros, la parte superior de la espalda, el pecho o las mejillas. No son dañinos, así que si no te molestan, puedes dejarlos tranquilos. Pero si uno es demasiado grande o te pica, puedes hacer que te lo traten o te lo quiten. Para prevenirlos, evita los piercings o la cirugía que no necesites.

Marcas en la piel

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Los papilomas cutáneos son pequeños crecimientos de piel con una protuberancia en el extremo. Suelen formarse en lugares donde la piel se roza, como el cuello, las axilas o la ingle. En la mayoría de los casos, no hay que preocuparse por ellos. Pero si te duelen, sangran o se irritan, muéstraselos a tu médico. Éste puede congelarlas, cortarlas o utilizar una corriente eléctrica suave para eliminarlas. No intentes eliminarlos tú mismo. Eso puede provocar una hemorragia o una infección.

Quistes en la piel

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Estos pequeños sacos de color carne bajo la piel están llenos de queratina, una proteína blanda parecida al queso. Estas protuberancias de crecimiento lento se forman cuando un folículo piloso o una glándula sebácea se bloquea o se daña. La mayoría de los quistes cutáneos son benignos (no cancerosos) y no necesitan tratamiento a menos que duelan, pierdan o molesten. Pero es mejor que un médico los revise para descartar una afección más grave, sobre todo si se enrojecen, duelen o se hinchan.

Urticaria

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Hay muchas cosas que pueden causar estas ronchas hinchadas y con picor: una alergia, una infección, el sol, el ejercicio, el estrés o una enfermedad. Las ronchas varían de tamaño y pueden fusionarse para formar otras más grandes. Las ronchas suelen desaparecer en un día, pero pueden aparecer otras nuevas a medida que las anteriores desaparecen. Un brote puede durar días o semanas. Si sabe qué es lo que desencadena la urticaria, evítelo. Un paño fresco o una ducha pueden aliviar los casos leves. Los antihistamínicos o los esteroides también ayudan.

Dermatitis atópica

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La dermatitis atópica, o eczema, provoca a veces pequeñas protuberancias que pican y que pueden rezumar líquido. No está claro qué causa exactamente esta afección de larga duración, pero probablemente los genes desempeñen un papel. También está relacionado con las alergias y el asma. Los médicos tratan el eczema con cremas, pastillas e inyecciones para ayudar a aliviar la inflamación. Tú puedes ayudar manteniendo la piel húmeda y evitando las cosas que desencadenan los brotes, como el estrés o ciertos jabones.  

Verrugas

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Las verrugas pueden aparecer en las manos, la cara, los pies y las extremidades. Todas están causadas por el virus del papiloma humano (VPH), pero diferentes cepas afectan sólo a determinadas partes del cuerpo. Se pueden transmitir a otras personas o a una nueva zona de la piel mediante el tacto. Las verrugas pueden desaparecer por sí solas, pero el tratamiento impide que se propaguen. Los remedios de venta libre pueden ayudar, pero acuda al médico si las verrugas duelen, se extienden, pican, arden, sangran o aparecen en la cara o los genitales.

Pseudofoliculitis barbae/Foliculitis

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La pseudofoliculitis barbae es una respuesta inflamatoria al afeitado. Los pelos cortos quedan "atrapados" en la piel, provocando brotes y a veces infecciones. Es más frecuente en los hombres.  

La foliculitis se produce cuando las bacterias infectan los folículos pilosos, a menudo en el cuello, los muslos, las axilas o las nalgas. Provoca pequeñas protuberancias rojas o granos. También pueden aparecer ampollas, llagas y picor o sensibilidad en la piel. Para tratarla, lávate con un paño limpio y jabón antibacteriano. Tu médico también puede recetarte antibióticos.

 

Dermatofibroma

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Un dermatofibroma es un bulto pequeño, firme y de color marrón rojizo que suele aparecer en las piernas. Tiene nervios y vasos sanguíneos, por lo que puede sangrar si se daña, como si te afeitas sobre él. No está claro cuál es su causa, pero puede aparecer después de una lesión menor, como una picadura de insecto. Son inofensivas, pero siempre hay que informar al médico de cualquier cosa nueva en la piel. Pueden tratar un dermatofibroma si te molesta. No desaparecerá por sí solo.

Ganglios linfáticos inflamados

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Las pequeñas glándulas del cuello, las axilas o la ingle, llamadas ganglios linfáticos, forman parte de tu sistema inmunitario. Cuando luchas contra una infección, pueden hincharse hasta convertirse en bultos del tamaño de un guisante o más grandes. Se van reduciendo a medida que vas mejorando. Pero consulta a tu médico si están hinchados durante dos semanas o más, si están duros, si crecen rápidamente, si están cerca de la clavícula o si la piel que los cubre está enrojecida. Estos, junto con la pérdida de peso, los sudores nocturnos, la fiebre o la fatiga, pueden ser signos de cáncer.

Hemangioma de cereza

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Estas pequeñas manchas o protuberancias de color rojo brillante en la piel suelen ser inofensivas. Es posible que empieces a verlos entre los 30 y los 40 años, y que te salgan más a medida que envejeces. Si uno de ellos se vuelve marrón oscuro o negro, díselo a tu médico para que se asegure de que no se trata de un cáncer de piel. En la mayoría de los casos, no necesitarás tratamiento para los hemangiomas en forma de cereza, a menos que se irriten o sangren. Si no te gusta su aspecto, habla con tu médico para que te los quite.

Queratosis Pilaris

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Cuando una proteína llamada queratina obstruye los folículos pilosos, pueden aparecer pequeños granos puntiagudos, una condición llamada queratosis pilaris. Estas protuberancias, que parecen papel de lija, suelen formarse en la parte superior de los brazos, las nalgas y los muslos. Son blancos o rojos y no duelen, pero pueden picar. Esta afección tan común suele ser hereditaria y suele desaparecer con la edad. No necesita tratamiento, pero las cremas para la piel, un baño caliente y la exfoliación pueden ayudar.

Lunares

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Casi todos los adultos tienen lunares: manchas redondas planas o ligeramente elevadas. Los hay de muchos colores, pero suelen ser marrones o negros. La mayoría de las veces, no hay que preocuparse por ellos. Pero los que cambian de tamaño, forma o color pueden ser señal de cáncer de piel. Muestra a tu médico si un lunar tiene una forma inusual, bordes irregulares, colores diferentes, aumenta de tamaño, crece desde la piel o sangra, supura, pica, duele o se vuelve escamoso.

Queratosis seborreica

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Estas protuberancias gruesas y ásperas pueden tener un aspecto ceroso o escamoso, como si estuvieran pegadas. Pueden aparecer en cualquier parte de la piel. Pueden tener una superficie verrugosa, pero no son contagiosas. Las queratosis seborreicas empiezan siendo pequeñas, pero pueden crecer hasta más de un centímetro de ancho. Algunas pican, pero la mayoría son indoloras y no necesitan tratamiento. Si tienes una que parece un cáncer de piel, el médico puede extirparla para estar seguro.

Lipomas

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Si tiene un bulto redondo y movible bajo la piel, puede ser un lipoma. Estas masas de grasa se sienten blandas, pastosas o gomosas. Suelen aparecer en el cuello, los hombros, la espalda o los brazos. El médico puede reconocer uno con sólo mirarlo o palparlo. La mayoría son inofensivos, pero si uno le molesta, el médico puede tratarlo con inyecciones de esteroides, liposucción o cirugía. Un lipoma que crece rápidamente o que duele puede ser un cáncer, así que asegúrate de decírselo a tu médico.

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