El cuidado del ombligo: Cómo prevenir problemas

Todo el mundo tiene un ombligo. Es el pequeño pliegue de piel que se forma en el abdomen tras el corte del cordón umbilical al nacer. Los ombligos pueden ser cóncavos (innies) o convexos (outies). 

La mayoría de las veces, los ombligos no molestan. Pero, como cualquier parte de la piel, puede ser susceptible de sufrir infecciones o lesiones. Si notas dolor, hinchazón o secreción en el ombligo, es posible que tengas una infección o una lesión.

Obtenga más información sobre lo que puede fallar en el ombligo. 

Infección bacteriana

Si tienes un ombligo "innie", los pliegues de la piel pueden atrapar humedad y residuos. Los lugares húmedos, cálidos y oscuros son entornos privilegiados para el crecimiento bacteriano. Si tienes bacterias floreciendo en tu ombligo, puede provocar una infección.

Si eso ocurre, notarás los síntomas de la infección. Los signos incluyen.

  • Enrojecimiento

  • Dolor

  • Hinchazón

  • Mal olor

  • Salida de pus u otros fluidos

Si cree que tiene una infección en el ombligo, debe llamar a su médico para que le limpie la zona cuidadosamente. También es posible que necesites antibióticos recetados para eliminar las bacterias antes de que se extiendan a otras partes del cuerpo.

Infección por hongos

Las bacterias no son lo único que crece bien en una zona como el ombligo. La levadura, un hongo que se da naturalmente en la piel, también puede proliferar en tu ombligo. Un crecimiento excesivo de la levadura puede provocar picor e irritación en la piel. Es muy similar a las infecciones vaginales por hongos o a las aftas que se producen en la boca.

Los síntomas de una infección por hongos incluyen.

  • Enrojecimiento

  • Picor

  • Dolor

  • Descarga

Llama a tu médico si sospechas que tienes una infección por hongos en el ombligo. Puede sugerirte que lo trates con una crema antimicótica de venta libre. También puede aconsejarte que mantengas la zona limpia y seca. Si eso no funciona, puede recetar un tratamiento antimicótico más fuerte. 

Quiste

Los quistes epidermoides pueden aparecer en cualquier parte de la piel. Se producen cuando las células epidérmicas quedan atrapadas y se multiplican bajo la piel, provocando bultos que pueden ser dolorosos o sensibles al tacto. Estos quistes no son perjudiciales, pero pueden ser molestos o incómodos.

Si tienes un bulto o masa en el ombligo, debes acudir al médico. Éste puede examinarlo y asegurarse de que no se trata de algo más grave, como un cáncer de piel. Si se trata de un quiste, es posible que haya que extirparlo quirúrgicamente. Es probable que tu médico pueda realizar el procedimiento en su consultorio. 

Hernia umbilical

Una hernia umbilical se produce cuando hay una brecha en el músculo directamente detrás de tu ombligo. Una parte del intestino puede sobresalir por ese hueco, lo que da lugar a un ombligo "salido". Sin embargo, no todas las salidas son hernias. Algunos ombligos sobresalen de forma natural.

Las hernias umbilicales son más comunes en los bebés y no causan ningún dolor. En muchos casos, los músculos del niño se cierran solos y la hernia desaparece alrededor de los cinco años.

Si la hernia no se cura por sí sola, el niño necesitará una intervención quirúrgica para empujar el intestino a su sitio y cerrar el hueco entre los músculos. Se trata de un procedimiento habitual con muy pocos riesgos. El niño necesitará anestesia general para la operación, pero normalmente puede irse a casa el mismo día de la operación. La recuperación dura aproximadamente una semana.

Los adultos también pueden desarrollar hernias umbilicales, aunque no es muy frecuente. La cirugía es la única forma de reparar una hernia umbilical en adultos. Si crees que tienes una hernia umbilical, tu médico puede ayudarte a planificar la cirugía.

Piedra en el ombligo

En casos muy raros, la piel muerta y los residuos pueden acumularse dentro de un ombligo y causar un cálculo en el ombligo. Los residuos de las células muertas de la piel, el sebo de la piel y otra suciedad o desechos se agrupan y forman una masa sólida. La "piedra" resultante puede parecerse al material que puede encontrarse en un punto negro de la piel.

Los cálculos en el ombligo no son perjudiciales y no suelen causar dolor. Es probable que tu médico pueda eliminarlos en su consulta. Puedes evitar que vuelvan a aparecer manteniendo el ombligo limpio. 

Cómo cuidar el ombligo

Para evitar infecciones o la acumulación de suciedad y mugre en el ombligo, asegúrate de mantenerlo limpio y seco. El agua y el jabón son eficaces para limpiar la piel del interior del ombligo. Es posible que tengas que utilizar la yema del dedo, una toallita o un bastoncillo de algodón para limpiar suavemente el interior de los pliegues del ombligo.

Utilice la toalla para secar suavemente la zona del ombligo y sus alrededores después del baño. En la medida de lo posible, ponte ropa de tejidos transpirables, para no atrapar el sudor y la suciedad entre la ropa y la piel. Llama a tu médico si te preocupa cualquier dolor o hinchazón en el ombligo.

Hot