Enséñales cómo
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Quieres que tu hijo se coma las verduras? Coma usted las verduras. Levántate y salid a pasear juntos para demostrarles que moverse es divertido. Tú eres el mejor modelo que puede tener tu hijo. Así que empiece pronto. Los niños empiezan a imitar a sus padres a una edad muy temprana. Resiste la tentación de sobornar a tu hijo con comida, juguetes u otros premios para que coopere. Eso enseña hábitos poco saludables.
Recompénselos con tiempo de mamá o papá
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En lugar de sobornar a tu hijo con tiempo de videojuegos o televisión (o cualquier cosa en la que solo esté sentado), haz que el tiempo activo juntos sea una recompensa. Id a jugar al minigolf. Den un paseo en bicicleta juntos. O deje que su hijo planifique un día lleno de actividades que le gusten: Los niños ansían su atención, sobre todo si tienen que compartir el tiempo con sus hermanos. Nunca subestimes lo mucho que significa la atención individual para tus hijos, incluso para los adolescentes.
No utilices la comida como recompensa
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Convertir los dulces o la comida basura en un premio enseña a tus hijos a utilizar la comida para solucionar sus sentimientos. Eso puede predisponerlos a una relación poco saludable con la comida. Según un estudio, los adultos que fueron premiados y castigados con comida cuando eran niños eran más propensos a darse atracones y a hacer dieta.
Negar los premios por mal comportamiento - "¡No hay helado para ti! -- tampoco es bueno. El alimento prohibido se vuelve más atractivo.
Elogie el esfuerzo, no sólo los resultados
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Los niños necesitan elogios. Si quieres motivarles, céntrate en su esfuerzo más que en el resultado final. Cuando tu hijo te enseñe un dibujo que ha hecho, no te limites a decir que es genial. Elógialo por lo mucho que ha trabajado en él. Fíjate en detalles concretos.
Si su hijo está intentando aprender un nuevo deporte, hable de lo orgulloso que está de que esté practicando patadas o corriendo. No se centre en ganar o perder un partido.
Mantén la calma, no grites
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Cuando le digas a tu hijo que haga algo o lo disciplines, mantén la calma. Los niños pueden aprender a gestionar sus emociones observándote. Sé conciso y claro.
Diles lo que tienen que hacer.
Diles para cuándo tienen que hacerlo.
Explicar las consecuencias de no cumplir.
Cumpla lo acordado y no permita la negociación.
Muéstrales que el ejercicio se siente bien
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Si estás intentando que tus hijos se muevan más, ¡ayúdales a darse cuenta de que el ejercicio se siente bien!
Poneos en movimiento juntos. Después de dar un paseo en bicicleta o de jugar al tenis, hablad de cómo os sentís. Esto anima a tu hijo a notar la misma sensación y es una motivación natural para moverse. Lo ideal es que tu hijo esté activo al menos 60 minutos al día.
Saca los podómetros
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¿Sigues buscando una forma de convencer a tus hijos de que es bueno moverse? Compra podómetros económicos, o contadores de pasos, para toda la familia. Empieza un reto familiar: Marca los pasos diarios de cada uno en una tabla que guardes en la nevera.
Ni siquiera necesitas una recompensa para el ganador semanal. El uso del propio aparato, junto con alguna competición amistosa, puede motivar a tus hijos a moverse durante el día.
Inspírate: Observa a los demás
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No importa el hábito que intentes inculcar, los niños admiran a otras personas. Utiliza eso a tu favor cuando intentes que se muevan más.
Ve al ballet. Llévalos a ver a un equipo profesional o semiprofesional de béisbol. O ve a ver un partido de fútbol del instituto. Puede motivarles mucho más que cualquier cosa que puedas decir. Luego ve a patear la pelota o a jugar a la pelota con tu hijo.
Crea un reto de cocina
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Quieres animar a un niño quisquilloso a probar nuevas verduras? Elige una del supermercado que ninguno de los dos haya probado antes. Luego vuelve a casa y prueba una receta que la incluya.
O dale a tu hijo mayor o adolescente una selección de ingredientes saludables, como en un programa de cocina. Deja que ellos decidan cómo convertirlos en una cena. Si han invertido en cómo resulta un nuevo alimento o plato, será más probable que lo prueben.
Ofrezca opciones y algo de control
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En lugar de ordenar a tus hijos que hagan una tarea, dales opciones. Pregúntales si quieren hacer una tarea ahora o dentro de unos minutos. Pregúntales si prefieren sacar la basura o vaciar el lavavajillas.
Los niños se resisten cuando sienten que no tienen control. Resistirse a ti se convierte en una forma de imponerse. Darles algo de voz les ayudará a motivarse.
Además, darles opciones ahora les enseña a tomar decisiones saludables más adelante.